¿Financiamiento, cobertura o calidad?
Director Genesis Partners
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Andrés Meirovich
Esta semana se rinde la PSU en todo el país. Miles de jóvenes van con el sueño de mejorar su futuro accediendo a la educación superior. Es evidente su deseo, más aun cuando hace unos pocos días Bloomberg publica un estudio de la OECD que muestra que en Chile teniendo educación superior puedes ganar 2,5 veces lo que ganarías teniendo solo educación media.
Dado lo anterior, el objetivo racional sería cómo tener una educación básica y media de muy buena calidad para así, dando una buena PSU, pudiese entrar a la universidad y carrera deseada, lo que me llevaría a “asegurar” buenos ingresos futuros.
Pero hoy la decisión está en dar gratuidad en la universidad, cuando ya sabemos que eso es más un subsidio que una inversión en capital humano.
Algo similar pasa en el mundo del emprendimiento, donde nunca habíamos tenido tantos recursos públicos y privados como hoy, pero donde el impulso se está dando en crear un ecosistema más que crear buenos emprendedores o emprendimientos.
No es difícil encontrar ganadores de concursos de emprendimientos que tienen sólo una buena idea, pero no saben analizar el mercado, no saben hacer un flujo de caja, no saben hablar inglés aun cuando el mercado de su producto está en Estados Unidos. A estos ganadores no les importan las críticas, porque son Geeks, bacanes, salen en los diarios y son famosos en su círculo. Además, muchas de las instituciones ligadas a este sector, son más “traspasadoras del plata” que un real aporte a la industria (esto dicho por los propios emprendedores).
Los dos temas anteriormente expuestos muestran que la política pública ha sido llevada con la visión de financiamiento y de cobertura, y no así enfocada en la calidad.
Los ejemplos de países que vencieron la manoseada frase de “trampa del ingreso medio” se enfocaron en calidad.
No necesitamos más “humo”, necesitamos aportes concretos en estos mercados que tienen un potencial enorme de ser el sustento para el sueño del Chile desarrollado. Todavía estamos a tiempo.