Las características de los autos como criterio de restricción para disminuir la contaminación
La investigación sugiere que la normativa se aplique en base a la composición del vehículo en sí, en vez del kilometraje recorrido, ya que eso podría derivar en cambios a la elaboración de las flotas de automóviles.
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El cambio climático es uno de los temas que más ha estado en boga en el último tiempo. La preocupación por lo que significa el exceso de gases de efecto invernadero en el ambiente, entre otros factores, va de la mano con las regulaciones que se están estableciendo a nivel mundial.
Sin embargo, la restricción vehicular sigue siendo un tema que complica tanto a los ciudadanos como a los creadores de políticas públicas.
Al respecto, los académicos del Instituto de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Juan-Pablo Montero y Francisco Gallego, y el magíster en Economía UC, Nano Barahona, desarrollaron la investigación “Restricciones vehiculares específicas sobre automóviles antiguos”, la cual plantea que la restricción por contaminación debería ser aplicada en base al tipo de auto y no sobre el número de kilómetros recorridos o “edad”. Así, “en caso de enfocarse en la primera, una restricción de este tipo puede llevar a cambios en la composición de la flota de automóviles”, según el texto que fue aceptado en la revista Review of Economic Studies, una de las revistas científicas más prestigiosas del mundo.
Éste señala que restringir de manera uniforme el uso de los vehículos, genera un efecto contraproducente: la compra de otros autos que, en algunos casos, son incluso más contaminantes .
“Restricciones asociadas a la edad del vehículo, castigan en mayor medida el uso de los más viejos y no limitan el uso de los más nuevos”, detalla la investigación. En esa línea, los autores postulan que “las restricciones debiesen ser diseñadas para funcionar de manera exclusiva en el margen extensivo (es decir, que afecte al tipo de auto que se usa), y no a través del margen intensivo (o sea, el número de kilómetros recorridos). En caso de ocurrir lo primero, las restricciones específicas a la edad del automóvil pueden ayudar de manera importante al bienestar de la sociedad, e incluso, de una manera más efectiva que otro tipo de políticas”.
Normativa por año
Juan-Pablo Montero, uno de los autores y Ph.D. del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), explicó a DF que a pesar de que con los años la tecnología automotriz ha evolucionado, las restricciones aún se aplican por el año debido a que “a partir de 2011, todos los autos nuevos tenían que cumplir con la misma tecnología de emisión, Euro 4 para los bencineros y Euro 5 para los diésel”. Sin embargo, apuntó que fijar el año tiene dos problemas: “No se reconoce que los vehículos van envejeciendo en el tiempo y, por lo tanto, emitiendo más, y no se reconoce que los distintos modelos envejecen de forma muy diferente en términos de sus emisiones”.
El investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2 y académico de la Universidad de Chile, Nicolás Huneeus, agregó que en Santiago se combinan distintos tipos de políticas, ya que al restringir por número de patente, de igual forma autos limpios se ven obligados a no circular.
“A lo que se está apuntando con los planes de descontaminación es a una renovación del parque vehicular, con medidas de emisiones cada vez más bajas”, agregó.
Hunneus comentó, además, que “es bueno analizar distintas configuraciones y cuáles son sus impactos en la renovación de éste parque que al final es lo que logra que se reduczan las emisiones”.
Eso sí, hizo hincapié en que para que las políticas tengan efecto, paralelo al recambio, se debe también fomentar el uso del transporte público y apuntó a la necesidad de una mayor conciencia sobre los efectos del uso del auto en los niveles de polución.