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Felipe Larraín y avance de las reformas: “Éste es un gobierno capturado por los grupos de presión”

El director de Clapes-UC es tajante en señalar a las políticas del actual gobierno como las responsables completas del “frenazo” que vive la economía y hace un llamado a modificar las reformas tributaria y laboral.

Por: R. Sapag y R. Cárdenas | Publicado: Lunes 22 de junio de 2015 a las 04:00 hrs.
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A la espera de medidas concretas de parte del gobierno para reactivar la economía y haciendo un llamado al Senado a modificar la reforma laboral, se encuentra el ex ministro de Hacienda, Felipe Larraín.

El economista por estos días ha estado en medio de las celebraciones del primer año de vida de Clapes-UC (Centro Latinoamericano de Políticas Económicas y Sociales), entidad que él dirige y que se ha convertido rápidamente en uno de los referentes a la hora de analizar políticas públicas en Chile.

Tras un evento de conmemoración realizado la semana pasada -que contó con la participación del académico de la Universidad de Columbia, Jeffrey Sachs- desde su oficina a un costado de la casa central de la PUC, Larraín analiza críticamente el momento económico actual y pide a las nuevas autoridades refrendar con hechos las señales dadas en las últimas semanas y que apuntan a enfocarse en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).

- ¿Cómo está viendo el momento económico?
- Es muy complicado. En primer lugar porque Chile ha tenido un frenazo. Esto no es una ‘desaceleración moderada’ como la han tendido a llamar algunos eufemísticamente. Lo que tenemos es un frenazo y no puede llamarse de otra forma cuando la economía chilena pasa de un crecimiento de 5,3% promedio en los cuatro años anteriores a 1,9%, o sea, una caída de más de tres puntos, esa es una baja brutal.

- ¿No hubo brotes verdes?
- Chile no está en recesión, pero el crecimiento que tiene es paupérrimo y la idea que nos intentaron vender a fines del año pasado de que aquí venían los “brotes verdes” no fue tal. Nosotros pensamos que nunca existieron, pero si existieron se marchitaron rápidamente.

Hoy tenemos una economía que se encamina a crecer en torno al 2,5%, que está en el rango bajo de las estimaciones del Central, las cuales además se han ido ajustando hacia abajo junto con las estimaciones del mercado durante todo este período. De hecho, el crecimiento será quizás incluso menos que eso.

- ¿Ha visto un cambio en la manera en que se explica la desaceleración?
- En un primer momento el gobierno, con las autoridades económicas que ya no están, quiso echarle la culpa al gobierno anterior, pero cuando eso no resultó -porque al final no era creíble esa situación-, empezaron a echarle la culpa a la economía internacional, y eso también es equivocado.

Lo que ha pasado es un tremendo autogol económico. Cuando uno dice “es que tenemos problemas fuera”, claro, los problemas de afuera dan para una desaceleración suave, pero la diferencia entre desaceleración suave y frenazo viene dado por los problemas domésticos, por reformas mal concebidas, mal implementadas.

- ¿Atribuye entonces toda la responsabilidad del actual escenario al gobierno?
- Sin duda. Esta es su responsabilidad completa. Si lo que hay que entender es que cuando se dice que es una “responsabilidad compartida”, por supuesto lo es, Chile lo tenemos que sacar todos adelante, pero este problema se generó por las políticas que llevó adelante el gobierno, por la forma em cómo se tramitaron estas reformas, el contenido, la impericia que ha habido en todas estas reformas. Ha sido una improvisación completa.

- Pero las reformas han seguido avanzando, la tributaria está en plena implementación y se está discutiendo la laboral y luego la constitucional...
- La reforma tributaria tuvo una tramitación lamentable en el Congreso, porque la verdad es que lo que ocurre en la Cámara de Diputados es verdaderamente vergonzoso, y que después se intenta arreglar en el Senado, pero de lo que se dan cuenta todos cuando intentan aplicarla es que tiene enormes problemas en su implementación, y no digamos en su concepción.

- ¿Había otras opciones para recaudar lo que se necesitaba?
- Nosotros hicimos, en su momento, una propuesta alternativa para levantar los mismos recursos con un esquema distinto, que no contemplaba tener la locura franca de tener dos regímenes tributarios que coexisten. Nuestra propuesta indicaba que el sistema de renta atribuida es muy negativo, y además la coexistencia es muy negativa.

Ahora, por lo menos hay un sistema con renta parcialmente integrada, cosa que también considero un error que no esté bien integrada, porque lo que tenemos es un tremendo castigo al ahorro del sistema tributario. A mí me da lástima ver cómo hay empresas potentes en Chile que en vez de estar orientadas a invertir y a generar oportunidades y empleo, están viendo cómo cumplir con la reforma tributaria.

