La pelea interna de la BBC por el financiamiento para sobrevivir en la era de Netflix

Pasaron más de 20 años de lucha interna en la BBC para que sus directivos finalmente empezaran a evaluar la posibilidad de abandonar el tradicional sistema de financiamiento público basado en el pago de una licencia anual.

La digitalización, los avances tecnológicos y el cambio de consumo de los clientes han forzado a la gigantesca corporación de radiodifusión británica a abrir las puertas a las nuevas y más flexibles formas de rentabilidad.

Y es que la firma cobra un impuesto obligatorio de 154,50 libras esterlinas (US$ 190,12) por el servicio para cada uno de los dispositivos en los hogares.

Rona Fairhead, Presidenta de la BBC Trust entre 2014 y 2017, y exdirectora ejecutiva del grupo Financial Times. Greg Dykes, Director general de la BBC entre 2000 y 2004. Mark Thompson, Director ejecutivo y director general del New York Times de 2004 a 2012. Gavyn Davies, Execonomista de Goldman Sachs y presidente de la BBC desde 2001 hasta 2004.

Cambios radicales

A la cabeza de la transformación están cuatro exdirectores de la firma: Greg Dykes, director general de la BBC entre 2000 y 2004; Mark Thompson, director ejecutivo y director general del New York Times de 2004 a 2012; Gavyn Davies, execonomista de Goldman Sachs, quien en 1999 dirigió una revisión independiente de los fondos de la BBC antes de ser nombrado presidente; y Rona Fairhead, presidenta de la BBC Trust entre 2014 y 2017, y exdirectora ejecutiva del grupo Financial Times.

La semana pasada fue la primera vez que se refirieron públicamente a la posibilidad de implementar cambios en las tarifas, que hasta ahora generan ingresos por 3.700 millones de libras (US$ 4.572 millones) al año, lo que se traduce en un 75% del presupuesto de la BBC.

“La BBC es un gran activo para nosotros y para el mundo”, dijo Davies. “Realmente no deberíamos renunciar a eso. No me queda claro si el costo de la licencia es la mejor y la única forma de proporcionar los recursos para lograrlo”, dijo Dykes, según FT.

Con esto, el exdirector de la firma dejó claro que la BBC está ad portas de subirse a una era de cambios radicales en los que la política se ha tornado complicada por el avance del populismo, especialmente en Europa, y en la que los otros servicios de transmisión están captando la atención de muchos, especialmente los jóvenes.

En la carrera

En noviembre de 2019, la BBC lanzó su plataforma de streaming en Internet, BritBox, para competir de frente con Netflix.

El servicio de contenido pago combina producciones y material de archivo de dos gigantes de la televisión británica, como lo son la propia cadena pública y el canal ITV.

El precio de lanzamiento fue de 5,99 libras (US$ 7,40) al mes, pero los analistas del sector consideran que el líder de la industria tiene pocos motivos para preocuparse.

ITV tiene la propiedad de cerca del 90% de BritBox y controla el proyecto. BBC aporta un sello de calidad y prestigio, un material histórico que puede resultar atractivo para muchos usuarios, y la voluntad de volcar toda su estrategia comercial de televisión online en la nueva plataforma.

Ahora bien, el esquema de emisión es lo que le resta interés a los potenciales nuevos clientes. Las compañías han seguido dando prioridad a la emisión en señal abierta de sus producciones y siguen estando disponibles a través de servicios de Internet ya existentes como iPlayer (en el caso de la BBC) o ITV Hub (de ITV). Sólo después de ese proceso previo, los contenidos pasan a estar disponibles en BritBox.

A esto se suma la posición que Netflix tiene en el mercado británico, donde cuenta con 10 millones de suscriptores en un país de 66 millones de habitantes. iPlayer, la web grauita de BBC para la distribución de sus contenidos, ha caído de un 40% de participación en el mercado a un 15%, en apenas cinco años.

Desafío directivo

Además, la BBC está en medio del proceso de definir un nuevo liderazgo: el sucesor de Tony Hall como director general será elegido en los próximos meses y se hará cargo este verano (boreal).

El primer desafío para quien lo reemplace serán los recortes. El presupuesto se está agotando bajo responsabilidades adicionales aceptadas en las negociaciones de las licencias durante la última década.

De hecho, en unos meses más, la compañía deberá empezar a decidir si pagará o retirará las licencias gratuitas que el gobierno solía otorgar a las personas mayores de 75 años.

A ello se suman las negociaciones con el gobierno de Boris Johnson para restablecer el nivel de la tarifa de la licencia en 2022 y renovar la carta fundacional más allá de 2027.