Los arquitectos tras el éxito del Portalinmobiliario

A través de la creación de un software para apoyar a las inmobiliarias en la gestión de venta, nació esta sociedad a mediados de 1990. Hoy es una empresa con más de 80 empleados y facturación por sobre los US$ 5 millones.

Por: | Publicado: Sábado 7 de mayo de 2011 a las 05:00 hrs.
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Por Andrés Pozo B.

“El detonante de Portalinmobiliario fue que una de las inmobiliarias con las que trabajábamos como arquitectos -La Cañada-, nos pidió desarrolar un software de gestión de ventas. Esto no existía en ese tiempo”, explica uno de los creadores de este sitio web relatando cómo se creó el portal hace justo 15 años.

En ese entonces, Orlando Paratori -actual gerente general- y Cristián Maturana -director ejecutivo- habían creado una oficina de arquitectos y con la ayuda de Francisco Maturana -Ingeniero Civil y también hoy director ejecutivo junto a su hermano- comenzaron a desarrollar el producto.

“Tuvimos la suerte de que nos entregaron muy buenos requerimientos de lo que necesitaban. Se evaluó lo que era un programa para los puntos de ventas inmobiliarios y entregamos el presupuesto. Lo encontraron caro”, relatan.

Pese a que la idea fue desechada por la empresa, Paratori y los hermanos Maturana decidieron emprender con el proyecto. Y desarrollaron el software que, 15 años después, es la base de Portalinmobiliario, un sitio que cada mes tiene más de 40 millones de page view, más de 800 mil usuarios únicos y 200 mil cotizaciones.

Servidor en la cocina


Con el software hecho, lo primero que hicieron fue salir a ofrecerlo a las inmobiliarias. La herramienta en ese entonces era para mejorar gestión de ventas, integrando detalle de los departamentos disponibles, precios y planos de los departamentos.

“Nos fue bien porque nos compraron inmobiliarias grandes. Era un software que no existía y no era copia de nada fuera del país. Lo clave fue que nos compró Almagro y el efecto imitación de las otras empresas fue rápido. Después fue Aconcagua”, cuentan casi al unísono.

Era el año 1996 y Paratori y los Maturana decidieron oficializar el negocio: crearon Virtual Market. Trabajaban medio día. Francisco lo complementaba en la Universidad Católica y por las tardes se iba a la oficina que mantenían en Las Condes. Orlando y Cristián también seguían con sus trabajos de arquitectos a distintas empresas.

Y llegó el año 1998. La crisis asiática echó al suelo los trabajos de arquitectura. “Y apareció Internet como promesa”, dicen. Era la fiebre de las puntocom y, aprovechando que el software mantenía información en línea, decidieron sumar un nuevo servicio y promocionar los productos de sus clientes.

En ese entonces, el sistema era rudimentario. La oficina era compartida con otros arquitectos. Mientras el servidor para Internet estaba en la cocina, la cafetera en el baño.

Paratori y los Maturana se dieron cuenta que tenían ventajas en la red. Hicieron un plan de negocios y se abrieron a recibir socios para tener financiamiento. Le dieron vida a Portalinmobiliario.

“Nos dimos cuenta que para que el portal fuera fuerte, debíamos incluir propiedades usadas. No solo nuevas. Por eso desarrollamos un software para los corredores de propiedades. Fue un acierto”, relatan.

Primer hito: tener utilidades


El proyecto comenzó a crecer. Si en un principio los ingresos para la empresa venían por la venta de los software, la tendencia comenzó a variar. Hoy es el portal el principal activo.

“Crecer fue un trabajo muy lento, de años, porque había que cambiar la cultura de cómo se vendía”. Dicen que en su momento era normal escuchar de las empresas que llevaban décadas trabajando de un modo y que no serían ellos los que les dirían cómo vender. “Después, resultaron ser muy buenos clientes”, se ríen.

Con el tiempo fueron creciendo. Se cambiaron de oficinas y comenzaron a contratar gente. Hoy ya no tienen los servidores en la cocina, y trabajan más de 80 personas en el equipo. Para este año, además, esperan facturar del orden de 
US$ 7 millones.

El hito, de todos modos, fue en 2003. Ese año comenzaron a tener utilidades. Desde entonces, el crecimiento está dado por desarrollar nuevos productos y conquistar nuevas fronteras.



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