Una lección del Brexit para Chile
Andrés Meirovich Managing Director Genesis Ventures @ameirov
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Andrés Meirovich
Como es de público conocimiento, después de casi cuatro largos años de incertidumbre el Reino Unido finalmente dejó la Unión Europea. Aunque la historia dirá si fue una buena decisión o no, lo que se preveía como un caos económico en la práctica finalmente no lo está siendo. Teniendo en cuenta el estallido social en Chile y el potencial proceso de dos años que se vienen por delante para tener nuestra nueva constitución, ¿qué podemos rescatar de cómo el gobierno británico actuó para tratar de sobrellevar la incertidumbre que el mundo tenía sobre ellos y su salida de la UE?
Una de las cosas más relevantes que hizo Londres fue la reestructuración de la agencia de atracción de inversiones y exportaciones. El departamento de comercio internacional (DIT, por sus siglas en inglés) creció exponencialmente, sumando oficinas en mercados relevantes (Estados Unidos, por ejemplo), haciendo tratados de libre comercio por fuera de la Unión Europea (Chile fue uno de los primeros), potenciando industrias emergentes como venture capital y energías limpias, y apoyando a empresas británicas a expandirse por el mundo.
En muchos de los indicadores —atracción de inversiones en ciertos mercados, exportaciones— los resultados han sido sorprendentes, si se piensa en el difícil proceso que vivieron.
Recientemente Invest Europe lanzó el informe de Venture Capital para 2019, en donde el Reino Unido casi dobla el porcentaje de inversión en startups del promedio de Europa, llegando a 0,09% del PIB y creciendo anualmente (2019 fue el año récord histórico para el país). Esta cifra es cinco veces mayor que lo que se invierte en Chile (cercano al 0,016%). El ranking lo lideran Israel y Singapur con inversiones en torno al 1% del PIB (65 veces más que Chile en términos relativos). Estados Unidos invierte el 0,35% (22 veces más que Chile). Brasil lidera en Latinoamérica, con 0,063% del PIB (cuatro veces nuestro país)
Para Chile, este debiese ser nuestro Brexit, es decir, una oportunidad tremenda para desplegar nuestros mejores equipos por el mundo potenciando la marca Chile (sus ventajas jurídicas, beneficios tributarios, industrias emergentes, etc). No es excusa que seamos un país pequeño, o que estemos lejos del mundo desarrollado. Recientemente tuve la oportunidad de dictar un curso de Venture Capital en el MIT en Boston, con 35 alumnos de todas partes del mundo. El Interés por Latinoamérica y Chile es real, pero sigue habiendo un profundo desconocimiento sobre nuestro país y región.
Si aumentamos exponencialmente los presupuestos de ProChile e Invest Chile, si ejecutamos los cambios legislativos adecuados (cambios en rol de Corfo, institucionales invirtiendo en activos alternativos, visas para inversionistas, ampliación ley I+D, road shows de empresas chilenas por el mundo, entre otros) debiésemos tener resultados muy potentes en el corto y mediano plazo.