Abogados de EEUU esperan bonificaciones récord por auge de fusiones y adquisiciones en pandemia
El frenético año 2021 impulsa a los estudios de abogados a ofrecer premios de hasta US$ 115.000, un 15% por sobre los máximos del año anterior.
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Los abogados corporativos están en camino a recibir bonificaciones récord este año, a medida que una ola de acuerdos y dura competencia entre los bufetes impulsa los pagos en la industria.
En Nueva York, la firma Cravath, Swaine & Moore, dio el puntapié inicial a la temporada de bonificaciones cosechadas por los mayores bufetes en el último mes, informando a los asociados senior que estarían en la fila para recibir hasta US$ 115.000 en bonos de fin de año.
Desde entonces, grandes oficinas como Boies Schiller Flexner y Fried Frank se han alineado al precedente fijado por Cravath, ofreciendo a los abogados entre US$ 15.000 y US$ 115.000 dependiendo de la antigüedad. En las firmas más connotadas, los asociados senior con ocho años de experiencia recibieron bonos de fin de año que llegaron hasta los US$ 100.000 en 2020.
Fusiones y adquisiciones
De acuerdo con BigLaw Investor, que monitorea las remuneraciones en las cumbres de los bufetes estadounidenses, los asociados senior de las cinco oficinas mejores pagadas recibirán un monto anual de US$ 500.000, incluyendo salario y bonos.
Los bufetes top han estado entre los mayores ganadores del boom de fusiones y adquisiciones (M&A, su sigla en inglés) desde el inicio de la pandemia, a medida que las empresas buscan capitalizar el desorden y los ejecutivos de capital privado vuelcan fondos multimillonarios.
"Los estudios jurídicos están haciendo lo que sea necesario para asegurar que los asociados estén felices", dice Mark Jungers, cofundador de la empresa de reclutamiento Lippman Jungers Bala. "Son difíciles de reemplazar, particularmente en áreas como M&A y capital privado y... las [grandes] firmas han tenido buenos resultados este año".
Este año, la actividad global en M&A está camino a superar el récord previo a la crisis financiera de 2007, cuando se anunciaron acuerdos por US$ 4,3 billones, según datos de Refinitiv.
Esto ha traído ganancias inesperadas a las compañías que proveen asesoría legal a dichos acuerdos. Por ejemplo, Simpson Thacher & Bartlett, una oficina top de Wall Street, prestó asesoría en casi 200 acuerdos por valor de unos US$ 457.000 millones en los tres primeros trimestres del año, de acuerdo a Global Dota.
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Sobrecarga laboral
Sin embargo, el implacable flujo de estos acuerdos ha profundizado las inquietudes respecto del síndrome de burnout y la cantidad de abogados que estarían padeciéndolo.
Leopard Solutions, una empresa de inteligencia empresarial legal, observa que a lo largo de las 4.200 firmas internacionales que monitorea, el número de abogados que renuncian se incrementó casi un 50% en los primeros nueve meses de 2021, en comparación al mismo período de 2020. El número de asociados que tomaron la misma decisión fue un 27% mayor que en 2019.
"Este momento del año es muy duro. Un montón de acuerdos se concretan y es el fin del año financiero para las empresas estadounidenses", explica el socio gerente de una firma internacional con sede en Londres, agregando que "la pandemia realmente afectó a la gente".
En respuesta, despachos jurídicos como Paul, Weiss en Nueva York, cuyos socios recibieron US$ 5,4 millones en promedio el año pasado, están pagando bonos discrecionales "especiales" además de los pagos de diciembre. En un registro al que tuvo acceso Financial Times, el presidente Brad Karp dice que el bufete "estuvo extraordinariamente ocupado y nos encaminamos a tener el año más fuerte de nuestra historia".
Mientras tanto, Boies Schiller dijo a sus asociados que pagaría bonos entre US$ 30.000 y US$ 150.000 a quienes facturaron más de 2.600 horas este año.
Cadwalader, Wickersham & Taft, otro bufete estadounidense, prometió bonos adicionales equivalentes a un 120% de la tarifa de mercado para quienes han facturado 2.200 horas.
Los asociados no cobran por cada hora que trabajan, lo que significa que quienes facturan más de 2.000 horas al año están trabajando muchas más. Una socia en Skadden Arps, Slate, Meagher & Flom opina que facturar esa cantidad de horas es "brutal".