“Argentina no tiene muchos instrumentos para decir al mercado: ven, esta vez sí, confía”
El académico señala que el gobierno de Mauricio Macri está bajo presión para hacer cambios “que todos pensamos que son necesarios”.
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Martín Krause quiere ser optimista. El economista argentino, miembro del Cato Institute y profesor de la Universidad de Buenos Aires, dice que los tumultuosos meses que atraviesa la economía de su país “son una oportunidad. Creo que los problemas que se presentan son aceleradores del cambio. Aprietan el acelerador”.
Esos problemas no han sido pocos. Desde diciembre, el peso argentino ha anotado históricas caídas frente al dólar, al tiempo que se disparan las expectativas de inflación, que cerraría este año con un ritmo anual cercano al 30%. El propio presidente Mauricio Macri ha reconocido una “tormenta” e incluso recurrió al Fondo Monetario Internacional, tras doce años de una relación quebrada.
“A mí me gustaría que el acelerador lo apretara el gobierno, pero no lo hace y lo aprieta el mercado”, sostiene Krause. “El mercado está imponiéndole a Argentina cambios que todos pensamos que son necesarios”, sentencia.
- Macri trajo la promesa de un giro económico. ¿Cómo llegó a esta situación?
- Detrás siempre estuvo la debilidad de la economía, por el elevado gasto público y déficit fiscal. La llegada del nuevo gobierno y la resolución del problema del default habían permitido que Argentina volviera a acceder a los mercados internacionales de deuda. Pero somos muy sospechosos, por el prontuario que tenemos. Argentina ha violado todo: tratados y contratos internacionales. En esa situación, cualquier síntoma de inseguridad lo convierte en lo que ocurrió: cierre del mercado y corrida.
- ¿Fracasó el gradualismo?
- No voy a decir que podría haber hecho algo muy diferente. No tenía mayoría en el Congreso y el argentino promedio no veía una crisis como las del ‘89 o 2001. Con crisis como esas, se acepta cualquier cosa con tal de que se saque la situación adelante. Sin un colapso económico, había una restricción en la opinión púbica sobre políticas de shock. Ahora, el gradualismo podía ser más rápido o más lento. Ellos eligieron uno lento, que te deja abierto a este tipo de cosas. Tienes que tener suerte, mucha suerte, para navegar cuatro años sin que pase nada ni que se resfríe nadie. No es lo que ocurrió.
- ¿Ayuda haber recurrido al FMI?
- Con eso cambió que el gradualismo es más acelerado, porque el FMI te aprieta. Te dice: baja el gasto, la inflación, la emisión monetaria. Muchos dicen que esto es lo que deberían haber hecho del principio.
- ¿Qué puede hacer ahora?
- La prioridad uno es mantener la estabilidad cambiaria y financiera, y el gobierno lo entiende. Los argentinos, si miran un indicador de cómo va la economía, es el precio del dólar. Sale la estadística del PIB y la gente dice esto qué es, con qué se come. La gente mira al dólar y como correlato de eso la inflación: si las cosas están subiendo mucho en el supermercado o no. Cómo te impacta a fin de mes.
- ¿Se puede recuperar la confianza de los inversionistas?
- Cuando ya violaste todo ¿qué se puede hacer? Te endeudaste, caíste en default, no cumpliste con los fallos de los jueces, tenías tratados bilaterales de inversión que no cumpliste. Qué puedes hacer para decirle al mundo ‘vengan, esta vez sí, confíen’. No tienes muchos instrumentos.
De política y cuadernos
La incertidumbre no es sólo por el rumbo económico, sino también el político. Macri tiene tiempo acotado para mostrar resultados, antes de que las elecciones de octubre de 2019 copen la agenda.
“Lo único que queda es ver si en Argentina vuelve el populismo o no. ¿Vuelve Cristina o alguno de los otros bandidos?”, se pregunta Krause. “Incluso si Macri tiene cuatro años más, son sólo cuatro años ¿Se largaría alguien a hacer una inversión que requiere una visión de largo plazo?”.
- ¿Está perdida la batalla para atraer inversión?
- Hay dos cosas que serán importantes de acá al año que viene: primero, no mandar ninguna señal equivocada al sector agropecuario. Eso explica, por ejemplo, por qué Macri se plantó firme ante la presión de su propia coalición de frenar la reducción en las retenciones a las importaciones de soya. El otro problema inmediato es el programa de participación público-privada. Ahora se le hará muy difícil a las empresas privadas conseguir financiamiento para sus proyectos. Van a ir a los bancos y a los mercados capitales y les pedirán tasas que vuelven a esos proyectos inviables.
- ¿Influirán las revelaciones de los cuadernos de coimas?
- Ese es un problema que se suma: el que quiera que vaya a financiar estos proyectos se pregunta si las empresas están en los cuadernos. El paralelo con el Lava-Jato en Brasil es bastante preciso. Estas noticias son saludables desde el punto de vista institucional, pero ya se ve que empiezan a tener impacto en los mercados: caen los bonos, aumenta el riesgo país, los inversionistas no prestan nada hasta saber quién está en los cuadernos. Eso puede agravar el freno a la economía.
- ¿Implementará Macri los cambios necesarios?
- Si no lo quieres hacer por las buenas, el mercado te obligará a hacerlo por las malas. Ojalá ellos se decidan a acelerar más, si no va a ser por las malas. Y eso es más doloroso.