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Columnistas

Chile, Brasil y China: nuevas interacciones para llegar al Pacífico

Por: Equipo DF

Publicado: Viernes 10 de enero de 2014 a las 05:00 hrs.

Cuando estamos por iniciar un nuevo período en las estrategias y las políticas de largo plazo del país, resulta esencial mirar cómo interpretamos las tendencias que van reconfigurando el escenario internacional. Y allí, de manera clara, será necesario subrayar que la política exterior de Chile no apuesta al Pacífico dando la espalda al Atlántico.



No hemos sido claros en este sentido. La relación con Brasil (más allá de buenos indicadores comerciales) se ha tornado en formal, cuando no fría, en tanto nuestro entusiasmo con la Alianza del Pacífico y nuestra participación en el TransPacific Partnership (TPP) se ha visto como un afán de mirar hacia el oeste, subrayando que la hora del Atlántico ya pasó.

Nada de eso es válido. Los países ribereños del Pacífico tendrán más peso en sus vínculos con las contrapartes asiáticas en tanto son puentes y vías de interacción con aquellos que dan al Atlántico. Por cierto, esto es algo que también debe entender Brasil. Tras su apuesta al bloque de los BRICS y a una relación prioritaria con el mundo árabe, allí también les cabe sacar cuentas y ver si no es desde aquí, desde su región, donde el peso global se refuerza. De una vez por todas hay que decirlo y vivirlo: no hay Pacífico sin el Atlántico, ni Atlántico sin el Pacífico en una estrategia inteligente de América del Sur dentro del nuevo orden global.

Por cierto, hay preguntas ineludibles en el análisis de lo que va emergiendo: ¿Por qué Estados Unidos, cuando impulsa el TPP, promueve con especial entusiasmo el papel que allí deben jugar países del sur del Pacífico, como Chile, Perú, Nueva Zelandia o Australia, pero cuando impulsa el Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP) con la Unión Europea no mira hacia el sur para invitar, por ejemplo, a Brasil?
Es válido suponer que ello responde a una estrategia muy marcada por la geopolítica norteamericana, donde en el Pacífico se quiere crear contrapesos y limitaciones a China, llamada a ser primera economía mundial en pocos años más. En el Atlántico, por lo visto, la decisión es crear un contrapeso a China articulando los poderes económicos de Estados Unidos y Europa, que por cierto constituirían un polo de primera magnitud mundial. Y a esa posibilidad los actores del sur Atlántico, en concreto Brasil, no han sido invitados a la mesa.

El primer socio comercial de Brasil es China, como también ocurre con Perú y Chile. A partir de allí hay muchos intereses comunes, hay la necesidad de conversar sobre estrategias de futuro con el gigante asiático.

Y allí juega un papel muy importante la nueva afinidad entre Chile y Brasil que aporta la llegada de la Presidenta Michelle Bachelet a La Moneda. No es poco que ya el 18 de noviembre, tras la votación de la primera vuelta, la Presidenta Dilma Rousseff llamara a la futura mandataria, esa vez como “amiga”, para felicitarla por aquel resultado y desearle el triunfo definitivo. Por cierto, también lo hizo en diciembre y ahora se espera verla aquí el 11 de marzo.

La pregunta es, ¿y por dónde podrán ir esos nuevos espacios de acción común? Hay tres señales claves dadas por Bachelet en su programa de gobierno:
La primera es que Chile se abocará a orientar su participación en la Alianza del Pacífico en una perspectiva no excluyente o antagónica con otros proyectos de integración existentes en la región.

La segunda es que se fortalecerá la participación de Chile en los distintos mecanismos de integración actualmente existentes en América Latina y, en especial en América del Sur…Hay que impulsar puentes de entendimiento por sobre diferencias ideológicas y subregionales.

En tercer lugar, para Chile es objetivo prioritario de su política exterior la articulación de relaciones más estrechas, pero flexibles en intensidad, con la región del Asia Pacífico. Para ello, Chile debe consolidar su condición de “país puerto” y “país puente” entre las naciones latinoamericanas del Atlántico Sur y el Asia Pacífico.

Hay una visión y un compromiso. Brasil debe pensar en su presencia en el Pacífico y Chile trabajar para que así lo haga.

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