Trump enfrenta tormenta política tras despedir al jefe del FBI
Analistas temen que el escándalo retrase la implementación de la agenda económica de la Casa Blanca. Parlamentarios oficialistas y de oposición cuestionaron ayer la medida.
- T+
- T-
El fantasma del expresidente de Estados Unidos Richard Nixon –quien renunció en 1974, asediado por las investigaciones del llamado Caso Watergate– penó ayer en Washington, cuando el actual jefe de Estado, Donald Trump, enfrentó cuestionamientos transversales por sacar de su cargo al director del FBI, James Comey.
Las comparaciones apuntaban a la llamada “masacre del sábado por la noche”, cuando Nixon despidió al fiscal especial designado para investigar las denuncias de abuso de poder de su administración. Comey, por su parte, investigaba los presuntos vínculos del equipo de campaña de Trump con autoridades del gobierno ruso.
El mandatario defendió ayer su decisión a través de Twitter, señalando que el exdirector “perdió la confianza de casi todo el mundo en Washington, tanto republicanos como demócratas. Cuando las cosas se calmen, me agradecerán”. También aseguró que “será reemplazado por alguien que hará un trabajo mucho mejor, devolviendo el espíritu y prestigio al FBI”.
La semana pasada, Comey testificó ante el Comité de Inteligencia del Senado sobre sus decisiones durante la campaña presidencial del año pasado: además de indagar al equipo republicano, el FBI investigaba a la candidata demócrata Hillary Clinton por su uso de un servidor privado de correos electrónicos durante su período como secretaria de Estado. Comey criticó a la exautoridad, pero se abstuvo de presentar cargos.
Por ello, Trump señaló ayer que “los demócratas han dicho algunas de las peores cosas contra James Comey, incluyendo que debía ser despedido, pero ahora fingen estar tristes”.
Se trata de sólo la segunda vez que un director del FBI es despedido. Desde 1972, el cargo tiene una duración de diez años; en 1993, el entonces presidente Bill Clinton sacó del puesto a William Sessions, luego de que un informe interno determinara que el entonces director había cometido faltas éticas graves.
Terremoto en Washington
El despido de Comey causó una crisis en la cámara alta, que había agradecido su colaboración e intentado mostrar cooperación bipartidista en las indagatorias sobre la campaña de Trump. El republicano Richard Burr, quien preside el Comité de Inteligencia, manifestó en un comunicado que estaba “atribulado por el momento y razonamiento del despido del director”. Agregó que su salida “confunde una investigación ya de por sí compleja” y “es una pérdida para el FBI y para la nación”. Otros oficialistas respaldaron al presidente.
En tanto, el demócrata Mark Warner, vicepresidente de la misma instancia, señaló que Comey debería ser citado para aclarar qué sabe sobre los vínculos de la campaña de Trump con el gobierno ruso. La oposición dijo que la decisión fue “nixoniana” y presiona para iniciar una investigación independiente, mientras promete rechazar a los nominados para la jefatura del FBI.
El vicepresidente Mike Pence aseguró que la salida de Comey no se relacionó con la investigación sobre la campaña republicana. “El presidente tomó un liderazgo fuerte y decisivo para poner la seguridad de los estadounidenses primero”, dijo.
Incertidumbre económica
Diferentes voces del mercado lamentaron ayer que la atención política se enfocara en el escándalo, lo que podría retrasar la discusión de la agenda económica de la Casa Blanca, que incluye un recorte de impuestos corporativos.
“El despido podría distraer e impactar la capacidad de la administración para aprobar su agenda legislativa”, señaló el analista de Credit Suisse Hongling Jiang. “Con medidas tributarias significativas ya incorporadas a los análisis, esas esperanzas podrían verse decepcionadas”, aseguró.
Para el experto en políticas públicas de Cowen & Co Chris Krueger “es difícil ver algún beneficio político en despedir a Comey (...) esto va a consumir la mayor parte del oxígeno en Washington”.
LA ACCIDENTADA INVESTIGACIÓN SOBRE LA CAMPAÑA
Julio, 2016. Tras meses de investigación, el director del FBI, James Comey, decide no presentar cargos contra la candidata demócrata Hillary Clinton por usar un correo electrónico privado mientras era secretaria de Estado. Trump pide a hackers rusos recolectar mensajes de su contendora.
Octubre, 2016. Comey dice que reabrirá la investigación contra Clinton, apenas once días antes de la votación.
6 de enero. La CIA, el FBI y la NSA publican un informe que concluye que el Kremlin condujo una operación para influir en las elecciones de EEUU.
14 de febrero. Trump, ya presidente, despide a su asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, tras revelarse que se reunió con oficiales rusos antes de asumir su cargo.
2 de marzo. El fiscal general Jeff Sessions, designado por Trump y confirmado por el senado, se inhabilita de investigar la influencia rusa en las elecciones. Él mismo había tenido reuniones con diplomáticos del Kremlin.
20 de marzo. Comey, informa que el FBI indaga los vínculos de la campaña de Trump con el Kremlin.
3 de mayo. Comey testifica en el senado y defiende decisiones durante la campaña.
9 de mayo. Trump despide a James Comey, por recomendación de Jeff Sessions.
Rusia alista ejercicio nuclear y EEUU enviaría misiles
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, criticó ayer el envío de misiles rusos a zonas cercanas a los países bálticos. En septiembre, Rusia y Bielorrusia podrían enviar hasta 100.000 soldados a zonas cercanas a las fronteras de Polonia, Lituania, Letonia y Estonia, para realizar el entrenamiento en armas nucleares más grande desde 2013. El Kremlin también ha enviado armamento balístico a sus enclaves en el Mar Báltico. "Cualquier aumento así es desestabilizador", señaló Mattis. Fuentes anónimas de la Casa Blanca dijeron a Reuters que EEUU evalúa enviar misiles Patriot a la región durante los ejercicios militares de la OTAN en julio.
Ayer, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, se reunió en EEUU con el secretario de Estado Rex Tillerson y con el presidente Donald Trump. El diálogo se enfocó en Siria, donde el mandatario estadounidense señaló que buscan "poner fin a los horribles asesinatos". Cuestionado por la investigación sobre los vínculos de la campaña de Trump y el gobierno ruso, Lavrov señaló que ello es "información falsa": "Creo que los políticos están haciendo daño a EEUU al fingir que alguien controla el país desde afuera", sentenció.