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Cartas

Cartas al Director

Por: Equipo DF

Publicado: Martes 10 de septiembre de 2013 a las 05:00 hrs.

40 años - I

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Señor Director:


Ad portas de conmemorarse los 40 años del golpe de Estado en nuestro país lo cierto es que de reconciliación nacional poco o nada. Porque pasan los años y, como ya es costumbre, en estas fechas florecen y germinan viejas heridas, rencillas, odiosidades u otros que formaron parte de un contexto histórico que no sólo dividió a Chile, sino que aún lo mantiene polarizado.

Es cosa de ver las reacciones de la opinión pública en torno a programas periodísticos, las disculpas que han ofrecido diversos actores del mundo político y legislativo u otros que han ido marcando la agenda informativa como forma de preparar la antesala de lo que será el próximo 11 de septiembre. Declaraciones que no han dejado indiferente a nadie y que en vez de amilanar los ánimos y buscar una suerte de conciliación ciudadana, cada uno de los hechos o acciones antes expuestas han ido dejando en evidencia la diversas posturas ideológicas que persisten en torno a un tema sensible. Peor aún, las declaraciones han contribuido a exacerbar los ánimos, añadiendo más leños a una hoguera que está lejos de sentar las bases para una construcción social, democrática y de reconciliación real entre los diversos actores que tienen la misión de construir un país más justo, tolerante y bajo un marco propio y latente de un estado de derecho, pero que, sobre todo, es capaz de aprender de sus equivocaciones, asumir y no vivir ni permanecer de los resabios del pasado. Esto explicaría, por ejemplo, el por qué las nuevas generaciones se manifiestan con violencia inusitada en las calles, bajo premisas y hechos históricos subjetivos y que en nada contribuyen a una reconciliación real.



RODRIGO DURÁN 


40 años - II

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Señor Director:


Cuando se escucha la palabra “perdonazo”, en el escenario comercial y financiero, en general la primera impresión que se nos viene a la cabeza es la de un “beneficio” para alguien -personas o empresas- que es tocado por la varita mágica no tan casualmente, utilizando algún resquicio legal, derechamente un “vacío legal” o por la gestión de algún funcionario. Cuando se escucha que personas e instituciones están pidiendo perdón en el escenario de lo ocurrido con los hechos anteriores, durante y posteriores al 11 de septiembre de 1973, las cuales pertenecieron activamente a ambos polos de la sociedad chilena tan crispada hace ya 40 años, lo primero que se piensa, es que había tardado, pero tenía que llegar esta fase tan importante para ir avanzando hacia el estañar las heridas.



Luis Enrique Soler




Siria y la inacción del mundo

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Señor Director:


Al parecer nos encontramos en el peor de los mundos pero en la verdad más pura de la política. Vemos diariamente las imágenes de Siria, entendemos que el mundo está preocupado por Siria, vemos a un presidente Barack Obama atrapado en su propio discurso y en la renuncia explícita de sus atribuciones respecto al uso de la fuerza estadounidense y, ante la evidencia de los hechos, se habla de un ataque soft para reducir responsabilidades; a Rusia y China bloqueando al Consejo de Seguridad, en la mejor alianza de la guerra fría y sin hacer mucho, ellos mismos, para detener lo que impiden detener; a Europa exigiendo más pruebas para actuar y mientras tanto miles de muertos y millones de desplazados y refugiados son el resultado de esta política.

Probablemente, en una segunda etapa se iniciará la búsqueda de culpas y abrir juicios en nombre de las víctimas, pero hoy, en que es necesario que el mundo utilice las pocas herramientas que posee, observamos por la televisión el desastre humanitario que crece día a día, por la discusión política “que el caso requiere”. El mundo debe definir si la intervención es políticamente aceptada, en qué términos, en qué condiciones, en qué casos y por quién. Pero el tener las herramientas para terminar con una masacre y no hacerlo es tan violento como discutir el tipo de ataque.



Jorge Sanz


Académico Facultad de Gobierno Universidad del Desarrollo

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