Economía

Lagos y La Haya: “Es complicado tener vecinos que nos llevan a juicio a cada rato”

El expresidente habla de entender la política vecinal con Bolivia con “cierta generosidad” y que “la tranquilidad la da el derecho”.

Por: Rocío Montes | Publicado: Viernes 28 de septiembre de 2018 a las 04:00 hrs.
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Una de las conclusiones de la reunión del martes del presidente Sebastián Piñera con sus antecesores Eduardo Frei y Ricardo Lagos en La Moneda, fue que se debe esperar la sentencia de La Haya con tranquilidad y que no habrá sorpresas con la demanda marítima boliviana. En su oficina de la comuna de Providencia, antes de una cena que sostendrá en su casa con el expresidente brasileño Fernando Henrique Cardoso, Lagos se explaya sobre las relaciones entre Chile y Bolivia y lo hace con serenidad. No se le advierte ni el tono exaltado ni drástico de algunas autoridades de todos los sectores políticos en los últimos días.

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“Lo primero que habría que hacer, sería tratar de bajar el decibel que hoy día hay, porque hay una tensión, todo el mundo está experto y todo el mundo habla. Se tienen que saber manejar esas pasiones si uno piensa en el largo plazo”, señala el expresidente socialista (2000-2006).

– ¿Realmente piensa que no habrá sorpresas en el fallo del lunes?

– Siempre puede haber sorpresas, ¿verdad? Fue una sorpresa cuando [en el diferendo con Perú] descubrimos que el paralelo se podía quebrar en un lugar distinto al que todo el mundo pensaba.

– ¿Chile debe esperar tranquilo considerando la posición de Bolivia, activa en lo político, comunicacional y diplomático?

– La tranquilidad la da el derecho. La tranquilidad la da la existencia de un tratado. La tranquilidad la da que en ese tratado no es cierto que Chile impuso la ley del más fuerte porque habíamos ganado la guerra. Ese tratado de 1904 fue objeto de una negociación y la paz a Chile le costó cara. ¿Cuánto costó construir el ferrocarril y un par de ferrocarriles interiores? Y además se pagó una elevada cantidad de dinero contante y sonante. Alguien hizo el cálculo y era el equivalente al 25% del PIB de Bolivia de esa época. Y, por cierto, dando a perpetuidad el uso de cualquier puerto de Chile sin costo. Entonces, cuando a mí me dicen que a lo mejor hay que negociar, pero sin resultado, negociar de buena fe, lo único que yo digo es: “Pero por dios, si eso es lo que hemos hecho siempre”.

– Con el presidente Hugo Banzer usted avanzó en una solución para que Bolivia pudiera exportar su gas.

– Yo negocié de buena fe, por cierto, con Bolivia.

– Pero como suele suceder entre ambos países, todo ese esfuerzo se frustró…

– Todo se frustró. Jorge Tuto Quiroga, que lo sucede, sabía todas las negociaciones. Seguimos con negociaciones privadas, pero al final nunca se atrevió…

– ¿Qué sería una mala sentencia para Chile?

– Me cuesta imaginarla, porque, ¿qué es lo que está pidiendo Bolivia? Que declaren la obligación de negociar. La corte, sin embargo, podría referirse a la obligación de negociar, pero sin resultado. Entonces, ¿de qué obligación de negociar hablamos, cuando uno no establece cuál es el resultado?

– Eso se daría siempre y cuando la corte fuera coherente con lo que ella misma indicó en la sentencia de la Excepción Preliminar, en cuanto a que no es competente para determinar el resultado al que se debe llegar por la negociación…

– A eso me refiero.

– La corte podría decir que ambos países deberían conversar, pero los adjetivos que agregue harán la diferencia. Que se refiera al plazo, determine una supervigilancia, que haga mención al resultado…

–Lo del plazo yo no lo recomendaría, porque hemos negociado durante tantos años y no hemos llegado a un resultado feliz. Lo que sí me parecería una cosa razonable es que hablen de una negociación de buena fe por las partes. Y ojo: lo que le costó a Chile llegar al tratado de paz fue harta plata. A lo mejor se puede exigir algún tipo de compensación.

– ¿Cómo así?

– Si yo llego a un acuerdo con usted, usted me compensa. Si yo le ofrezco un corredor a lo Ginebra, bueno, eso es parte de la negociación. Y el otro lado, ¿qué me da? En eso consiste una negociación.

