Mujeres, emprendimiento y capital de riesgo
Andrés Meirovich Managing Director Genesis Ventures
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Andrés Meirovich
La semana pasada fue la concurrida manifestación del #8M, en conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Enhorabuena el éxito que tuvo, ya que pone en el tapete cómo construir una sociedad con más oportunidades, desafiando los prejuicios que la comunidad puede haber tenido por años.
Cuando uno mira la industria del emprendimiento y del capital de riesgo, nos podemos dar cuenta de que hay muchísimas diferencias en la participación entre ambos sexos. Si hablamos de datos duros, según la organización estadounidense Women in Tech, las cifras son críticas: solamente el 7% del dinero que invierten los fondos de Venture Capital van a startups donde una mujer es la fundadora; ese porcentaje baja a un 3% cuando la CEO es mujer. Solamente un 15% de las startups invertidas por fondos tienen a una mujer en el equipo gerencial. Por cada seis empresas invertidas lideradas por hombres, se invierte en una liderada por una mujer.
La información anterior nos hace preguntarnos sobre por qué hay tanta diferencia. ¿Será que las empresas lideradas por mujeres son menos rentables? ¿No tienen las capacidades necesarias para liderar ante la adversidad? ¿No les gusta el riesgo?
Las estadísticas destruyen todas las preguntas anteriores. Las empresas lideradas por mujeres, y que fueron financiadas por fondos tienen un retorno sobre la inversión (ROI) de un 35% mayor que las empresas fundadas por hombres, y en promedio un 12% más en ventas con un 50% menos de inversión. Algunas emprendedoras exitosas que destacan son Sandra Lerner de Cisco y Sheila Lirio, de care.com. En Chile podemos mencionar a Fernanda Maturana de Bolsas Reutilizables y a Daniela Lorca de Babytuto.
Viendo el vaso medio lleno, podemos decir que en los últimos 20 años ha crecido un 68% la cantidad de empresas lideradas por mujeres y ese porcentaje crece al doble que las empresas fundadas por hombres. Pero aun así están muy lejos.
En el mundo del capital de riesgo, el gran desafío es cubrir la brecha. En Estados Unidos, por ejemplo, se creó la organización All Raise, que busca acortar la brecha incentivando a que mujeres sean inversionistas de fondos de capital de riesgo donde se invierta sólo en proyectos liderados por mujeres. También han trabajado en aumentar el networking entre fundadoras de empresas y ejecutivas de los fondos de inversión. Han sido muy exitosas teniendo solamente un año de vida.
En Chile existen algunas organizaciones que van en esta línea y que han hecho una gran labor, como Mujeres Empresarias, pero sin lugar a duda se requiere mucho mas volumen para poder crear un cambio sustantivo en la industria. Ojalá se pudiera replicar varias veces.
Es clave —sobre todo si tenemos como objetivos ser el hub de emprendimiento y capital de riesgo en Latinoamérica— poder crear condiciones para que se desarrolle el emprendimiento femenino.