México se suma a Brasil y las dos mayores economías de Latinoamérica ahora están en recesión
El PIB de la economía azteca se contrajo 0,1% en el cuarto trimestre de 2021 tras retroceder 0,4% en el período anterior, encadenando dos períodos consecutivos de caídas, lo que se considera una "recesión técnica".
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El Producto Interno Bruto de México retrocedió 0,1% en el cuatro trimestre de 2021, según cifras desestacionalizadas preliminares publicadas este lunes por el instituto de estadística, INEGI. La caída fue menor a la contracción de 0,3% esperada en un sondeo de Reuters y al declive de 0,4% en el período inmediatamente anterior.
Sin embargo, tras anotar dos trimestres consecutivos de descenso, la segunda mayor economía de Latinoamérica entró en lo que se denomina “recesión técnica”. De este modo se sumó a Brasil, el líder regional, que entró en recesión en el segundo trimestre de 2021.
Así, los dos colosos Latinoamericanos se encuentran ahora en situaciones similares, pese a haber seguido políticas diametralmente opuestas para afrontar la pandemia.
Brasil, por un lado, desembolsó más efectivo que la mayoría de las economías emergentes para hacer frente a la crisis y más que muchas economías ricas, con 12% del PIB destinado a medidas de estímulo, según datos del FMI, lo que se tradujo en un déficit presupuestario histórico.
México, en cambio, mantuvo el gasto público tan ajustado que incluso los economistas de Wall Street, que suelen alabar la prudencia fiscal, pidieron que lo aumentara. Excluyendo los pagos de intereses, el Gobierno estuvo cerca de equilibrar su presupuesto tanto en 2020 como en 2021.
Sin embargo, ambos países terminaron con economías estancadas y pocas señales de crecimiento en el futuro cercano, un resultado familiar en América Latina, que ya estaba rezagada a nivel mundial en las décadas previas a la pandemia y que ahora se encuentra más afectada que la mayoría a causa del Covid-19.
Recesión sincronizada
“Ambas economías enfrentan ahora una recesión sincronizada, que refleja una combinación de problemas de la cadena de suministro, aumentos de tasas locales, incertidumbre política y sus propios problemas estructurales”, djo Adriana Dupita de Bloomberg Economics.
Eso no quiere decir que no haya diferencias. El fuerte gasto de Brasil desencadenó una recuperación mucho más rápida. La economía se contrajo 3,9% en 2020, una caída relativamente manejable, y en marzo del año pasado ya había recuperado con creces esa pérdida. Mientras tanto, los programas pandémicos del Gobierno, incluidas las transferencias de efectivo a hogares de bajos ingresos, lograron reducir la pobreza, brevemente, a cerca de mínimos históricos.
Por el contrario, México se contrajo más de 8% en 2020, y no se prevé que vuelva a alcanzar los niveles de producción anterior a la pandemia hasta 2023. Ahora tiene unos 4 millones más de personas viviendo en pobreza que en 2018.
Pero el crecimiento de Brasil disminuyó cuando el año pasado se retiró el estímulo fiscal mientras el banco central se embarcaba en el ajuste monetario más agresivo del mundo. Elevó la tasa de referencia en 725 puntos básicos para frenar la inflación, que superó 10%, en parte impulsada por el gasto público. Se espera otra alza de 150 puntos esta semana.
El presidente, Jair Bolsonaro, candidato a la reelección en octubre, ha comenzado otra ronda de transferencias de efectivo. Pero con la política monetaria ahora empujando en la dirección opuesta, no se espera que esas medidas impulsen el crecimiento muy por encima de cero durante el resto de este año.
Algunos analistas dicen que el gasto tiene como objetivo asegurar el apoyo político en lugar de apuntalar el potencial de la economía al abordar sus debilidades a largo plazo.
Supervivencia política
“Es supervivencia política o populismo”, dijo Barbara Fritz, profesora de economía en el Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín. “No hay medidas como políticas industriales, fomento de la inversión, o reducción del Gobierno”.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien diariamente critica el neoliberalismo en sus conferencias de prensa matutinas, dice que su austeridad pandémica eventualmente dará sus frutos. Mantener baja la carga de deuda del país, según su argumento, garantizará que México evite desviar demasiados recursos al pago de intereses en lugar de a programas sociales.
La deuda nacional es de alrededor de 60% del PIB, según cifras del FMI, en comparación con aproximadamente 90% en Brasil. El banco central de México no ha tenido que subir las tasas de interés tan agresivamente como el de Brasil, porque la inflación no se ha disparado tan bruscamente.
Aun así, todavía no está claro si se observarán muchos dividendos en términos de crecimiento. El FMI espera que la economía de México se expanda 2,8% este año, muy por debajo del promedio de 4,8% para los mercados emergentes.