Paúl y la evaluación a directores: “Esto es absolutamente poco estándar mundial”
Según el consultor, la normativa tiene un sesgo sobre las tareas de control y carece del rol sobre el desarrollo de las compañías.
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POR ERIC ROBLEDO
La normativa propuesta por la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) que transparenta las prácticas de gobiernos corporativos de las compañías listadas en bolsa es vista por el director de empresas, Luis Hernán Paúl, como una iniciativa que, si bien está correctamente orientada por ser una norma de principios que voluntariamente se pueden cumplir o no, “tiene el problema de que sobrerregula a los gobiernos corporativos”.
Paúl, quien también es director del Centro de Gobiernos Corporativos de la Universidad Católica, destaca en primer lugar que el grado de regulación propuesto por la SVS es el “adecuado”. Paúl considera que la iniciativa de la SVS es correcta por considerar buenas prácticas de los gobiernos corporativos. No obstante, plantea que mantiene aspectos que no son considerados como buenas prácticas a nivel internacional.
El borrador de la encuesta incluye cuatro aspectos principales, de los cuales el más exhaustivo es sobre la evaluación de los directores. “Es delicado que la evaluación se haga a nivel de cada director. Eso es absolutamente poco estándar a nivel mundial. Lo que existe en otros códigos como este es el requerimiento de la evaluación del directorio como grupo”, dice. Además, “a nivel internacional no conozco ningún código que tome como subtema al adecuado ejercicio del cargo del director. Lo usual es referirse al funcionamiento del directorio”, asegura.
Paúl indica que evaluar a los directores puede generar “dinámicas complejas y poner en riesgo el adecuado clima en los directorios”. Además, explica, no es común que esta evaluación la haga un tercero, como lo estipula la propuesta de la SVS. “Creo que esta es una de las cosas más delicadas de la norma y vale la pena cambiarla”, señala.
Un segundo tema delicado para las empresas -según el experto- es el nivel de transparencia exigido, dado que obliga a dar cuenta de por qué no se cumplen algunos principios, pero también se pide detallar cómo se cumplen los que sí se han incorporado como prácticas en las empresas. Además, se pide seleccionar un grado de cumplimiento lo cual “es complejo por la subjetividad implícita en dicha selección”, señala.
Principios dudosos
Para el experto, existen otros aspectos considerados en el borrador de la SVS que derechamente debieran excluirse. Entre ellos, está la presencia de alguien exclusivamente dedicado a entregar información a los directores. “Los mecanismos de entrega de información están y los directores están amparados en el derecho de solicitud de información”, dice.
Otro -también propuesto por la SVS- es el entregar los perfiles profesionales y experiencia de los candidatos a directores de una sociedad dos días antes de elegirlos. “Esta norma puede tener sentido para quienes buscan votos de los accionistas minoritarios, pero no hace sentido para los escogidos con los votos de los controladores. Para estos últimos no creo que haya que ponerles exigencias más allá de las que establece la ley”, dice.
Énfasis en el control
La encuesta de autoevaluación que deberán adoptar ahora las empresas listadas (y publicar para marzo de 2013) tiene, según Luis Hernán Paúl, un sesgo sobre la función de control que ejercen los directorios. Explica que la encuesta carece de la evaluación de otra función fundamental los directorios, la cual es el desarrollo de las compañías.
Sobre esto, Paúl indica al menos cuatro temas que se podrían incluir: el rol del directorio en la gestión estratégica; una evaluación (como grupo) al comité de directores; la elaboración de un informe anual sobre el gobierno corporativo -que, según el experto, sí es ampliamente aceptado en el mundo como una buena práctica; y la existencia de un código de funcionamiento del directorio.