Salcobrand pide mesa de trabajo con gobierno para analizar altos precios de medicamentos
En tanto, las farmacias independientes responsabilizaron del problema a los laboratorios extranjeros.
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Los costos de los medicamentos en Chile están entre los más caros de los países de América Latina. Por esto es que han surgido, por ejemplo, alternativas a este problema como la “farmacia popular” de Recoleta, mientras que desde Salcobrand (SB) van más allá y decidieron solicitar una mesa de trabajo con el gobierno.
Así lo confirmó, el gerente de asuntos corporativos de la institución, Alberto Novoa, quien comentó que “no hemos tenido respuesta aun respecto de nuestra solicitud. Confiamos en que, terminadas las festividades de fin de año, tendremos noticias de la autoridad”, dijo.
De acuerdo a lo señalado por el ejecutivo, la falta de diálogo entre el sector público y privado, sumado a la regulación en los precios de los medicamentos, entre otras materias son las responsables de los altos costos.
“Se requiere de una co-construcción transversal y justa para todos. Para ello, es fundamental un diagnóstico nítido y comprensión sistemática del mercado de medicamentos en Chile y de todas las relaciones en juego”, argumentó Novoa.
Por su parte, Héctor Rojas, presidente de la Federación de Farmacias Independientes (Farmaci), responsabiliza del problema a las multinacionales farmaceúticas.
“Los únicos responsables de los altos precios de los medicamentos son los laboratorios extranjeros, ya que cobran carísimo a los particulares y con ese sobreprecio venden barato al Estado”, señaló.
En 2014 el mercado de los medicamentos en Chile movió US$ 1.553 millones, de los cuales los ingresos principales son por la venta de productos de laboratorios nacionales, los que dominan el mercado con una participación del 50,1%, mientras que el 36,5% corresponde a los laboratorios europeos, según un informe de la Asociación Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (Asilfa).
Asimismo, a nivel global, este mercado durante 2013 llegó a facturar US$ 1 billón y se espera que para 2018 se incremente en un 30% alcanzando US$ 1,3 billones.
Alternativas para precios más bajos
Según lo comentado por Novoa, lo que ellos plantean para que los precios de los remedios para los consumidores sean bajos es que puedan comprar al precio que accede el Estado.
“Sin duda bajarán los precios para todas las personas. Pero entendemos que la solución debe ser resultado del dialogo público-privado, puesto que son muchos los actores en este mercado e imponer propuestas sin haber escuchado las distintas posturas puede causar un daño mayor para las personas o para el Estado”, insistió Novoa.
Más categórico fue Rojas, quien apuntó a “intervenir en los laboratorios extranjeros porque son ellos los responsables de que este mercado esté así”, enfatizó.
Por su parte, Bernardo Luque, director de estudios de Altura Management, consultora especialista en salud, desde una perspectiva más abierta planteó tres alternativas a este problema. La primera, hablar sobre una política de precios; la segunda propuesta tiene que ver con eliminar el IVA de los medicamentos; mientras que la tercera es un mecanismo intermedio, que consiste en que la Cenabast pueda usar su poder compra para adquirir medicamenteos no solamente para los hospitales sino en nombre de las farmacias.
Farmacias populares
Una buena iniciativa, pero que no tendrá mayor duración, es como expertos en salud califican a las farmacias populares.
“Nos parece una buena idea, pero nos preocupa su implementación en aspectos legales, técnicos, regulatorios y libre competencia y discriminación”, dijo Adrián Vega, presidente de la Cámara Nacional de Laboratorios (Canalab).
En esta línea, Luque, agrega que “la farmacia popular primero tiene que ser farmacia, lo que implica costos. La verdad es que en la práctica es mucho más eficiente que a través de las farmacias independientes”.
Desde Salcobrand, en tanto, apuntaron al positivo rol que jugó en abrir un debate respecto al precio de los medicamentos, pero limita su excepción.
“Al ser resultado de una idea espontánea y no de la co-construcción de una política pública orientada al bien común, la idea de farmacia popular, como sus mismos creadores han declarado, queda destinada a ser una excepción”, dijo Novoa.