– ¿Qué pasaría si la corte se refiere al resultado, como algunos temen en Chile?

– Me parece difícil. ¿En esa zona va a crear una servidumbre de tránsito? No tengo imaginación. Ahora, como le decía, tampoco tuvimos imaginación para quebrar el paralelo [en el diferendo con Perú]. Lo que es obvio es que Chile no entregará soberanía. ¿Cómo usted entrega soberanía si tiene un tratado que le dice ‘usted es dueño de esto’? No es viable. Todo eso implicaría un nuevo tratado y ese nuevo tratado implicaría que lo tiene que aprobar el Congreso de Chile. ¿Se dan cuenta lo que es eso?

– Luego de un fallo adverso de La Haya, Colombia sobre el mismo caso interpuso un recurso interpretativo. ¿Podría Chile hacer lo mismo?

– No veo por qué Chile tendría que tomar ese camino si tiene una situación tan clara. Por eso Chile puede estar tranquilo.

– Cualquiera sea el resultado será interpretado por Evo Morales como un triunfo…

– Nosotros debemos olvidarnos de lo que ocurre en Bolivia. Hablamos por Chile y los intereses de Chile. Defender lo que son nuestros derechos y abogar por lo nuestro. Si él lo usa porque le va a rendir, bueno, está bien. ¿Para qué emponzoñamos más esto?

– En Chile se observa que es la posición boliviana la que ha logrado polarizar a la opinión pública…

– Eso es cierto. Evo usa esta bandera nacional como algo muy importante de reivindicación y, efectivamente, cuando usted responde desde acá, las cosas se van polarizando. Dicho esto, siempre he pensado que se cambia la relación geopolítica si se encuentra una solución como la que yo le propuse a Bolivia u otras que pueda haber. A Banzer le dije: “¿No cree usted que si esto llega a buen término estamos ayudando a que usted saque su gas más barato? Estamos construyendo en conjunto un proyecto que tiene que ver con el futuro de Bolivia y a lo mejor, con esta facilidad que le da Chile, luego podemos mirar los temas del pasado con otros ojos”.

– ¿A los gobernantes de Bolivia no les conviene más bien mantener este asunto abierto con Chile?

– Es la razón por la cual me parece tan importante que, pasado este fallo, si tiene las características que hemos hablado, que da tranquilidad, Chile salga de inmediato a decir: “Mire, ¿cuándo nos juntamos a conversar? Porque yo no me paré de la mesa, usted se paró de la mesa. Terminó el expediente, porque usted quería ir a La Haya, llegó a La Haya y, bueno, ahora empecemos…”.

– Póngase en la situación de que el fallo no dé tranquilidad a Chile.

– Habría que leerlo.

– ¿Chile debe retirarse del Pacto de Bogotá?

– Automáticamente habría que pensar lo que le ocurrió a Colombia, que le presentaron todos los casos latentes en el año de gracia. Y hay algunos casos latentes desde el punto de vista de Chile, como los que deliberadamente quedaron pendientes con el presidente Menem y el presidente Frei respecto de Campos de Hielo. El año de gracia es un elemento concreto. Usted debe decir: “Si lo hago, bueno, tengo que tener preparado el arsenal para lo otro”.

– ¿Pero debe salirse?

– Chile es un país chico, abierto al mundo, nos ha ido bien con la apertura. En consecuencia, Chile requiere reglas en el escenario mundial y estamos por el fortalecimiento de un Estado de derecho a nivel internacional. Estas cosas hay que pensarlas con una mirada larga. A mí lo que me preocupa es cómo el mundo nos observa.

– Hay quienes plantean que lo de los arbitrajes ad-hoc, donde uno elige los jueces, son mejores que la Corte Internacional de Justicia.

– Pero fíjese usted lo que nos pasó con Argentina.

– Claro. Lo hicimos con Laguna del Desierto y lo perdimos igual.

– El fallo de la Reina Isabel lo declararon nulo y se acabó la historia. No tengo nada con La Haya, pero es una demostración de un avance en los sistemas internacionales, punto.

– ¿Qué opciones podrían conversar Chile y Bolivia?

