A río revuelto… la nueva gestión ambiental
En los últimos meses se han adoptado una serie de decisiones judiciales sobre la viabilidad ambiental de proyectos...
En los últimos meses se han adoptado una serie de decisiones judiciales sobre la viabilidad ambiental de proyectos. A lo anterior se suma el hecho de que a fines de año sería finalmente implementada la última fase de la reforma a la institucionalidad ambiental: la plena operación de la Superintendencia del Medio Ambiente y la entrada en funciones de los Tribunales Ambientales. Con ello aumentarán considerablemente las instancias de controversia respecto de proyectos evaluados ambientalmente.
Lo cierto es que en Chile, con el actual nivel de desarrollo, no hay discusión alguna acerca de la necesidad de internalizar la variable ambiental en aquellas actividades que tienen un efecto en su entorno. El paradigma ha cambiado y hoy casi todos -siempre podremos encontrar excepciones notables- han tomado conciencia de que el aire, el agua o cualquiera de los bienes y servicios que nos presta el medio ambiente, son patrimonio de todos.
Por lo tanto, su uso o contaminación tienen un costo, que puede ser pagado a nivel de diseño de proyecto, incorporando la variable ambiental en esa etapa; en su fase de operación; o más tarde, ya sea a través de una sanción pecuniaria, o derechamente a través de la revocación del permiso o clausura del establecimiento, ya sea en sede administrativa o judicial.
En definitiva, cada industrial verá en qué momento incorporar la variable ambiental en su giro, y si lo hace voluntaria o forzadamente.
Con esto no se quiere enviar un mensaje apocalíptico. Sólo se trata de aplicar sentido común al momento de invertir y de ser cuidadosos en la consideración de los elementos del medio ambiente que puedan verse afectados.
El solo argumento de creación de nuevos puestos de trabajo como fundamento de inversiones es insuficiente. Hay que apostar al valor agregado, la construcción de capacidades y al desarrollo armónico de las áreas donde se ejecuta un proyecto. Puede sonar excesivamente gravoso. Algunos dirán que puede deja fuera de competencia a nuestro país frente a legislaciones más laxas. Como sea, hay que pensar en el largo plazo, en visualizar un proyecto en el contexto país. Se requiere una estrategia de sustentabilidad económica, social y ambiental de mi negocio, no aislada, sino que en un escenario complejo, de numerosos elementos en juego.