Soterrar redes eléctricas en Santiago elevaría en $ 2.400 la cuenta mensual de luz
Los cálculos apuntan a que el soterramiento es entre siete y diez veces más caro que el despliegue actual.
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Los daños que sufrieron los tendidos eléctricos de la capital a raíz del temporal de viento de junio y la nevada de un mes después, despertaron el debate en torno a la necesidad de soterrar la infraestructura de transporte de energía.
El alto costo asociado a una obra de esta magnitud es uno de los argumentos que se usan para desestimar la posibilidad. A ello se suma el impacto físico de intervenir la ciudad para retirar el cableado aéreo y llevarlo bajo la superficie, a lo que se agrega los años que tomaría completar dicha labor.
Los cálculos apuntan a que el soterramiento es entre siete y diez veces más caro que el despliegue actual, aunque el impacto en las cuentas de la luz es un cálculo que hasta ahora era desconocido.
La consultora Systep, ligada al académico Hugh Rudnick, hizo este ejercicio en su reporte del mercado correspondiente al mes de julio y determinó que poner bajo tierra el 100% de las redes de media y alta tensión, así como los transformadores, podría incrementar en unos $ 2.400 la boleta mensual de un usuario con tarifa BT1, que corresponde a los usuarios residenciales.
Además de la remuneración de la distribuidora (que corresponde al Valor Agregado de Distribución, VAD) que equivale al 15% del cargo final, esta tarifa considera también el pago de los componentes de generación (entre 50% y 15% del total), transmisión zonal (4%) y nacional (15%), así como el IVA (16%).
En el ejercicio, Systep consideró la empresa teórica que opera en Santiago y que se utiliza para el cálculo tarifario que se realiza cada cuatro años y cuya infraestructura corresponde a la situación actual (ver tabla).
En el caso de las redes de alta tensión, a lo anterior se determinó que el costo de las redes subterráneas es 5,5 veces mayor que las aéreas, mientras que en baja tensión y transformadores se consideró un costo 6,6 veces superior.
Con estos datos se calculó el Valor Nuevo de Reposición (VNR) de esas instalaciones, sumando además el costo de desinstalar las redes aéreas, y se le agregó el costo de operación y mantención de las instalaciones.
Todo esto mostró que en un escenario en que la totalidad de las redes de alta y baja tensión, así como los transformadores, fueran subterráneos, la tarifa BT1 pasaría de $ 115 por KWh de la situación actual a $ 131, alza de 14%.
Los $ 16 de diferencia entre ambos casos, llevados a un consumo tipo de 150 KWh, arrojan los $ 2.400 de incremento de la cuenta de luz de estos clientes.
En casos intermedios en que las redes de baja tensión se mantienen como están ahora y se soterran los tendidos de alta tensión y el 75% de los transformadores se aíslan (modalidad pad mounted), la tarifa llegaría a $ 121, mientras que si el 100% de estos últimos fueran soterrados, la tarifa llegaría a $ 121.
En la industria comentan que este cálculo no considera una serie de factores externos relacionados con el soterramiento, como el impacto de las obras civiles y el lucro cesante en las zonas a intervenir, lo que implicaría costos mayores.
“El ejercicio planteado intenta dimensionar el efecto real que produciría un eventual cambio de paradigma en la configuración de la red de distribución. Los resultados evidencian que es posible considerar el uso de redes subterráneas como una nueva alternativa de desarrollo dentro del actual marco regulatorio”, dice Systep en su reporte.
Agregan que si bien la tarificación actual de la distribución promueve un sistema eficiente y económicamente adaptado, no incentiva necesariamente inversiones en calidad de suministro, mejoras operacionales ni automatización.
Plantean que esta alternativa debería ser incorporada en el análisis de un posible cambio del actual esquema de remuneración basado en el VNR, por un esquema de regulación por incentivos, que “permitiría reconocer inversiones que generen externalidades positivas”, puntualizan.