- ¿Cómo se solucionan los problemas, si el gobierno ya cerró la puerta a cambios legales?
- Lamentablemente, lo que vemos es que los efectos completos de estas reformas los va a recibir el próximo gobierno, es como “pasarles el muertito”, ya que estamos viendo que este gobierno no tiene disposición a hacer cambios legales -a pesar de que he visto algunas opiniones favorables-. Yo no creo que esto se pueda arreglar por la vía de circulares administrativas.

- Pero abrirse a cambios legales en la reforma tributaria puede abrir una nueva caja de pandora...
- La caja de pandora que abrió esta reforma tributaria es mayor a cualquiera que se pueda abrir en un intento serio de mejorar la reforma, y creo que habla bien de las personas y de los gobiernos cuando reconocen sus errores y, en ese sentido, rescato las palabras del presidente del Senado, que creo que tiene toda la razón. Si aquí tenemos un sistema tributario en el que se quería un caballo y salió un camello.

- ¿Hay entonces más consenso en el impacto de las reformas?
- El mundo de fantasía que nos pintaron las autoridades, que le decían a los chilenos que esto no iba a afectar a la clase media, no iba a afectar a las pymes y lo iban a pagar el 1% más rico de este país fue todo falso, todo equivocado y la gente se dio cuenta, es cosa de ver las encuestas.

De hecho, del ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, rescato que es primera vez que le escucho a la máxima autoridad de Hacienda decir que las reformas efectivamente habían tenido un efecto en la economía, cosa que había sido negada por catorce meses.

- ¿Se ve más intención de diálogo de parte de las nuevas autoridades?
- Hay una visión más de diálogo, una revalorización en el discurso del crecimiento y valoro también lo que el ministro ha planteado en materia fiscal, en la que entiende que los países no crecen a punta de gasto fiscal, sobre todo cuando el gasto fiscal en nuestro país representa alrededor del 20% del PIB. ¡Si el problema lo tenemos en el 80% restante!.

Reformas golpearon el crecimiento
- ¿Está en un zapato chino el ministro Valdés?

- El zapato chino más complicado que le veo es que su discurso generó muchas expectativas, pero todos sabemos lo que pasa cuando las expectativas no se cumplen cabalmente, cuando la gente encuentra que las expectativas se frustran porque el discurso no va de acuerdo a los hechos. Si nosotros vemos que la reforma laboral va a pasar tal como está es una mala señal respecto de este discurso. Yo espero que el Senado vaya a cumplir un rol en la tramitación de la reforma laboral, rol que no cumplió la Cámara. Creo que este es un gobierno capturado por los grupos de presión.

- Además Valdés no tiene el espacio desde el punto de vista fiscal para seguir apuntalando la economía...
- Es evidente que no podemos seguir viendo los incrementos de 10% anual aproximado en el gasto público, las cifras no dan. Y en un país que crece tan paupérrimamente, tenemos menores recursos por recaudación, que es lo que nunca quisieron entender al diseñar esta reforma tributaria. Solo en el primer año de gobierno, en el que Chile creció tres puntos y medio menos de lo que venía creciendo, se perdieron del orden de US$ 2.100 millones de recaudación. Y eso lo perdimos en lo fundamental por la porfía, por la improvisación de reformas que le pegaron al crecimiento. En cuatro años el costo en recaudación es de cerca de US$ 15 mil millones en recursos fiscales.

- Amplios sectores han indicado que eran necesarias reformas. ¿No habrá una sobrerreacción de parte del mundo privado?
- ¿Quién puede sostener que el país no requiere reformas? Por supuesto que los países requieren reformas. Nosotros hicimos dos reformas tributarias cuando estuvimos en el gobierno, lo que pasa es que hicimos reformas que estaban bien armadas y que levantando recursos públicos cuidaron el crecimiento económico. Entonces, para mí no es nada de tabú el tema de las reformas, pero hay que hacerlas bien.

- ¿De quién es la responsabilidad de salir de esta dinámica?
- La responsabilidad fundamental es del gobierno, después de todo ellos fueron los que crearon el problema. Quien tiene que tomar la iniciativa y dar las señales es el gobierno, porque son ellos los que tienen iniciativa en materia de proyectos, en materia legislativa y los que pueden orientar o desorientar a la opinión pública.

Entonces, es el gobierno el que tiene que dar la señal.

- ¿Y el sector privado?
- Yo no conozco empresarios que tomen decisiones por razones políticas, que vayan a invertir o no porque les guste o no el gobierno. Y cuando pensamos en los empresarios no pensemos sólo en los grandes, hay alrededor de un millón de empresas en este país. Las pequeñas tampoco están invirtiendo y no están generando empleo.

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