Gobierno griego enfrenta su primera prueba: recortar gastos antes de que llegue la troika
Si no lo hace, no recibirá más dinero, el país se quedará sin financiamiento el próximo mes, los sueldos públicos no serán pagados y Atenas caerá en default de sus deudas.
Por: | Publicado: Viernes 20 de julio de 2012 a las 05:00 hrs.
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Un mes después de asumir el cargo, el nuevo gobierno griego de Antonis Samaris está luchando por llegar a acuerdo sobre los nuevos recortes demandados por los prestamistas internacionales a cambio del dinero del rescate. Hay desacuerdo sobre cómo hacer esto dentro de la coalición de gobierno, con uno de los líderes de partido describiendo como “casi imposible” encontrar más ahorros. De hecho, una debilitada economía y creciente desempleo hacen muy improbable que el país pueda honrar las metas de gasto acordadas a cambio de la ayuda. Sin embargo, hay señales de que el gobierno tendrá que arreglárselas para llegar a acuerdo sobre la última ronda de medidas de austeridad antes de la reunión de los prestamistas la próxima semana, pese al intenso resentimiento político y popular. Si no lo hace, entonces no se le entregará más dinero, el país se quedará sin financiamiento el próximo mes, los sueldos públicos no serán pagados y Grecia caerá en default de sus deudas. Al menos por el momento, el gobierno siente que no tiene otra opción más que imponer otra dosis de austeridad sobre una población crecimiento fraccionada.
“Llegamos a acuerdo sobre la dirección básica”, dijo el ministro de Finanzas, Yannis Stournaras, después de que una ronda inicial de negociaciones entre los tres partidos de la coalición terminara sin acuerdo (el miércoles). Como parte de su paquete de rescate más reciente, Grecia acordó encontrar nuevos recortes de gastos por 11.500 millones de euros (US$ 14.100 millones) en 2013-2014. Después de la reunión, funcionarios del Ministerio de Finanzas aseguraron de forma privada que habían acordado medidas por entre 7.500 millones de euros y 8.000 millones de euros, en términos amplios. Los detalles aún deben ser zanjados, pero incluyen reducciones de los costos operativos del gobierno central y en las subvenciones de los gobiernos locales, un techo a las pensiones (que será fijado en un máximo de 2.400 euros mensuales) y recortes a los a veces demasiado generosos sueldos y beneficios de las empresas estatales. Otra reunión la próxima semana intentará ultimar los ahorros finales que se deben encontrar antes de la reunión el 26 de julio con la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la llamada troika.
Llegar a acuerdo sobre los recortes será la primera gran prueba de Samaras y su partido de centro derecha Nueva Democracia. Él se echó para atrás en sus llamados pre-electorales para intentar renegociar los términos del rescate inmediatamente, aceptando que Grecia está muy retrasada en su programa de austeridad y no puede pedir más tiempo para alcanzar las metas fiscales. El nuevo gobierno, y muchos votantes griegos, sabían que no se podría evitar una mayor austeridad si el país quería seguir recibiendo ayuda. Sin embargo, los dos partidos de izquierda que conforman la coalición están haciendo lo mejor que pueden para distanciarse de los tremendamente impopulares recortes. Se niegan a aceptar ningún cargo en el gabinete de la nueva administración e intentan mostrarse a sí mismos muy reacios ante las nuevas medidas.
Casi imposible
“Es muy difícil, es casi imposible conseguir 11.500 millones de euros en recortes de gastos en 2013 y 2014”, dijo Evangelos Venizelos a una radio local luego de la reunión. Él es líder de uno de los partidos de la coalición gobernante, el Pasok, que negoció el segundo paquete de rescate de Grecia en marzo, cuando era ministro de Finanzas. “La dificultad siempre estuvo ahí, pero ahora se ha exacerbado por los pronósticos de recesión”. Él y el líder de Izquierda Democrática reiteraron que no habría recortes al presupuesto de 2012, mientras continúa el regateo para reducir el gasto en los próximos años.
De hecho, hay pocas posibilidades de que Atenas pueda honrar sus promesas de reducir su déficit por debajo de 3% del PIB para fines de 2014, desde 9,3% el año pasado. La depresión ahora ha entrado en su quinto año y IOBE, un think tank influyente anteriormente operado por el nuevo ministro de Finanzas, Stournaras, ha revisado recientemente su pronóstico para 2012 a una contracción de 6,9% (los cálculos del presupuesto se han hecho asumiendo una caída de 4,5%). La Economist Intelligence Unit una caída aún mayor, de 7,1%. Con los ingresos bajando y con un desempleo que se espera que suba sobre 24% hacia fin de año, pocos creen que los planes de reducción del déficit sean realistas. Sin embargo, el gobierno sabe que debe ser visto como que toma acciones fuertes para evitar quedarse sin fondos del rescate, cayendo en default de su deuda y dejando potencialmente la zona euro.
Grecia no tiene dinero para refinanciar un repago por 3.100 millones de euros de su rescate que vence el próximo mes, y se quedará sin fondos para pagar salarios públicos si no recibe el próximo pago del préstamo, que está programado para septiembre (de hecho, se quedará sin financiamiento en agosto, e intentará pedir a la troika un préstamo puente para cubrir ese período). Bruselas dice que se puede llegar a acuerdo para cubrir el repago de agosto, pero Alemania en particular dejó en claro que Grecia no recibirá más dinero del rescate hasta que se ponga al día con la austeridad. El gobierno sabe que no tiene opciones, sino encontrar los ahorros, aunque sean impopulares.
