Desde hace algún tiempo se ha generado, en algunos agentes económicos, cierta “adicción por la riqueza” y por la obtención de las mayores utilidades posibles para cumplir este fin. Un ejemplo de eso son el FUT y otros beneficios tributarios. Las adicciones involucran una relación entre el sujeto y el bien adictivo que las puede hacer perjudiciales o benéficas. La adicción por la riqueza no debe considerarse un mal, ya que nadie estaría dispuesto a eliminar el emprendimiento y, por ende, la generación de crecimiento económico del país. A partir de una buena gestión de los gobiernos de turno, se puede conducir a un desarrollo económico con equidad aunque, sin duda, esta adicción puede provocar distorsiones en los mercados, lo que se puede contrarrestar con una buena regulación.
Se define como conducta adictiva una inclinación o apetito personal no deseado. La persona desea detenerse y es incapaz de hacerlo. El premio Nobel Gary Becker y Kevin Murphy publicaron, en 1988, un artículo denominado A Theory of Rational Addiction. Según estos autores, la adicción tiene como una de sus características esenciales que los individuos maximicen la utilidad a lo largo del tiempo.
Al analizar estas características podemos preguntarnos si, dado al contexto actual y futuro de Chile, se pueden presentar nuevos escenarios que afecten las preferencias de este tipo de adictos y se promueva el efecto sustitución, de acuerdo al cual ellos prefieran hacer inversiones en otros países. Tomando en cuenta las características de las adicciones se hace necesario evaluar, de manera prudente y fundamentada, los cambios en el escenario actual. La tasa de descuento, por ejemplo, aplicada por los “adictos a la generación de riqueza” y la elasticidad de precios que ellos poseen respecto a la adquisición de los bienes, son importantes para evitar el efecto sustitución, el cual podría llevar a disminuir los niveles de inversión y conducir, por lo tanto, a enfrentar un escenario de desaceleración económica.
La prudencia e incorporación al debate económico de todos los sectores se hace relevante, dado que, tal como señalan Becker y Murphy, “el consumo presente del bien adictivo es función creciente del consumo pasado”. Esto significa que es posible que esos agentes se hayan acostumbrado a determinados niveles de consumo lo que maximiza su función de utilidad.
Si bien se deben realizar ajustes que permitan mejorar los niveles de desarrollo del país y en especial de distribución de ingresos, las medidas tomadas deben ser paulatinas y cuidando mantener un aumento de la inversión acorde con los requerimientos necesarios para permitir niveles de crecimiento en torno al potencial de nuestro país.