Gobierno de Bachelet en problemas para cumplir promesas de reformas
Si mandataria no logra ofrecer propuestas ampliamente aceptables para las reformas a la educación y laboral, su popularidad seguirá cayendo en 2016.
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La presidenta Michelle Bachelet está pasando apuros para cumplir sus promesas de reformas a la educación, luego de que el Tribunal Constitucional fallara el 10 de diciembre que los planes del gobierno para ofrecer educación gratuita en las universidades estatales pero no en las privadas son discriminatorios. La resolución es un revés para la administración Bachelet, que se está apresurando para cumplir una serie de reformas antes del receso parlamentario, en febrero. A medida que el apoyo a Bachelet y los probables candidatos para sucederla cae, la oposición se está reagrupando y volviendo más articulada en sus propuestas rivales.
Mejorar el acceso a educación de alto nivel para reducir la elevada desigualdad es la política símbolo de Bachelet y haciendo campaña con la Nueva Mayoría (NM) en 2013 prometió educación universitaria a todos los estudiantes para fines de su administración en 2018. Sin embargo, afrontando una compleja situación fiscal en medio de un deteriorado panorama económico, el gobierno limitó en noviembre este compromiso a 50% de los estudiantes, aquellos que asistan a instituciones públicas acreditadas y a un grupo seleccionado de universidades privadas.
Los diputados del bloque opositor Chile Vamos (CV) subsecuentemente llevaron la propuesta ante el Tribunal Constitutional, argumentando que la medida es injusta y que un cambio tan significativo debía ser introducido a través de una legislación separada, y no una enmienda presupuestaria.
Bachelet retrocede
Aunque reconoció el fallo, Bachelet prometió seguir adelante dentro del marco legal y presupuestario con sus planes para proveer educación gratuita a hasta 220 mil estudiantes a un costo de casi US$ 800 millones, financiados con la última reforma tributaria. Alternativas para sortear el fallo podrían consistir en ampliar el rango de instituciones que se beneficien de la medida excluyendo a algunas universidades públicas o proporcionar becas a estudiantes de entidades privadas.
De esta manera, está comenzando a emerger la embarazosa perspectiva de que la coalición de izquierda de la NM tenga que ofrecer educación gratuita a algunos estudiantes de entidades privadas -instituciones con las que no es secreto que discrepa por principios- al tiempo que deja a decenas de miles de estudiantes más pobres de las universidades estatales sin respaldo financiero.
La administración Bachelet ha extendido el período legislativo una semana para tratar de asegurar la aprobación de varias reformas. Pero en las últimas semanas de 2015, Bachelet ya se ha visto obligada a reducir el alcance de las reformas que fortalecían los derechos de negociación colectiva de los trabajadores, aplazar cambios para ampliar las provisiones del seguro de salud y abandonar una ley que descriminaliza el aborto en casos de violación.
El fallo es una victoria para CV, que en principio dice respaldar la educación gratuita, pero que está obligando a Bachelet a cumplir sus promesas de campaña y defender la igualdad.
El 15 de diciembre, parlamentarios de CV se reunieron con la ministra de Educación, Adriana Delpiano, para presentarle planes alternativos que proporcionarían educación gratuita a 315 mil estudiantes, incluyendo entidades privadas, reasignando elementos del presupuesto de educación, como los fondos usados para comprar colegios privados y convertirlos en públicos.
Ofensiva opositora
El aparente nuevo enfoque de CV -de presentar contrapropuestas constructivas que reconocen la importancia de las reformas y aferrarse al mismo tiempo a una visión más conservadora- se está haciendo cada vez más evidente. El 11 de diciembre, el comité ejecutivo de la liberal conservadora Renovación Nacional (RN) planteó una serie de reformas constitucionales, proponiendo un giro hacia una presidencia de estilo más parlamentarista con una legislatura más fuerte, reforzando los derechos individuales y la protección contra la corrupción, mayor autonomía regional, y reconocimiento del rol de la familia y el estatus de Chile como una nación multicultural.
CV también está tratando de sacar partido al escándalo por crédito bancario de
US$ 10 millones a una compañía de la nuera de Bachelet.
El desafiante panorama de los últimos meses para la centro izquierda chilena ha quedado reflejado en las encuestas. Un sondeo del Centro de Estudios Públicos (CEP) del 16 de diciembre indicó que la aprobación a Bachelet aumentó marginalmente a 24% en noviembre, desde 22% en agosto. Marco Enríquez-Ominami, líder del Partido Progresista (Pro) y considerado como un fuerte contendor para suceder a Bachelet dentro de la NM para las elecciones de 2017, cayó nueve puntos a 33%, probablemente por las dudas sobre donaciones realizadas al director de su campaña en las elecciones de 2013.
En una aparente reivindicación a la izquierda más radical de la NM y como un reflejo de la incapacidad de la administración Bachelet para cumplir sus promesas sobre educación, Giorgio Jackson, un ex líder estudiantil y diputado de Revolución Democrática, registró 44% de apoyo, el nivel más alto entre todos los políticos.
Desafíos del centro
Sin embargo, hay señales de que la oposición tendrá dificultades para recuperar terreno. La encuesta del CEP mostró que el respaldo a CV cayó un punto a 9%; NM perdió tres puntos a 13%; mientras que los que no apoyan a ninguna de las dos coaliciones aumentaron siete puntos a 72%. Un bloque emergente de izquierda liberal conformado por los más pequeños e independientes Amplitud, Red Liberal y Ciudadanos, pueden estar bien ubicados para absorber gran parte del descontento.
CV (antes conocido como Alianza), se está relanzando como un nuevo partido, pero seguirá experimentando dificultades para coincidir en un programa común. Aunque el ex presidente Sebastián Piñera emerge rápidamente como el candidato más probable, otras figuras de RN y la UDI probablemente se van a ofrecer, generando más disputas internas. Una inminente prueba a la unidad de la oposición y del gobierno será la nominación de candidatos para las municipales de 2016.
Y si la administración de Bachelet no logra ofrecer propuestas ampliamente aceptables para las reformas a la educación y al mercado laboral antes del receso, su popularidad podría retomar la tendencia descendente vista durante la mayor parte de 2015.