– Uno puede plantear distintas opciones. La cesión territorial está fuera de discusión, pero se trata también de entender cierta generosidad. Usted puede pensar cosas que ayuden al mayor desarrollo de Bolivia, porque nos conviene tener un socio grande y que le vaya bien en la vida. Lo mismo nos conviene con Perú y con Argentina. Si termina este juicio con algo adecuado –un fallo razonable, prudente– yo lo tomaría como una forma de decir: “Ya, dejamos esto archivado y ahora pongámonos a conversar en serio como buenos vecinos”.

– ¿Lo cree posible?

– Me gustaría pensarlo, porque es complicado tener vecinos que nos llevan a juicio a cada rato. No es el Chile que a mí me gusta. Me gustaría que esto lo hubiéramos resuelto antes, no pudimos hacerlo. Es lo que me gustaría.

– ¿Cómo esperaría que actuara la oposición chilena en este tema respecto del gobierno?

– Esperaría que en este tema no haya oposición chilena ni gobierno chileno, sino una mirada chilena.

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Hitos de la demanda de Bolivia contra Chile

2013
23 de marzo: El presidente de Bolivia, Evo Morales, anuncia que interpondrá una demanda ante la Corte Internacional de Justicia para exigirle a Chile acceso soberano al Océano Pacífico. Esto, en el marco de la conmemoración del "día del mar" en Bolivia.
24 de abril: Bolivia presenta la demanda contra Chile en que exige "la obligación de Chile de negociar de buena fe y de manera efectiva con Bolivia con el fin de llegar a un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso plenamente soberano al Océano Pacífico".
2014
15 de abril: Bolivia presenta la Memoria en que detalla los fundamentos de su petición. En el documento se sostiene que Chile se ha comprometido a negociar una salida soberana al Pacífico, argumentando que este compromiso se habría contraído en base a acuerdos, práctica diplomática y declaraciones unilaterales de representantes chilenos de alto nivel.
15 de julio: Aunque, en su Memoria, Bolivia no hace alusión explícita al Tratado de 1904, Chile asume que eso es lo que intenta y presenta una excepción preliminar para que la Corte de La Haya declare que el asunto sometido a su conocimiento estaba resuelto o regido por un tratado previo al Pacto de Bogotá y, debido a ello, se declarara incompetente.
2015
24 de septiembre: La Haya rechaza la excepción preliminar, declarándose competente. La corte sostiene que Bolivia no pide la alteración del Tratado de 1904, sino sólo que se declare que Chile está obligado a negociar. Sin embargo, aclara que "no correspondería a la corte predeterminar el resultado de esa negociación".
2016
13 de julio: Chile presenta su Contramemoria, exponiendo los antecedentes históricos y jurídicos que demuestran que nunca ha estado y no está sujeto a obligación de negociar un acceso soberano al mar para Bolivia y que las conversaciones sostenidas a lo largo de la historia no constituyen en sí mismas una obligación legal.
2017
21 de marzo: Bolivia presenta su Réplica en la que insiste en la existencia de un compromiso histórico que Chile no ha cumplido y que sólo puede hacerlo mediante un acceso soberano de Bolivia al mar.
15 de septiembre: Chile presenta su Dúplica que responde a los nuevos argumentos bolivianos y profundiza la posición chilena, insistiendo en que no existe obligación de negociar actualmente vigente y reiterando que siempre ha tenido disposición a escuchar, pero sin alterar el Tratado de 1904.
2018
Entre el 19 y 28 de marzo: Se realizan los alegatos orales de las partes en conflicto. Aquí, la defensa chilena se centra en no conceder ningún punto de la demanda boliviana, subrayando que como la más importante Corte Internacional, y según sus estatutos, La Haya debe fallar conforme al derecho internacional aplicable.
12 de septiembre: La CIJ comunica a ambas partes la fecha para la lectura de la sentencia, la que se concretará el próximo lunes 1 de octubre, a las 10:00 de la mañana hora chilena -15:00 hrs. en Holanda-, en el Palacio de la Paz de La Haya.

En paralelo el Silala
2018
22 de marzo
El presidente de Bolivia anuncia que estudia otra demanda contra Chile ante instancias internacionales, esta vez por el "uso y aprovechamiento unilateral e ilícito" de las aguas del río Silala.
6 de junio
Chile presenta una demanda contra Bolivia ante la CIJ. Así se adelanta a Bolivia, argumentando que el Silala es un curso de agua internacional y que la nación altiplánica cambió su posición al respecto en 1999.

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