Macro

Wall Street anticipa fuerte baja en cifras de Hacienda: un PIB más cerca de 2% y el gasto rozando el 3%

Desde EEUU, los expertos dicen que de no realizar los ajustes en el corto plazo, los costos -en términos de credibilidad, por ejemplo-, resultarán más severos a futuro.

Por: Denisse Vásquez H. | Publicado: Lunes 15 de febrero de 2016 a las 04:00 hrs.
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El deterioro del escenario externo ha impactado negativamente las proyecciones de crecimiento de distintas economías alrededor del mundo, y Chile es una más. El propio ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, reconoció hace un par de semanas que el pronóstico de 2,75% para el Producto de 2016 “es demasiado alta” a la luz del panorama internacional y, en particular, de la disminución del precio del cobre.

Este “sinceramiento” era esperado por los economistas extranjeros, quienes están más cerca de la volatilidad e incertidumbre global en los grandes mercados y los efectos que puede tener en una economía aún dependiente de las exportaciones de materias primas, como la chilena.

De hecho, la visión que tiene Wall Street para la actividad local durante este año es más bien pesimista. Los agentes comparten plenamente el análisis realizado por el ministro Valdés y, en esa línea, esperan un fuerte ajuste en las estimaciones para el PIB de este año, que no debería superar el 2%, principalmente por la disminución del precio del cobre, niveles de inversión que se mantienen bajos y un menor crecimiento esperado para China, todo con el telón de fondo de un escenario externo que no da señales de mejora.

Proyecciones fuera de línea

Para algunos agentes, Hacienda dejó pasar demasiado tiempo antes de decidir ajustar las proyecciones. Así lo cree Mario Castro, economista para América Latina de Nomura, quien sostiene que hace varios meses se puede afirmar que el crecimiento para Chile, en un buen escenario, será de 2% este año.

“La actual proyección oficial (de 2,75%) es demasiado alta. Nosotros tenemos una estimación de 2,1% para este año, pero con sesgo a la baja. Creo que el ajuste debería ser cercano a 2%, sino, habrá costos de credibilidad”, dice.

Coincide con esta opinión el estratega para América Latina de Bank of America Merrill Lynch, Ezequiel Aguirre. “Hace tiempo que concluímos que la economía chilena iba a tener en 2016 un desempeño muy similar a los dos años previos. Nosotros proyectamos un 2% para este año”, precisa.

Goldman Sachs es más pesimista: recientemente recortó su estimación en un punto a 1,6% y no descarta un incremento menor a 1%, “sobre todo si la debilidad del mercado laboral se hace más visible”.

La entidad espera que las autoridades revisen sus pronósticos en una magnitud algo menor, en torno a 2%, pero señalan que el ajuste es inevitable.

Esto, porque las estimaciones de la Goldman sugieren que sólo por la disminución en el precio del cobre y los términos de intercambio, el Producto se reducirá en medio punto porcentual, como explica el economista del banco de inversión, Tiago Severo.

“Por otra parte, uno puede concluir con certeza que algunos de los catalizadores internos del crecimiento observados en el pasado reciente -como la aceleración de la construcción a raíz de los cambios tributarios-, eran de naturaleza transitoria”, añade.

La visión más negativa para el PIB de 2016 es de Marcos Buscaglia, ex economista de Bank of America Merrill Lynch y actual socio de Alberdi Partners, quien también hace poco acotó sus proyecciones a un crecimiento del PIB en torno a 1% para este año.

Para el analista, hay varias razones -adicionales a la debilidad externa- que sustentan este escenario, partiendo por la desaceleración que va a experimentar el sector construcción este año, a lo que se suma una baja confianza del consumidor y un alto apalancamiento. “Vemos díficil que la economía retome una senda de crecimiento fuerte en este contexto”, sentencia.

Los costos de no realizar cambios

“Chile sufre de desequilibrio interno y externo y deben necesariamente corregirse para reducir la vulnerabilidad de la economía ante choques externos”, plantea el director de Moody’s Analytics, Alfredo Coutiño.

En su opinión, esta “nueva realidad” es inevitable y no debe ser ignorada, “porque de lo contrario los costos resultarán más severos en el futuro”, señala, principalmente en términos de un aumento en los niveles de deuda.

Para Castro, la posición fiscal externa de Chile aún es saludable, con un compromiso muy serio con la regla fiscal, pero a la luz del escenario actual no descarta que se modifique la perspectiva de la clasificación soberana en caso que no se tomen medidas. “No lo veo muy probable, pero no lo descarto“, plantea.

En esa línea, valora la seriedad que ha exhibido el ministro Valdés y el mensaje de seriedad y sensatez al reconocer la necesidad del ajuste en las proyecciones.

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Gasto público: expertos prevén ajuste en medio de un descenso del cobre más persistente

 

El contexto internacional menos favorable también tendrá un impacto importante en la situación fiscal de Chile, generando un mayor déficit tanto efectivo como estructural, por lo que reducir el gasto público será indispensable.


El ministro Valdés ya ha dado señales en esa dirección, señalando que una subejecución del Presupuesto 2016 es una posibilidad.


Lo anterior, especialmente tomando en cuenta que hay fenómenos que han pasado de ser pasajeros a estructurales, como un precio del cobre más bajo o un menor crecimiento para la economía China.


Goldman Sachs estima que el valor del cobre disminuirá aún más este año, entre 10% y 15%, mientras que Bank of America Merrill Lynch descarta una recuperación para la libra del metal y espera que cierre el año a un valor en torno a US$ 2,15.


"El gobierno deberá ajustar el gasto público al nuevo contexto internacional", advierte Aguirre. En su opinión, para este año el gasto deberá bajar por lo menos a 3%, lo cual seguiría siendo mayor que el crecimiento del Producto "de manera de proveer cierta política contracíclica".


El economista de Goldman Sachs adhiere a este planteamiento y cree razonable que el gasto público se recorte "un par de puntos porcentuales" en respuesta a unas perspectivas de mediano plazo del cobre que se deterioran Para Buscaglia, el gasto público tiene quer desacelerarse respecto a lo planteado en el presupuesto (incremento de 4,4%) por dos razones: si no lo hace, el déficit efectivo podría llegar a casi 4% del PIB y podría llevar a vender una parte -pequeña- de los fondos soberanos para financiarse. "No creo que el gobierno quiera llegar a esa instancia en 2016", sostiene.


El segundo factor, es que si no se desacelera el gasto este año, será imposible evitar un fuerte ajuste en 2016. De acuerdo a los cálculos del economista, si se ejecuta todo el gasto este año y el precio del cobre de largo plazo baja a US$ 2,5 en el Presupuesto 2017 "el gasto público prácticamente no crecerá en términos nominales el año que viene", lo que cree improbable debido a que es año de elecciones presidenciales.
"El Ministro (Valdés) es muy consciente de que lo que está pasando no es temporal sino permanente. Los parámetros estructurales de crecimiento potencial y de largo plazo del cobre tienen que reducirse, lo que probablemente va a sugerir la comisión independiente de expertos", anticipa Castro.


Para Coutiño, una medida "saludable" sería que el gasto público real no aumentara por encima del crecimiento estructural de la economía el cual, a su juicio, se redujo a 3%. Además, cree que este ajuste es necesario para no poner al país en una situación vulnerable en términos fiscales.


"La persistencia del desequilibrio fiscal, el encarecimiento del dólar y el alza en las tasas de interés son la combinación perfecta para acelerar el endeudamiento si no se toman las medidas de ajuste a tiempo", sentencia.

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