Mercados
“Ya estamos de pie, aunque nos acabamos de levantar”
Dentro de las próximas semanas, la empresa espera llegar al 100% de su producción, lo que significa aproximadamente 100 mil toneladas anuales.
Por: | Publicado: Viernes 25 de febrero de 2011 a las 05:00 hrs.
- T+
- T-
María Ignacia Méndez R.
“Recién ahora, a fines de enero se retomó la producción del horno de Concepción, Lirquén, el cual es la principal planta productora que tiene la empresa. Este es un proceso lento que lleva semanas para volver a los parámetros normales de rendimiento”. Así explica la situación actual de Vidrios Lirquén -perteneciente al grupo NSG, Saint Gobain y Pathfinder-, su gerente general Lucas Malfetano, quien agrega que “ya estamos despachando vidrio a nuestros clientes (…), llegaremos al 100% en un par de semanas. A un año del terremoto ya estamos de pie, aunque nos acabamos de levantar”.
Y el esfuerzo requerido no fue menor. Como precisa el ejecutivo, la empresa fabrica aproximadamente 100 mil toneladas de vidrio al año, por lo que para el día del terremoto, desde el punto de vista comercial, perdieron más del 90% del stock. “Inmediatamente comenzamos a importar vidrio desde Argentina y Brasil, que eran los que podían llegar más rápido a Chile”, recuerda. “En lo comercial -agrega Malfetano- no ha sido fácil, porque importar vidrio en vez de tener una producción local es muy complicado. Ahora, ya estamos en condiciones de abastecer el mercado normalmente. La demanda era alta y habíamos perdido todo”, indica el gerente general, quien sin dar detalles, añade que “las ventas y exportaciones de la compañía se vieron muy afectadas al momento del sismo”.
En todo caso, advierte que habían seguros involucrados, de los cuales ya recibieron el dinero y lo han reinvertido en reconstrucción de la planta, reposición de inventarios y para cubrir la operación durante el año donde se importaron los vidrios para abastecer el mercado.
En primer lugar
Más allá del impacto económico, Malfetano relata que lo primero tras el sismo fue corroborar la situación de sus trabajadores. No sólo de quienes se encontraban en la fábrica la madrugada del 27 de febrero -aproximadamente 25 personas- sino que del 100% de sus empleados, lo que demoró unos cinco días. Recién el jueves 4 de marzo pudieron saber que todos sus trabajadores estaban “sanos y salvos. Afortunadamente, no tuvimos ninguna desgracia que lamentar. Después de habernos preocupado de las personas, hicimos un catastro final de los daños y comenzamos a restablecer el orden en la planta”, señala el gerente general. Sobre la situación contactual, el ejecutivo explica que “Vidrios Lirquén no despidió a nadie, seguimos con la misma cantidad de empleados. Tampoco hubo disminución de sueldo”.
En términos de enseñanza, Malfetano sostiene que “con respecto al grupo humano, tenemos empleados que están en condiciones de sobrellevar estas adversidades”, pero sobre si se sentían preparados para un evento de tal magnitud, indica que “teníamos planes de contingencia que funcionaron, aunque para un evento similar ahora estaríamos mejor preparados”, concluye.
“Recién ahora, a fines de enero se retomó la producción del horno de Concepción, Lirquén, el cual es la principal planta productora que tiene la empresa. Este es un proceso lento que lleva semanas para volver a los parámetros normales de rendimiento”. Así explica la situación actual de Vidrios Lirquén -perteneciente al grupo NSG, Saint Gobain y Pathfinder-, su gerente general Lucas Malfetano, quien agrega que “ya estamos despachando vidrio a nuestros clientes (…), llegaremos al 100% en un par de semanas. A un año del terremoto ya estamos de pie, aunque nos acabamos de levantar”.
Y el esfuerzo requerido no fue menor. Como precisa el ejecutivo, la empresa fabrica aproximadamente 100 mil toneladas de vidrio al año, por lo que para el día del terremoto, desde el punto de vista comercial, perdieron más del 90% del stock. “Inmediatamente comenzamos a importar vidrio desde Argentina y Brasil, que eran los que podían llegar más rápido a Chile”, recuerda. “En lo comercial -agrega Malfetano- no ha sido fácil, porque importar vidrio en vez de tener una producción local es muy complicado. Ahora, ya estamos en condiciones de abastecer el mercado normalmente. La demanda era alta y habíamos perdido todo”, indica el gerente general, quien sin dar detalles, añade que “las ventas y exportaciones de la compañía se vieron muy afectadas al momento del sismo”.
En todo caso, advierte que habían seguros involucrados, de los cuales ya recibieron el dinero y lo han reinvertido en reconstrucción de la planta, reposición de inventarios y para cubrir la operación durante el año donde se importaron los vidrios para abastecer el mercado.
En primer lugar
Más allá del impacto económico, Malfetano relata que lo primero tras el sismo fue corroborar la situación de sus trabajadores. No sólo de quienes se encontraban en la fábrica la madrugada del 27 de febrero -aproximadamente 25 personas- sino que del 100% de sus empleados, lo que demoró unos cinco días. Recién el jueves 4 de marzo pudieron saber que todos sus trabajadores estaban “sanos y salvos. Afortunadamente, no tuvimos ninguna desgracia que lamentar. Después de habernos preocupado de las personas, hicimos un catastro final de los daños y comenzamos a restablecer el orden en la planta”, señala el gerente general. Sobre la situación contactual, el ejecutivo explica que “Vidrios Lirquén no despidió a nadie, seguimos con la misma cantidad de empleados. Tampoco hubo disminución de sueldo”.
En términos de enseñanza, Malfetano sostiene que “con respecto al grupo humano, tenemos empleados que están en condiciones de sobrellevar estas adversidades”, pero sobre si se sentían preparados para un evento de tal magnitud, indica que “teníamos planes de contingencia que funcionaron, aunque para un evento similar ahora estaríamos mejor preparados”, concluye.