Las cinco claves que marcan la entrada del mercado a un ciclo "posmoderno", según Goldman Sachs
Este nuevo periodo estaría marcado por una mayor inflación y un entorno de mercado “más gordo y plano”.
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A partir de 1980 comenzó a formarse un "ciclo moderno" para los mercados globales, impulsado por una inflación más baja, bancos centrales independientes, globalización y menor volatilidad. Así lo afirmaron en un nuevo reporte los analistas de Goldman Sachs Research quienes argumentan que hoy los mercados están entrando en un nuevo ciclo "posmoderno" en el que la inflación representa un riesgo mayor por sobre la deflación.
La historia del mercado se divide en tres etapas. Antes de 1980 se dio el ciclo de inversión tradicional, de carácter breve y volátil, caracterizado por inversionistas que requerían un alto rendimiento de dividendos para compensar los riesgos en los mercados de valores.
Desde aquella década, el ciclo “moderno” se caracterizó por una mayor estabilidad y previsibilidad ante caídas sostenidas de la inflación, las tasas de interés y las primas de riesgo. Asimismo, influyó una disminución de las tensiones geopolíticas y una nueva era de globalización que llevó la participación de las ganancias en el PIB a niveles récord.
Ahora, para Goldman Sachs, es probable que el nuevo ciclo "posmoderno” (posterior a la pandemia) “esté impulsado por un conjunto diferente de macrocondiciones y prioridades, lo que implica diferentes estilos de inversión y oportunidades".
"Los rendimientos de las inversiones deberían ser más débiles en este ciclo, ya que las tasas de interés más altas implican contribuciones más pequeñas para la valoración", detallaron, indicando que existen cinco aspectos clave a vigilar.
1. Desinflación a inflación
Con la llegada del conflicto en Ucrania las cadenas de suministro se vieron fuertemente afectadas y hoy los choques de oferta son más inflacionarios, lo que generará cambios en los métodos de inversión actuales, privilegiando ascender en la curva de riesgo hacia activos más “reales”, como los bonos de gobiernos.
“Es probable que el cambio en las expectativas de inflación y las tendencias hacia tasas de interés más altas en términos tanto nominales como reales cambien el panorama de inversión, lo que resultará en un entorno de mercado 'más gordo y plano' (rango de negociación más amplio y rendimientos más bajos) en comparación con el mercado alcista secular, liderado por la valoración, que lo precedió”, advirtieron.
“Bajo estas condiciones, el enfoque de los inversores debería centrarse menos en el crecimiento de la línea superior y más en la sostenibilidad de los márgenes y los dividendos”, añadieron.
En esta línea, la recomendación del banco es aumentar la diversificación entre regiones, factores y sectores; ampliar la exposición a activos reales y a empresas que puedan asegurar un flujo de ingresos reales estable y sostenible.
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2. Camino a la regionalización
Tras el comienzo de una nueva era de globalización el ritmo de crecimiento del comercio mundial creció al doble del ritmo del PIB mundial. Sin embargo, el peak de este coincidió con la crisis financiera y desde entonces, se desaceleró.
Por lo mismo, desde Goldman Sachs plantean que las crecientes presiones ESG, el enfoque en la descarbonización y las crecientes consideraciones geopolíticas den como resultado un movimiento hacia una mayor regionalización y deslocalización.
“Tanto la pandemia como la guerra han revelado la fragilidad y la dependencia excesiva de los sistemas de inventario y las cadenas de suministro justo a tiempo. Muchas empresas en realidad están discutiendo activamente la desglobalización, la relocalización y la mejora de la resiliencia de la cadena de suministro”, afirmaron.
“Así como la década de 1970 vio una era de ‘campeones’ nacionales (empresas que reciben apoyo especial del gobierno por razones políticas y de seguridad) en las industrias de aerolíneas, banca y automóviles, estamos entrando en una era de campeones regionales en seguridad energética, fabricación de chips y tecnología de baterías”, añadieron.
3. Mano de obra y energía
El movimiento hacia una mayor localización también respaldaría un cambio hacia condiciones de mercado laboral más estrictas, sobre todo, considerando que se ha producido un marcado repunte desde la pandemia.
“El mercado de acciones parece estar preocupado sólo de manera selectiva por los costos laborales. Esperamos que los salarios sigan siendo un foco de atención clave del mercado en los próximos años, a pesar de la previsión de nuestros economistas de que las restricciones de la oferta laboral disminuirán en los próximos meses”, detallaron.
“Los inversores deben centrarse en Innovadores y Disruptores que ahorrarán dinero a las empresas, particularmente en áreas relacionadas con una mayor eficiencia energética y en la sustitución de mano de obra. Esto incluirá la eficiencia energética, incluido el almacenamiento de carbono, los planes nucleares modulares y el almacenamiento de baterías. También debería aumentar la inversión en sustitución de mano de obra, por ejemplo, en aprendizaje automático, robótica e inteligencia artificial”, añadieron.
4. Menos Capex, más gasto gubernamental
El entorno actual de mayor riesgo geopolítico y la guerra en Ucrania ha llevado a muchos gobiernos a gastar más capital. Esto, mientras se ha intensificado desde la crisis financiera una desaceleración de inversiones en bienes de capital, conocido como Capex..
“Una combinación de PIB nominal débil, exceso de inventarios (por ejemplo, en materias primas) y riesgos deflacionarios han desalentado el gasto de Capex tradicional”, explicaron.
“Por supuesto, es probable que el gasto en soluciones tecnológicas siga siendo muy fuerte, y el incentivo puede ser aún mayor en áreas relacionadas con la eficiencia energética y la sustitución de mano de obra”, recalcaron.
En esta línea, desde el banco de inversión esperan que el Capex se recupere, ya que muchas industrias están cerca de su capacidad máxima. Por lo tanto, destacan que las empresas tendrán que invertir para cumplir objetivo de cero emisiones netas; aumentar su producción y satisfacer toda la demanda acumulada; mejorar la productividad en un entorno de mercado laboral más ajustado; localizar la producción después de décadas de globalización; y devolver los inventarios a donde estaban.
5. Valorización de márgenes y dividendos
Finalmente, los analistas afirmaron que estamos pasando de una década en la que nos centramos en el crecimiento de primera línea a un ciclo en el que los inversores se centrarán cada vez más en los márgenes.
“En el ciclo dominado por la deflación posterior a la crisis financiera, la débil demanda agregada y la menor inflación empujaron a la baja el crecimiento del PIB nominal y de los ingresos medios. En cambio, la inflación más alta otorga mayor valor a los márgenes y menor volatilidad de los mismos”, explicaron.
“El crecimiento de dividendos sostenible y de calidad será más valorado a medida que los inversionistas se centren cada vez más en los rendimientos compuestos a lo largo del tiempo. Los balances sólidos y los índices de pago relativamente bajos también hacen que esta sea una estrategia más atractiva que en el ciclo posterior a la crisis financiera”, concluyeron.