Veto y salario mínimo: la difícil semana de Valdés bajo la mirada de Chile y Wall Street
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“Es dura la pega del ministro de Hacienda, es lo más duro que he hecho. Pero me siento con energía”. Con esa frase resumió ayer Rodrigo Valdés la compleja semana que ha tenido, quizá la más difícil desde que lidera el equipo económico de la Presidenta Michelle Bachelet.
La decisión presidencial de insistir con un veto a la reforma laboral y el rechazo -que sólo duró un día- del reajuste al salario mínimo el miércoles en la Cámara con votos del PC, fueron dos derrotas políticas que manifiestan el complejo momento del ministro en el gabinete. ¿Qué se viene hacia adelante? ¿Es factible pensar en una renuncia del economista? ¿Se necesita empoderarlo más? ¿Qué rol debe cumplir el comité político en apoyarlo? Son interrogantes que responden el director de Moody´s Analytics, Alfredo Coutiño, y el gerente de Estudios de Gemines Consultores, Alejandro Fernández
ALFREDO COUTIÑO: "Hay una falta de diálogo político que no es culpa del ministro de Hacienda"
- ¿Cómo ha visto los últimos acontecimientos en el país?
- Lo que vemos en el ambiente político en Chile es algo bastante esperado. El país ha dado muestras de que hay una oposición política fuerte a las reformas y que esto no debe interpretarse como el hecho de que la oposición siempre juega el papel de opositor, sino que es una responsabilidad compartida entre la oposición y el oficialismo.
Que las reformas salgan depende mucho de la capacidad política y de la habilidad negociadora del gobierno, no solamente para convencer a la oposición, sino para lograr el apoyo de la sociedad. Ahí está el foco del asunto en Chile. Tanto el veto a la reforma laboral como el rechazo parcial al salario mínimo, es una muestra de que no hay consenso en el país y que el liderazgo político no es suficiente para sacar adelante los cambios.
- ¿Tiene responsabilidad el ministro de Hacienda en esta falta de liderazgo político?
- Sabíamos desde el principio del gobierno que el Ejecutivo debería trabajar en los detalles de los proyectos y negociar mucho. Ahora, lo que estamos viendo es precisamente que los obstáculos que se están presentando en el Congreso tienen que ver con una falta de diálogo político en Chile, algo que no es culpa del ministro de Hacienda.
Esto tiene detrás un descontento social que se ha manifestado por varios años en las calles de Chile, y reflejo de ello es la oposición a todos los cambios. Hay una polarización en el ambiente político en Chile, con una acomodación parcial de las demandas en Chile, por un lado, y por otro un veto a algunas propuestas de reforma.
- ¿Es el gobierno quien debe mejorar la gestión política y apoyar al ministro de Hacienda?
- Esto es evidencia de que se tiene que hacer un trabajo más fino, un trabajo más detallado en materia de liderazgo político y de habilidad negociadora. No diría que esto es un fracaso del gobierno, pero diría que hace falta un mayor esfuerzo para convencer y sacar adelante las reformas y proyectos.
Una economía camina mucho mejor cuando existe un consenso de la mayoría de las partes, mientras cuando existe una mayoría opositora el país no avanza y retrocede. Esperemos que Chile no vaya a caer en una situación como esta, donde la falta de convencimiento pueda ocasionar una parálisis política que ocasione un problema económico.
- ¿Debe el ministro de Hacienda mejorar su capacidad negociadora?
- Creo que siempre existe la posibilidad de la negociación política. Ahí todo depende de la voluntad política del gobierno. Independientemente de quién sea el negociador, debe haber una voluntad política del gobierno para lograr el consenso y echar adelante los cambios. El ministro sólo sigue las pautas y las líneas determinadas por el gobierno, y creo que existe espacio de mejora en la negociación política para el ministro, pero habría que ver cuánto espacio tiene.
- ¿No ve tan debilitado al ministro entonces?
