Productividad: Chile anota la mayor caída en América Latina entre 2009 y 2016
El banco proyecta un PIB potencial de 3% para los próximos cinco años y no ve espacio para mejoras con un nuevo gobierno.
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La baja en la productividad en Chile es un hecho: la Comisión Nacional de Productividad (CNP) estima que cayó entre 0,5% y 1% en 2016 y los crecimientos superiores a 2% que se observaron en la década de los noventa ahora parecen lejanos.
Y Chile tiene el peor desempeño para la Productividad Total de Factores (PTF) dentro de la región. Según cálculos del banco de inversión Nomura, el país anotó la mayor caída entre 2009 y 2016, de 0,8%. Los otros países que anotaron descensos fueron México y Ecuador, ambos con bajas de 0,4%. En la vereda opuesta, el aumento más importante lo anotó Perú, con 1,7%.
El banco de inversión destaca que los determinantes del crecimiento de la productividad para las economías latinoamericanas en los próximos años están relacionados con la inversión en investigación y desarrollo (IED), el comercio, el desarrollo del sistema financiero, la infraestructura, la desregularización y la privatización.
Todo en un entorno “marcado por una adecuada o mejor calidad de las políticas en la mayoría de las economías”.
Sin embargo las perspectivas para el futuro no lucen muy alentadoras, ya que si bien Nomura espera que la productividad del país se aleje de los registros negativos, no anticipa un repunte muy pronunciado para los próximos años, ya que la PTF aumentaría a 0,2% entre 2017 y 2021. Con este resultado solo superaría a México, cuya PTF marcaría una nula variación en el período.
De acuerdo a Mario Castro, economista de Nomura para América Latina, Chile debe mejorar la calidad de la educación, la infraestructura física y dar facilidad y certidumbre para invertir, si quiere aumentar su productividad en los próximos años.
Efecto en el PIB potencial
La productividad es uno de los componentes del PIB potencial, por lo que su bajo rendimiento también arrastra al crecimiento de largo plazo. Entre 2002 y 2008, el PIB potencial de Chile se ubicaba en 5%, pero bajó a 3,5% entre 2009 y 2016 y para los próximos cinco años, Nomura lo ubica en 3%.
Esto, ya que tanto el aporte del capital como del trabajo descenderían de manera importante (ver tabla) y no lograrían ser compensados por el leve repunte de la productividad.
Según Castro, son dos los factores que han influido en este descenso: la importante caída del precio del cobre, que generó un fuerte ajuste a la baja en la inversión, y la falta de una agenda clara por parte del gobierno para compensar dicha caída en la inversión o para impulsar la productividad del país.
“Por el contrario la agenda de reformas se ha convertido en una fuente de incertidumbre adicional para la economía”, añade Castro.
Y aunque la gran mayoría del mercado estima que el cambio de gobierno podría revitalizar las expectativas de los empresarios y reactivar la inversión, Castro piensa que los obstáculos para alcanzar un mayor crecimiento potencial no disminuirán, ya que independiente de la coalición que se instale en el gobierno, “las presiones de los votantes para ampliar los beneficios sociales en distintos campos continuarán”.
“Aunque dichas demandas son legítimas y deben ser tenidas en cuenta, en un ambiente de restricción fiscal, implican que menores recursos podrán ser destinados a proyectos claves para la productividad del país tal como infraestructura”, explica el economista.
En el corto plazo, el escenario tampoco es muy optimista, ya que de acuerdo a los cálculos de Nomura, la probabilidad de enfrentar una recesión técnica en el primer semestre del año han aumentado, al igual que en Brasil y Colombia, aunque la posibilidad decae hacia fines de 2017.
“Ese escenario seria muy negativo, ya que deterioraría más el mercado laboral, pondría presión adicional en la cuentas fiscales y generaría una fuente de incertidumbre adicional para los votantes, antes de las elecciones de noviembre”, sentencia Castro.