Portugal sale al rescate de Banco Espírito Santo tras masivas pérdidas
Salida protege a los clientes de la firma y reduce el riesgo de que la crisis de BES arrastre a toda la banca local.
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El Banco Espírito Santo (BES), la mayor entidad financiera de Portugal, ha culminado su derrumbe. Después de un intenso fin de semana de negociaciones entre el gobierno luso y la Unión Europea, el gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa, anunció la inyección de 4.900 millones de euros (US$ 6.575 millones) en el marco del plan de reestructuración y recapitalización del ente.
Con la recapitalización, el BES pasará a llamarse Novo Banco y contará con los activos de buena calidad. Mientras, sus activos tóxicos quedarán aislados en un banco malo.
“Se ha creado un banco nuevo, denominado Novo Banco, para el que se transfieren de inmediato los activos, depósitos y créditos del BES considerados buenos”, dijo Costa a los periodistas.
Asimismo, indicó que la medida “no tendrá ningún costo para el erario público” y tranquilizó a los clientes del BES asegurando que se descarta “completa e inequívocamente” cualquier hipótesis de que puedan verse afectados por la reestructuración.
Con este rescate, el gobierno luso busca evitar la contaminación de todo el sector financiero portugués.Fondo de Resolución La recapitalización se hará mediante el Fondo de Resolución, entidad privada que aportará 500 millones de euros y que recibirá del Estado portugués un préstamo por valor de 4.400 millones de euros restantes.
El dinero público procede del programa de ayuda financiera de la Troika, que incluye una línea de 12.000 millones de euros destinados a la recapitalización de aquellas entidades que lo necesiten y de la que todavía estaban disponibles más de 6.000 millones de euros. Portugal señaló que los fondos del programa de ayuda financiera serán reembolsados a través de la venta de la nueva entidad.
Ayer, el BES salió oficialmente de la Bolsa, donde su cotización fue suspendida el viernes por la Comisión del Mercado de Valores (CMVM) portuguesa, tras dos días consecutivos de fuertes caídas, que llegaron a situar el valor de sus títulos en un mínimo histórico de 0,10 euros.
La debacle se precipitó luego de la publicación de sus resultados para el primer semestre, cuando perdió 3.577 millones de euros, el peor resultado en la historia de la banca local.
Siguiendo el ejemplo
El rescate del ente luso muestra que los reguladores europeos están mirando a España en vez de a Chipre como ejemplo de cómo manejar un banco en quiebra sin provocar el pánico en el mercado.
En lugar de forzar pérdidas de los depositantes no asegurados y otros acreedores senior, como fue el caso de Chipre, Portugal está siguiendo el modelo establecido para rescatar al sector financiero español, lo que provocó un alza en las acciones y los bonos del país.
“Ellos sólo rescatarán en la medida de lo necesario”, dijo a Bloomberg Carsten Brzeski, economista de ING-DiBa.
“La crisis sistémica del euro ha terminado”, afirmó por su parte Holger Schmieding, economista jefe de Berenberg Bank, en una nota a clientes. “Si bien la zona euro todavía tiene problemas, dispone de una máquina bien engrasada para lidiar con ellos. Los riesgos de contagio viciosos, distintivo de la crisis del euro, se pueden mantener a raya”.
El movimiento del Banco de Portugal tiene lugar en medio de la transición al nuevo régimen de supervisión. La UE ha endurecido sus normas sobre cómo los bancos pueden recibir ayudas estatales, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) ha iniciado sus análisis. A finales de este año, el BCE dará a conocer su evaluación respecto de los balances de los bancos más grandes del bloque. Así, en 2016, una serie de reglas para el rescate se iniciará para los acreedores de los bancos en quiebra.
Debido a que dichas reglas todavía no están establecidas, sin embargo, la situación del Banco Espirito Santo “probablemente terminará como otro rescate bancario financiado por los contribuyentes”, dijo a Bloomberg Megan Greene, economista jefe de Maverick Intelligence. “Esto significa que la deuda será impuesta en el balance general del Estado y los contribuyentes pagarán, igual que sucedió en el caso de Irlanda”, pronosticó la experta.