Pregunta abierta
Cómo encontrar esos ahorros se mantiene como una pregunta abierta, pese a que hay conversaciones para revivir un programa de privatizaciones paralizado, mientras el gobierno intenta evitar más recortes a los pagos y las pensiones. Y ciertamente hay dudas sobre si su coalición puede mantenerse unida de cara a la feroz oposición a los recortes, y al creciente sufrimiento social. El gobierno está dividido sobre la austeridad y el plan de rescate. Las acciones decisivas serán difíciles, si acaso antes no se cae a pedazos rápidamente.
“Llegamos a acuerdo sobre la dirección básica”, dijo el ministro de Finanzas, Yannis Stournaras, después de que una ronda inicial de negociaciones entre los tres partidos de la coalición terminara sin acuerdo (el miércoles). Como parte de su paquete de rescate más reciente, Grecia acordó encontrar nuevos recortes de gastos por 11.500 millones de euros (US$ 14.100 millones) en 2013-2014. Después de la reunión, funcionarios del Ministerio de Finanzas aseguraron de forma privada que habían acordado medidas por entre 7.500 millones de euros y 8.000 millones de euros, en términos amplios. Los detalles aún deben ser zanjados, pero incluyen reducciones de los costos operativos del gobierno central y en las subvenciones de los gobiernos locales, un techo a las pensiones (que será fijado en un máximo de 2.400 euros mensuales) y recortes a los a veces demasiado generosos sueldos y beneficios de las empresas estatales. Otra reunión la próxima semana intentará ultimar los ahorros finales que se deben encontrar antes de la reunión el 26 de julio con la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la llamada troika.
Llegar a acuerdo sobre los recortes será la primera gran prueba de Samaras y su partido de centro derecha Nueva Democracia. Él se echó para atrás en sus llamados pre-electorales para intentar renegociar los términos del rescate inmediatamente, aceptando que Grecia está muy retrasada en su programa de austeridad y no puede pedir más tiempo para alcanzar las metas fiscales. El nuevo gobierno, y muchos votantes griegos, sabían que no se podría evitar una mayor austeridad si el país quería seguir recibiendo ayuda. Sin embargo, los dos partidos de izquierda que conforman la coalición están haciendo lo mejor que pueden para distanciarse de los tremendamente impopulares recortes. Se niegan a aceptar ningún cargo en el gabinete de la nueva administración e intentan mostrarse a sí mismos muy reacios ante las nuevas medidas.
Casi imposible
“Es muy difícil, es casi imposible conseguir 11.500 millones de euros en recortes de gastos en 2013 y 2014”, dijo Evangelos Venizelos a una radio local luego de la reunión. Él es líder de uno de los partidos de la coalición gobernante, el Pasok, que negoció el segundo paquete de rescate de Grecia en marzo, cuando era ministro de Finanzas. “La dificultad siempre estuvo ahí, pero ahora se ha exacerbado por los pronósticos de recesión”. Él y el líder de Izquierda Democrática reiteraron que no habría recortes al presupuesto de 2012, mientras continúa el regateo para reducir el gasto en los próximos años.
De hecho, hay pocas posibilidades de que Atenas pueda honrar sus promesas de reducir su déficit por debajo de 3% del PIB para fines de 2014, desde 9,3% el año pasado. La depresión ahora ha entrado en su quinto año y IOBE, un think tank influyente anteriormente operado por el nuevo ministro de Finanzas, Stournaras, ha revisado recientemente su pronóstico para 2012 a una contracción de 6,9% (los cálculos del presupuesto se han hecho asumiendo una caída de 4,5%). La Economist Intelligence Unit una caída aún mayor, de 7,1%. Con los ingresos bajando y con un desempleo que se espera que suba sobre 24% hacia fin de año, pocos creen que los planes de reducción del déficit sean realistas. Sin embargo, el gobierno sabe que debe ser visto como que toma acciones fuertes para evitar quedarse sin fondos del rescate, cayendo en default de su deuda y dejando potencialmente la zona euro.
Grecia no tiene dinero para refinanciar un repago por 3.100 millones de euros de su rescate que vence el próximo mes, y se quedará sin fondos para pagar salarios públicos si no recibe el próximo pago del préstamo, que está programado para septiembre (de hecho, se quedará sin financiamiento en agosto, e intentará pedir a la troika un préstamo puente para cubrir ese período). Bruselas dice que se puede llegar a acuerdo para cubrir el repago de agosto, pero Alemania en particular dejó en claro que Grecia no recibirá más dinero del rescate hasta que se ponga al día con la austeridad. El gobierno sabe que no tiene opciones, sino encontrar los ahorros, aunque sean impopulares.
Pregunta abierta
Cómo encontrar esos ahorros se mantiene como una pregunta abierta, pese a que hay conversaciones para revivir un programa de privatizaciones paralizado, mientras el gobierno intenta evitar más recortes a los pagos y las pensiones. Y ciertamente hay dudas sobre si su coalición puede mantenerse unida de cara a la feroz oposición a los recortes, y al creciente sufrimiento social. El gobierno está dividido sobre la austeridad y el plan de rescate. Las acciones decisivas serán difíciles, si acaso antes no se cae a pedazos rápidamente.