Ecosistema de biotecnología: una tarea público-privada
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Kathleen Barclay
Desde hace varios años el Gobierno de Chile ha estado preocupado por revertir la pérdida de productividad y competitividad del país. Lo anterior se ha abordado con una amplia batería de instrumentos de políticas públicas que apuntan, entre otros aspectos, a la diversificación de la matriz productiva del país, siendo la innovación uno de los factores clave para alcanzar un crecimiento más inclusivo.
Mientras los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y Estados Unidos en particular invierten en investigación y desarrollo (I+D) en promedio 2,4% y 2,8% de su Producto Interno Bruto (PIB), respectivamente, Chile sólo alcanza a sólo 0,35%. Estas cifras reflejan el interés estratégico de los países desarrollados por el concepto de la bioeconomía, no sólo por su evidente potencial en el desarrollo económico, sino que también por los beneficios sociales y ambientales asociados al mismo.
De acuerdo a una publicación de la OCDE, la bioeconomía involucra tres elementos: el conocimiento biotecnológico, la biomasa renovable y la integración entre conocimiento y sus aplicaciones en recursos naturales, salud e industria.
Si nos enfocamos sólo en inversión en I+D en el campo de la biotecnología en los países desarrollados, ésta se sostiene principalmente con regulaciones que garantizan la seguridad y eficacia de los productos biotecnológicos, la protección de los derechos de propiedad intelectual e instrumentos gubernamentales que acompañan el desarrollo de la industria.
Si observamos qué ocurre en Chile en el mercado de la biotecnología, nos encontramos con una industria emergente, que alcanza ventas anuales estimadas en US$900 millones y que atrae inversión extranjera por US$170 millones. De las empresas que participan de esta industria en el país, 30% de ellas corresponden al sector salud. De esta manera, nos encontramos ante una atractiva oportunidad para hacer crecer este mercado y aportar al desarrollo de la economía nacional. Estados Unidos es un referente y líder internacional en materia de biotecnología, por lo que en la Cámara Chileno Norteamericana de Comercio, AmCham Chile, estamos comprometidos con impulsar esta industria y su ecosistema en el país.
Para su fortalecimiento y posterior consolidación, se requiere trabajar distintas áreas de manera de abordar las brechas y barreras existentes. Primero, vemos que se requiere una mayor vinculación internacional de los investigadores chilenos, así como mayor colaboración entre universidades, empresas y entidades públicas.
Además, nos parece necesario incrementar las capacidades de capital humano especializado que permitan dar un enfoque de negocios efectivo para llevar los descubrimientos al mercado. Asimismo, se necesita disponer de los incentivos apropiados para la atracción de capitales de riesgo, inversionistas ángeles e inversión extranjera dispuesta a apostar por la biotecnología en Chile. Todo lo anterior debe ir acompañado de mejoras de normativas que articulen positivamente el desarrollo de la industria.
Con el objetivo de aportar al desarrollo de este sector en el país, AmCham Chile realizará a fines de octubre próximo una misión público-privada a Washington D.C. y Massachusetts, mediante la cual se podrá dar una mirada en 360 grados a la industria biotecnológica estadounidense. Será un espacio para conocer experiencias exitosas y vincular a la industria local con la norteamericana. En este sentido, es relevante considerar que la capital estadounidense destaca por su liderazgo en temas regulatorios en esta industria, mientras que Massachusetts por su amplio desarrollo y gran concentración de I+D en biotecnología.
Esta iniciativa, que realizaremos en colaboración con Imagen de Chile, Corfo y la Alianza Chile-Massachusetts, es el punto de partida para el desarrollo de una agenda de biotecnología de AmCham en el corto y mediano plazo a la que esperamos sumar un mayor número de empresas, centros de innovación y universidades.