Aysén: tierra prometida
Aysén tiene una superficie de 108.494 kolómetros cuadrados, que es un 14% del total de Chile...
Aysén tiene una superficie de 108.494 kolómetros cuadrados, que es un 14% del total de Chile y una población de sólo 86.697 personas (Censo 2002), que equivale al 0,6% a nivel nacional. Aysén es más grande que la suma de Bélgica, Dinamarca e Israel.
La región tiene grandes riquezas naturales, lagos espectaculares, ríos fabulosos, variados climas, un enorme acceso al mar y una belleza sobrecogedora, lo cual contrasta con su pequeñísima población.
Las razones de este enorme desbalance son muchas, pero creo que una de las más importantes es el fuerte aislamiento en términos de transporte entre la región y el resto del país. Por ejemplo, hace más de 50 años, se discutió la posibilidad de construir una carretera pavimentada entre Puerto Montt y Coyhaique, por diversas y mezquinas razones se ha postergado. No hacerlo, ha condenado a esta rica y maravillosa tierra a un gran aislamiento económico, político y social.
La piedra angular de la interconexión del país, que es la Ruta 5, está aquí radicalmente interrumpida. En cualquier país medianamente desarrollado, Aysén estaría cien veces más interconectado con el resto. Como consecuencia, la población actual de Aysén es de unas 100.000 personas, equivalente al “pueblito de Barnechea” en Santiago.
De pronto, en medio del aislamiento y olvido, una luz apareció en el horizonte con la posibilidad de generar electricidad a partir de los enormes caudales de los poderosos ríos de la zona. La buena noticia era que el costo económico es muy, pero muy inferior al resto de las alternativas energéticas del país.
Dado lo anterior, empresas privadas de primer nivel mundial están dispuestas a desembolsar sobre US$ 7.000 millones para desarrollar estos proyectos, lo cual debería ser una noticia fantástica para todos los chilenos, sobre todo para los propios habitantes de Aysén, pero no ha sido así, por los efectos colaterales del proyecto.
El análisis de estos impactos negativos lo han hecho en forma rigurosa las instituciones correspondientes, las cuales midieron los daños colaterales, calcularon las compensaciones económicas, etc. Sin entrar en esta profunda discusión, que creo está en buenas manos, me permito sólo dos comentarios al respecto:
1. La inundación de las represas equivale a un 70% del lago Rapel, lo cual en la región de Aysén es una mínima proporción del territorio y creo será un mini lago muy atractivo turísticamente hablando.
2. Los cables de alta tensión serán los mismos que se tiene desde Puerto Montt hasta Copiapó, lo que constituye el Sistema Interconectado Central, columna vertebral del sistema eléctrico y energético del país. La calle más caminable y elegante de Santiago es Alonso de Córdova donde pasa esta “horrible serpiente” sin haber matado todavía a nadie.
En suma, Aysén es un territorio inmenso, absolutamente despoblado, que con una interconexión adecuada y este potente proyecto de generación eléctrica de Hidroaysén, podrá incorporarse de lleno al resto del país alcanzando el nivel que merece.