Autos deportivos ganan velocidad en China pese a campaña por austeridad
Impuestos al sector no han frenado el impulso por los vehículos deportivos, rápidos y extravagantes en el gigante asiático.
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Cuatro años después de que el presidente chino, Xi Jinping, diera inicio a una guerra en contra de la corrupción y el consumo ostentoso en su país, los autos veloces y extravagantes han regresado al mercado con la intención de quedarse.
Las ventas en el gigante asiático de Ferrari y Aston Martin están cerca de alcanzar su punto más alto desde 2013, luego de que retrocedieran hasta 20% en 2014, según datos compilados por Bloomberg Intelligence.
Maserati, McLaren y Porsche, en tanto, vivieron en 2016 su mejor año de la historia en cuanto a despachos se refiere, mientras Lamborghini se encamina a recuperarse de la caída de hasta un 50% de su facturación en comparación con 2013.
“El panorama se está perfilando bastante bien para nosotros en el mercado chino”, dijo Reid Bigland, jefe de las divisiones de Maserati y Alfa Romeo, que pertenecen a Fiat Chrysler.
Como espuma
Las ventas de Maserati han aumentado 119% en el año hasta la fecha, dijo Bigland, quien tiene entre sus planes incrementar el número de puntos de ventas para las marcas Maserati y Alfa Romeo en China en un 50%, hasta alcanzar al menos un 75 para fines de este año.
McLaren, en tanto, tiene previsto vender 300 autos en 2017 dentro del gigante asiático –luego de casi duplicar su facturación en 2016 hasta las 235 unidades–, a medida que la cultura de los deportes de motor comienza a desarrollarse.
Por su parte, Aston Martin anunció que ya tiene todas las órdenes de 2017 completas para su modelo DB11 coupe y que tiene planeado “ampliar su equipo” para lograr más pedidos. Además, se mostró “bastante confiado” en que podrá alcanzar su objetivo de vender 270 autos este año, un 59% más que en 2016.
“China es el mercado de lujo de más rápido crecimiento” y conduce las tendencias globales en el sector, consideró Andy Palmer, director ejecutivo de la compañía británica.
Y el derroche no es solo para los ricos. A un menor precio, la demanda por los modelos de BMW y Audi está creciendo. Se estima que las ventas totales en el mercado de autos premium de China podrían aumentar a tres millones de unidades por año en alrededor de una década, desde los dos millones ahora.
Llenando el vacío
La campaña de Xi para frenar el derroche en el gasto de los funcionarios se mantiene y a ello le ha sacado provecho el consumo privado que está llenando el vacío que han ido dejando los extravagantes regalos destinados a ganar favores políticos.
El número de millonarios en la nación asiática subió 10% el año pasado y se espera que se duplique a más de 1,7 millón en 2026, según la consultora New World Wealth. Mientras, la confianza del consumidor es la más alta desde la crisis financiera global en medio del fortalecimiento de la segunda mayor economía del mundo.
El impuesto de un 10% al “súper lujo” –anunciado por el Ministerio de Finanzas en diciembre sobre los vehículos cuyo valor sea superior a 1,3 millones de yuanes (US$ 189.000) para “guiar el consumo razonable” y reducir las emisiones–, no ha frenado el impulso por los autos deportivos.
El presidente y director ejecutivo de Bentley, Wolfgang Durheimer, aseguró que recibió esta semana “60 órdenes nuevas para el Mulsanne, nuestro modelo estrella, el más exclusivo y costoso del catálogo”. “Y obviamente, los clientes chinos se sienten atraídos por este modelo”, apuntó.
Durheimer dijo además que espera que este año logren alcanzar un nuevo récord en ventas para el SUV Bentayga en China.