- No, lo que ha pasado hasta ahora es el reflejo de una oposición, por un lado, y por otro de una falta de diálogo político. Lo que pasó no es responsabilidad total del ministro de Hacienda. Se ha hecho un buen trabajo en materia fiscal, pero lo que hemos visto en el Congreso estos días no es responsabilidad exclusiva del ministro. Definitivamente, falta más apoyo y coordinación de parte del comité político. Debe haber un trabajo más conjunto y sincronizado entre el gabinete político y el económico.
alejandro fernández: "Si el ministro no aprueba un Presupuesto austero, probablemente renunciará"
- ¿Queda debilitado el ministro de Hacienda tras el veto a la reforma laboral y la negociación por el salario mínimo?
- El ministro debe estar evaluando la posibilidad de renunciar a estas alturas. El punto de quiebre va a ser el Presupuesto. Si el ministro no logra cumplir y aprobar su promesa de reducir el déficit estructural con un Presupuesto austero, con un crecimiento prácticamente nulo del gasto o una disminución del gasto, probablemente va a renunciar, no tendría mucho más qué hacer en el gabinete.
Si no se cumple ese compromiso, inmediatamente las clasificadoras de riesgo van a poner en perspectiva negativa la nota de Chile.
- ¿Cuánta responsabilidad tiene el ministro en los últimos eventos políticos? ¿Le faltó dialogar más?
- El ministro quedó huérfano cuando se fue Jorge Burgos, que era quien daba el sustento político a sus acciones. No hay que olvidarse que Valdés se subió a este carro cuando estaba ya en marcha, el gobierno ya venía en su propia dirección y él ha tratado de encarrilarlo hacia un mayor realismo. Pero claramente no ha podido hacer mucho y no ha tenido mucho apoyo tampoco.
El problema no es del ministro Valdés, sino que hay una falta de realismo de parte los parlamentarios, del gobierno, una falta de comprensión de lo que está ocurriendo en el país y en el mundo. Y eso podría terminar desembocando en su salida del gabinete, con una probabilidad muy alta.
Eso también podría generar un deterioro muy grande en la situación de Chile respecto del resto del mundo.
- ¿Los ministros Fernández y Eyzaguirre deberían apoyar más a Valdés?
- En principio sí, pero eso depende también de hasta qué punto esos ministros y la Presidenta están dispuestos a ceder en su voluntarismo y en su planteamiento maximalista de hacer lo que ellos creen que tienen que hacer sin importar nada.
Yo no veo muy claro que haya una mirada realista respecto del escenario actual. Hay mucha improvisación, mucho dogma, mucho eslogan, y poco análisis frío y técnico, que se ve de modo despreciativo en estos tiempos, pero que le está haciendo mucha falta a este gobierno.
- ¿Qué efectos generaría en las expectativas del sector privado una eventual salida del ministro de Hacienda?
- Habría un impacto negativo adicional en las expectativas, probablemente algo más de volatilidad y algún impacto en el tipo de cambio.
Por otro lado, a menos que el reemplazante fuera mucho peor, diría que es difícil que haya consecuencias demasiado significativas, aparte del hecho de que probablemente se pondrá en revisión la clasificación de riesgo del país para bajarla.
Más allá de eso, creo que las cosas están tan malas que no hay demasiado espacio para que sigan empeorando.
- ¿Más que del ministro, la responsabilidad es del comité político?
- Absolutamente, y ahí agregaría a los parlamentarios de la coalición. Él llegó a apagar un incendio al gabinete, pero sin tener la posibilidad de negociar el rumbo que se iba a seguir y, tal vez, ahí él cometió un error, llegó con buena voluntad y una noción de ayudar, pero pensando tal vez que el cambio de gabinete significaría un cambio de rumbo, lo que ha quedado demostrado que no era tal, sino que simplemente un cambio de fusibles que se habían quemado. La responsabilidad se la doy al gobierno y la coalición.