Gonzalo Bofill insiste en su crítica a la ley de etiquetado: "Se ha traducido en una política pública mal implementada"

El presidente de Empresas Carrozi, Gonzalo Bofill, celebró que el cambio de gobierno tuviera como meta retomar el desarrollo y que a su vez se generaran mejoras en las cifras de inversión tras a su juicio lo que considera como "un largo periodo de estancamiento que nos desvió del camino del crecimiento".

Eso sí, el ejecutivo precisó en una carta dirigida a los accionistas de la empresa de alimentos que la reactivación económica no ha llegado al alicaído mercado del empleo, lo que para Bofill es "una señal clara de que aún faltan medidas para generar la necesaria confianza y un ambiente de certidumbre para la iniciativa empresarial".

Con lo anterior, el presidente del directorio de la empresa aseguró que si se quiere volver a crecer sobre el 4% anual, "necesitamos urgentemente hacer realidad los cambios y reformas estructurales que nos permitan alcanzar este objetivo".

Otro de los puntos abordados por quien también es el máximo accionista de Carozzi fue la ley de etiquetado, en la cual la sociedad ha sido activa a la hora de criticar algunos puntos de la reforma.

En la misiva indicó que la iniciativa "peca de sobre simplificación, ya que no entrega la información necesaria para que los consumidores puedan tomar buenas decisiones", añadiendo que "si bien el objetivo de esta Ley es loable y lo compartimos plenamente, se ha traducido en una política pública mal implementada".

Además, comento que como empresa están comprometidos con el bienestar de la sociedad "y nos hacemos cargo de la responsabilidad que, como empresa productora de alimentos, nos cabe en la alimentación y la salud de nuestros consumidores", añadiendo que a juicio de ellos la única forma de derrotar la obesidad es por medio de la educación.

"Reconocemos el mérito de la Ley de Alimentos de generar conciencia transversal sobre la importancia de controlar el consumo de nutrientes críticos, como son el sodio, el azúcar y las grasas saturadas. Sin embargo, esta ley es incompleta, porque sólo regula los alimentos envasados, que equivalen apenas al 30% de la ingesta de los chilenos, dejando inexplicablemente fuera incluso a la comida rápida", dijo en la carta.