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DF Tax | Aumento del IVA para financiar pensiones

Gonzalo Polanco, director del Centro de Estudios Tributarios de la U. de Chile

Por: Gonzalo Polanco | Publicado: Jueves 15 de octubre de 2020 a las 04:00 hrs.
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Gonzalo Polanco

En las últimas semanas se ha escuchado en los medios de comunicación que el Gobierno estudia la posibilidad de aumentar en un punto o más la tasa del impuesto a las ventas y servicios, con el fin de financiar la reforma de pensiones, proyecto que se encuentra en actual tramitación. Esta es una idea que se encuentra en estudio. Por tanto, al no conocerse detalles, resulta difícil efectuar un análisis acabado de sus implicancias.

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No obstante lo anterior, se han escuchado algunas voces que critican esta fórmula, por lo regresivo que resulta ser este tributo desde el punto de vista económico. En efecto, si se toma como base el ingreso, este impuesto resulta ser regresivo. Al gravar el consumo, aquellas personas de menores ingresos se ven más afectadas, ya que gastan todo lo que disponen, en comparación a las de mayores ingresos que destinan una parte al ahorro.

Si se toma como referencia los ingresos tributarios, el IVA en Chile representa un 42% frente al 20% en promedio de los países de la OCDE. En concordancia a las mismas estadísticas, una situación completamente inversa se produce en el caso de los impuestos personales: en Chile representa un 10%, en comparación al 24% del promedio de países de la OCDE (OCDE. Estadísticas. Chile, 2019).

Por otra parte, es sabido que para incrementar la recaudación tributaria no solo es posible alzar la tasa, sino que también se puede aumentar la base imponible. Esto último se consigue fundamentalmente eliminando una serie de erosiones que presenta el IVA y que se traducen en exenciones y tratamientos preferentes. Este último punto no es una tarea fácil de realizar, ya que los grupos favorecidos por dichas exenciones siempre podrán argumentar razones para mantenerlas en favor de la "sociedad en su conjunto", aun cuando la efectividad de dichos tratamientos preferentes para incentivar la conducta deseada nunca haya sido comprobada por estudio alguno. Sobre este punto, el Gobierno ha señalado que se encuentra trabajando junto con expertos.

Otra variable a considerar dentro de este enfoque es nuestro marco constitucional. Nuestra actual carta fundamental prohíbe, salvo excepciones restringidas, la existencia de tributos de afectación, por lo cual no puede establecer por ley un destino determinado para los recursos provenientes de un impuesto determinado.

Por lo mismo, bajo las actuales condiciones, un aumento de IVA que tenga como fin financiar las pensiones, si no se realiza vía reforma constitucional, lo que requiere de altos quórums parlamentarios en un tema que suscita pocos consensos, será un compromiso que durará solo mientras las pensiones sean de alta prioridad en el debate público. De aprobarse, una administración futura, de cualquier color político que sea, podría decidir destinar estos recursos adicionales a necesidades más urgentes que, demás está decir, siempre podrán existir.

Como se ha señalado en otras ocasiones, estas cifras y consideraciones nos llevan a pensar que para financiar gastos fiscales las reformas tributarias deben ser miradas con un enfoque holístico, en el que se analice la totalidad de nuestra estructura tributaria. No resulta razonable pensar en una reforma que solo examine una tasa de un impuesto determinado, en especial cuando la necesidad que se atiende tiene un carácter intergeneracional.

Por tanto, nada indica que el solo aumento de uno o dos puntos de IVA vaya a ser una alternativa que, por sí misma, genere los recursos suficientes y estables en el tiempo que financien la reforma de pensiones. Otra razón más para pensar en un nuevo sistema tributario, que nos permita pensar en nuestro país a largo plazo.

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