Democracia en acción: elecciones en EEUU
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Kathleen Barclay
Hace unos días se realizaron las elecciones de mitad del mandato en Estados Unidos, lo que implicó renovar la totalidad de la Cámara de Diputados, un tercio del Senado y más de la mitad de los gobernadores. Como ha sido ampliamente difundido, el resultado es considerado una sólida victoria para la oposición. Ésta se quedó con la mayoría más numerosa en la Cámara de Representantes desde la Segunda Guerra Mundial y, además, recuperaron el control del Senado.
El resultado de esta elección lleva a concluir que el Presidente está recibiendo un voto de castigo que algunos analistas identifican como una falta de liderazgo. Lo anterior se ve incrementado por el hecho que, no obstante la economía estadounidense está dando positivas señales en materia de crecimiento, una parte importante de la población no ha logrado recuperarse de muchos años de estancamiento económico. A la lenta recuperación económica y al descontento en materia de salud pública, se han sumado una preocupación por la paralización del avance en temas legislativos y la percepción de la lenta respuesta en temas como la amenaza de ébola.
Como ocurre en la mayoría de los países democráticos, los votantes expresaron su descontento en las urnas, traspasando su confianza al partido opositor. Y esta nueva etapa trae consigo un desafío para la oposición, que significa hacerse cargo de este voto y representar de manera constructiva el respaldo dado por la ciudadanía estadounidense.
El Presidente Obama estará en la Casa Blanca hasta fines de 2016, por lo que le quedan poco más de dos años liderando una de las naciones más grandes del mundo. Por su parte, el partido opositor tiene una innegable responsabilidad en el curso que tendrá su nación en los próximos años, y deberá asumirla en consecuencia. Asimismo, es relevante tener en consideración que la presencia del Tea Party –la corriente más extrema del partido opositor- en parte se diluyó al crecer el número de miembros de ese partido en la Cámara de Representantes. Ello puede ser una señal de que los votantes tampoco quieren una oposición tan extrema e intransigente como la que ha llevado adelante este grupo ante el actual gobierno. El movimiento del partido de oposición hacia el centro y el fortalecimiento de éste pueden ser positivos para Estados Unidos, ya que el equilibrio entre los dos partidos es importante, para la estabilidad de las instituciones políticas estadounidenses.
Es una señal que la gente quiere que el gobierno trabaje, quieren construir consenso para que el país pueda avanzar. El Presidente necesita liderar efectivamente y la oposición necesita trabajar para encontrar consenso para que el país avance.
Se especula que el nuevo poder opositor favorecerá el comercio internacional del país del norte, incidiendo por tanto en la economía de otras naciones. El Presidente Obama ha impulsado varios acuerdos internacionales -en particular el Trans-Pacific Partnership-, los que no han contado con el entusiasmo de los demócratas. Este nuevo equilibrio debería permitir que estos temas de comercio internacional fluyan de mejor manera.
Un tema de preocupación es la baja participación de los votantes. En estas elecciones, sólo participaron 36,4% de los votantes, el número más bajo en 73 años. Sin embargo, es aún más preocupante la baja participación de votantes jóvenes entre 18 y 29 años. Éste es un importante llamado de atención para ambos partidos políticos. ¿Qué es lo que necesitan hacer los partidos para relacionarse de manera más efectiva con los votantes y, particularmente, con la siguiente generación? Ésta es una tendencia que se ha observado en muchos países en el mundo. La respuesta de los políticos a este tema será fundamental para la legitimidad del sistema y para que la economía global avance. Es un reto enorme.
El interés, el efecto y las lecciones que tienen sobre Chile una elección como la ocurrida en Estados Unidos es propio de un mundo globalizado como el que vivimos, lo cual se ve especialmente acentuado al tener este país un muy alto nivel de integración con el exterior. Estar atentos a estos procesos nos permite estar conscientes de lo fluido y sensibles que son para el electorado al momento de expresar su opinión en las urnas.