José De Gregorio por reforma de pensiones: “El diablo está en los detalles”
Durante un seminario de la Universidad de Chile, el economista junto a otros académicos presentaron su postura sobre las "luces" y "sobras" en torno a la propuesta gubernamental.
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En el marco del seminario "Reforma de Pensiones: Luces y Sombras" realizado esta mañana en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, el economista y expresidente del Banco Central, José De Gregorio, afirmó que, en relación a la iniciativa, “estamos frente a una amenaza muy compleja” y aún hay detalles por resolver.
“Si uno habla de las cosas fundamentales que se tienen que hacer, la reforma previsional junto a lo tributario es lo más importante que tenemos por frente. Primero, porque este es un tema que está en el Congreso desde 2016, lo que muestra la fractura de nuestro sistema político que no es capaz de ponerse de acuerdo”, planteó durante la introducción del evento.
“Si uno habla de las cosas fundamentales que se tienen que hacer, la reforma previsional junto a lo tributario es lo más importante que tenemos por delante”.
José De Gregorio, académico de la FEN y expresidente del Banco Central
Un segundo punto que mencionó fue que los cambios propuestos afectan a las familias, ya que no solo involucra a los jubilados que tienen una baja pensión, sino que también a los hijos que tienen que ayudar económicamente a sus padres, indicando que esta situación “es un problema social tremendamente grave”.
“En tercer lugar, está la tentación de destrucción del sistema, porque en la medida en que en que hay una Pensión Garantizada Universal (PGU) todos reciben algo y no hay acuerdo de reforma”, afirmó.
“Enfrentamos frente a una amenaza muy compleja, no solo por su implicancia al mercado financiero que sería bastante dañina, sino que también al sistema de pensiones. Es fundamental que se pongan de acuerdo. El diablo está en los detalles”, concluyó.
Luces del proyecto
Para el economista y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Salvador Valdés, una de las “luces” del proyecto es que parte del 6% de cotización irá a capitalización.
“El proyecto original del Presidente Boric, que presentó en su primera vuelta a la campaña presidencial del año pasado, no era así, era sin capitalización. Entonces, todo esto ha cambiado y eso es positivo. Yo diría que la capitalización es mejor que el reparto”, indicó.
Asimismo, destacó que la propuesta pone en la agenda suavizar las fluctuaciones de rentabilidad para estabilizar las pensiones que obtienen distintas generaciones, así como la estructura de la industria de AFP.
“A mí me convencen las críticas que están puestas al excesivo margen de utilidad operacional de las administradoras para afiliado antiguo y al excesivo gasto en vendedores y publicidad. Esto está bien documentado no solamente en Chile, sino que en otros países que tienen sistemas similares. Poner esto en la agenda es importante y hay que hacer algo al respecto”, agregó.
Por su parte, el académico de la FEN, Alejandro Micco, destacó la separación de las funciones que plantea la reforma, indicando que tiene la ventaja de hacer desaparecer la interacción directa de las personas con el “monstruo ficticio” en torno a la percepción de las AFP.
“Desaparece esta interacción directa porque se hace todo atrás de un ente único, lo cual ayuda a hacer más factible la tramitación del proyecto y juntar puntos, lo cual yo creo que es un tema importante a tener en cuenta”, señaló.
Sombras a la vista
La parte negativa, según Valdés, es que la reforma limita el análisis a los efectos de largo plazo y es inadecuado no considerar los efectos macro del primer siglo. Según el economista, la gravedad recaería en la omisión del impacto del costo de la transición.
En esta línea, dijo que también se omitiría la credibilidad de la misma y su sustentabilidad política, ya que no habrá incentivo político para que los siguientes gobiernos paguen el costo de la “fiesta previsional” de Boric.
Un tercer punto negativo, son los impactos sobre el mercado laboral al momento de subir la tasa de cotización, ya que según Valdés, el Banco Central reconoce que el salario mínimo disminuiría e incentivaría la informalidad.
Finalmente, destacó los impactos sobre el capital productivo en Chile y la inversión en el exterior, indicando que es probable que al terminar la transición, el mayor stock de capital en Chile sea bastante inferior al mayor ahorro nacional. “El impacto sobre la demanda por trabajo en Chile, de la acumulación adicional de capital, sería bastante inferior a lo proyectado por el modelo del banco central”, agregó.
Para Micco, una de las principales "sombras" a analizar es la administración del dinero al cambiar el sistema, ya que se pasaría a un modelo donde se paga mensualmente en función del saldo y para alguien que ya está al final de su vida laboral significaría nuevos cobros.
“Tiene una transición que ahí un poco compleja que el proyecto algo trata de hacerse cargo, pero en teoría yo no debiera pagar nada por eso, porque yo ya pagué por toda la gestión. Es un tema que lo hace un poco más difícil”, agregó.