Estudio calcula qué tan ineficientes son los municipios chilenos en gastar sus recursos
Investigación de académicos chilenos, publicada en Applied Economics, estima que los gobiernos locales podrían entregar la misma cantidad de servicios con un 61% menos de recursos.
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Con un 61% menos de recursos, los municipios del país podrían entregar en promedio la misma cantidad de servicios actuales. Así lo concluyó una investigación realizada por el decano de la Facultad de Economía y Empresa de la U. Diego Portales, Mauricio Villena, junto a la economista de la Fundación Chile y magíster de la U. de Columbia, Francisca Pacheco, y el investigador del Centro de Estudios Públicos (CEP), Rafael Sánchez.
Basado en las cifras de 324 alcaldías de una década -lo que les permitió un total de 3.564 observaciones-, los expertos detectaron que desde fines de la década de los 2000 el nivel de ineficiencia ha venido aumentando, alcanzando un máximo de 78,4% en 2018, lo que en simple significa que los municipios podrían haber entregado los mismos servicios, pero con fondos un 78,4% menores.
"Además, encontramos que las capitales regionales o provinciales son más eficientes en promedio que el resto de los municipios de la misma región", aseguran Villena, Pacheco y Sánchez sobre su estudio publicado recientemente en la prestigiosa revista Applied Economics.
Otra de las conclusiones fue que los municipios cuyos ingresos propios tienen una alta dependencia del Fondo Común Municipal (FCM) y un alto porcentaje de inversión pública con respecto al gasto total son -manteniendo todo lo demás constante- menos eficientes en el uso de los fondos.
Como contraparte, el mejor uso aumenta en los gobiernos locales que perciben más ingresos propios provenientes de más impuestos territoriales o patentes comerciales.
¿Qué se midió?
Para calcular los niveles de eficiencia/ineficiencia en el gasto, los investigadores evaluaron el costo y la producción del respectivo municipio, además de incorporar variables de heterogeneidad del gobierno local.
Para abordar el costo financiero de la prestación de los citados servicios, se utilizó el gasto corriente de los municipios debido a la alta volatilidad del gasto en capital. Por lo tanto, se analizaron los desembolsos en recursos en personal, bienes y servicios de consumo, además de educación (transferencias a entidades jurídicas privadas), salud (transferencias a entidades jurídicas privadas), y los traslados a los servicios de salud, a los centros de salud pública y a las escuelas de educación pública.
"Finalmente, encontramos que las transferencias corrientes de las instituciones públicas (a saber, ministerios y otros servicios públicos) a los municipios también aumentan la eficiencia", aseguran los docentes.
Las variables de producción analizadas fueron la prestación de servicios municipales en educación (número de establecimientos educativos municipales rurales y urbanos y el promedio de matrícula mensual); salud (cantidad de Centros de Salud Mental -Cosam-, laboratorios de salud, clínicas rurales y urbanas generales, puestos de salud rural, otras instalaciones sanitarias municipales en la comuna y Servicios de Emergencia de Atención Primaria -SAPU-); urbanismo (metros cuadrados de áreas verdes mantenidas); higiene (servicios de limpieza de la ciudad, recogida de basura y servicios de vertedero, y cobertura de agua potable) y servicios sociales (clubes deportivos, centros de madres, organizaciones de adultos mayores, centros de padres, consejos de vecindario, organizaciones comunitarias funcionales, organizaciones comunitarias con estatuto jurídico en la comuna y sindicatos de la comunidad).
También se incluyeron variables para limpiar la eficiencia municipal, con factores exógenos como el nivel de población, la geografía, la capacidad fiscal y factores políticos (cuán diversa es la composición política del concejo, por ejemplo).
¿Qué hacer?
Los autores advierten de la necesidad de una reforma "estructural" de los erarios municipales, estableciendo mecanismos que liguen objetivos con aumentos de recursos.
"Si los recursos financieros de los gobiernos locales no están vinculados a su desempeño de ninguna manera, no tienen incentivos económicos para cuidar bien su uso eficiente ni para generar nuevas fuentes de ingresos. Esta noción se denomina a veces en la literatura pereza fiscal de los gobiernos locales", coinciden.
De hecho, recuerdan que en los últimos años se han aprobado varias leyes de mejora de la salud pública y la educación, que aumentan principalmente los sueldos de los empleados municipales de esos sectores, "sin incorporar incentivos para mejorar la eficiencia de la prestación de los servicios municipales".
"En otras palabras, los costos de producción municipal aumentaron de manera importante durante este período sin que ello implicara un aumento correspondiente de la producción. Esto sugiere que en el futuro, mayores traspasos de recursos a los municipios deben ir acompañados con indicadores de gestión y rendición de cuentas", argumentan.