La semana pasada la ministra del Trabajo, Evelyn Matthei, volvió a poner en el tapete la posibilidad de avanzar en una reestructuración del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo vigente en el país (Sence).
Su idea apunta precisamente a mejorar la focalización de los recursos que incluye este tipo de programa -a través de un incentivo tributario a las empresas- y, por esa vía, optimizar los resultados.
A la fecha, el diagnóstico respalda definitivamente el interés de la autoridad por avanzar en este terreno. Según antecedentes disponibles, menos del 15% de la fuerza laboral recibe capacitación en el país, en un contexto que -por ejemplo- la misma capacitación presenta problemas de pertinencia y calidad. Otros datos sugieren que los subsidios se tienden a concentrar en grandes empresas y no necesariamente llegan a los trabajadores menos calificados.
Estos últimos, de hecho, son parte relevante de la fuerza laboral en el país, lo que va en detrimento de la productividad, el crecimiento económico y de su propio bienestar.
Dado lo anterior, resulta clave que la disposición expresada por el gobierno en esta materia se traduzca pronto en cambios que den otra cara al tema de la capacitación en Chile.
Su idea apunta precisamente a mejorar la focalización de los recursos que incluye este tipo de programa -a través de un incentivo tributario a las empresas- y, por esa vía, optimizar los resultados.
A la fecha, el diagnóstico respalda definitivamente el interés de la autoridad por avanzar en este terreno. Según antecedentes disponibles, menos del 15% de la fuerza laboral recibe capacitación en el país, en un contexto que -por ejemplo- la misma capacitación presenta problemas de pertinencia y calidad. Otros datos sugieren que los subsidios se tienden a concentrar en grandes empresas y no necesariamente llegan a los trabajadores menos calificados.
Estos últimos, de hecho, son parte relevante de la fuerza laboral en el país, lo que va en detrimento de la productividad, el crecimiento económico y de su propio bienestar.
Dado lo anterior, resulta clave que la disposición expresada por el gobierno en esta materia se traduzca pronto en cambios que den otra cara al tema de la capacitación en Chile.