Datos personales en la economía del siglo XXI
ológicos junto con dar grandes beneficios
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Guillermo Carey
Los avances tecnológicos junto con dar grandes beneficios a la sociedad suelen traer consigo algunos desafíos, pues conllevan cambios de escenarios y nuevas formas de hacer las cosas. Es lo que ocurre con la legislación chilena sobre protección de datos personales, que data de fines de los años noventa.
Ante la necesidad de elevar la protección de la privacidad para cumplir con los estándares internacionales en materia de tratamiento de datos personales y con las directrices de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en marzo pasado la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, envió al Senado un proyecto que modifica la Ley sobre Protección de la Vida Privada.
Como Cámara Chileno Norteamericana de Comercio, AmCham Chile, nos parece de gran importancia que esta legislación sea actualizada para responder a las necesidades de la economía digital y asegurar el respeto de los derechos fundamentales de las personas. Por ello, participamos en las diversas instancias de discusión que se constituyeron durante los últimos años para abordar esta ley.
Existen diferentes sistemas de protección de datos aplicables en el mundo y en este proceso hemos podido compartir las experiencias de nuestras empresas socias en cuanto a la relevancia de contar con un sistema de protección de datos personales acorde a las nuevas modalidades en que se tranzan productos y servicios, y que permita el desarrollo de nuevos emprendimientos a nivel internacional.
En este sentido, contar con una regulación adecuada protege los derechos de las personas, en especial su privacidad, e impulsa la economía y la innovación basada en datos, por lo tanto, aporta al desarrollo del país. Para lograr lo anterior se requiere una legislación clara, adecuada a los cambios tecnológicos que día a día se generan, y que otorgue tanto a las personas como a los procesadores de datos -sean públicos o privados- certeza respecto de los derechos y deberes sobre la materia.
El modelo propuesto de legislación en el cual se basa el proyecto se funda en principios que son difíciles de definir y acotar para las diversas industrias y usos que se les da a los datos personales en el mundo actual. Por lo anterior, desde AmCham hemos promovido positivamente el incentivar un sistema de autorregulación y generación de buenas prácticas que, con la debida revisión y registro de una agencia de datos personales, permita precisar para una determinada industria o sector, la adecuada interpretación de los principios y variados derechos que contempla el proyecto a favor de las personas. El promover e incentivar este tipo de autorregulación permitirá a los distintos actores estar permanentemente abordando y adecuando las políticas de privacidad acorde con los nuevos desafíos que se generarán en el futuro.
La propia OCDE ha reconocido que la autorregulación promueve el resguardo de los intereses de los consumidores, ya que permite una mayor flexibilidad y rapidez para llenar vacíos regulatorios; mayor manejo técnico a la hora de regular y resolver controversias; menores costos administrativos para todos los actores, incluido el Estado; y favorece un mayor grado de compromiso con la ética y cumplimiento de las normas por parte de las empresas, pues al ser diseñada por la propia industria, ésta se ve comprometida en su éxito.
Independiente del proyecto de ley que hoy se encuentra en discusión en el Congreso, ya hay empresas que resguardan con altos estándares la información personal que le ha sido voluntariamente entregada y otras que están en proceso de ir mejorando en esta materia, pues es lo que requiere la economía del nuevo siglo. Como es política de AmCham estamos comprometidos con promover entre nuestros socios estas buenas prácticas.
Es sumamente positivo que Chile se esté actualizando en materia de protección de datos personales, pero también como país debemos velar porque la nueva legislación genere e impulse la economía y la innovación basada en datos.
Datos personales en la economía del siglo XXI
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