Economistas valoran “realismo” de Valdés y sólo ven margen para alza del gasto entre 4% y 5% en Presupuesto del próximo año

El ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, volvió a rayar la cancha. El domingo en la noche ante el panel del programa de televisión Tolerancia 0, el jefe de las finanzas públicas advirtió que los recursos fiscales serán escasos, abriendo la puerta a que posiblemente las platas no alcancen a cubrir todas las demandas comprometidas en el programa de gobierno, lo que llevaría a priorizar las reformas.

“Es el momento de hacer las cosas más graduales, priorizar, pero eso no significa claudicar. El norte está claro, la velocidad con la que se avanza debe ser responsable”, aseguró.

Punto que fue valorado transversalmente por sus colegas economistas, quienes valoran el “realismo” del ministro en línea con “asumir” que el alto gasto público -que hoy crece a tasas de dobles dígitos- “no es sostenible”.

“La actividad está siendo mucho menor que lo esperado, por lo que cualquier recaudación por el lado de impuestos es algo que debe considerar el ministro. El segundo elemento es que la reforma tributaria comienza a recaudar este año, con una actividad que ya está siendo menor. En ese contexto, se estaría recaudando menos”, señala el socio de Rojas y Asociados, Patricio Rojas.

El socio de Forecast Consultores, Ángel Cabrera, señala que es “bastante evidente” que los recursos no alcanzarán para financiar los compromisos de campaña, ya que los cálculos de gastos e ingresos “nunca estuvieron bien hechos” y la “profunda desaceleración” llevará a ingresos coyunturales y estructurales “todavía más bajos”.

“¿Qué entiende el ministro por priorizar reformas? Es darle orden al programa y va más en la línea de realizar algunas tareas y otras dejarlas en stand by. Los plazos son cortos y los proyectos y reformas que no se hagan hoy, probablemente no se realizarán”, señala.

Mientras que el director ejecutivo de CorpResearch, Sebastián Cerda, expone que más que los ingresos de hoy -que han estado “en línea” con lo planteado en la reforma tributaria- lo que está haciendo Valdés es anticiparse a una baja en los ingresos estructurales, ad portas de una inminente rebaja del PIB potencial y del precio del cobre de largo plazo.

“Aquí hay un sinceramiento y un realismo de que no se puede sostener este alto ritmo de crecimiento del gasto. Si el crecimiento de tendencia se estanca, es probable que se pueda ver muy mermada la recaudación”, asegura.

Techo en el gasto
Bajo este escenario, los economistas consultados advierten que entre 4% y 5% es un “techo” para el crecimiento del gasto fiscal el próximo ejercicio.

El ministro Valdés y su equipo se encuentran afinando los parámetros del erario 2016, en paralelo al llamado de los comités de expertos de PIB y precio del cobre de largo plazo para definir qué tan expansivo o restrictivo puede ser el gasto público el próximo año.

El economista de Banchile Inversiones, Nathan Pincheira, señala que las palabras del secretario de Estado vienen a “ratificar” lo señalado a días de asumir, en el sentido de que el gasto público “ya había hecho su trabajo”, como señaló en el marco de la cuenta pública presidencial del 21 de mayo.

“El ministro nuevamente da una señal de responsabilidad hacia adelante, tanto con los compromisos de gasto ya tomados como con la responsabilidad fiscal más allá del gobierno de turno. Más que con una menor recaudación por la reforma tributaria, esto se relaciona con la prudencia que se debe tener en el manejo de las cuentas fiscales para converger al balance estructural”, asegura.

La investigadora de Libertad y Desarrollo (LyD), Cecilia Cifuentes, ve como “positivo” que el titular de las finanzas públicas “aclare” que los recursos serían “insuficientes” para financiar el programa de gobierno. “Más que una reforma tributaria que no va a recaudar lo deseado, el problema es el bajo crecimiento. El programa se elaboró con un crecimiento en torno a 4% y eso se ve difícil de lograr”.

Mientras que para el economista de Scotiabank Chile, Benjamín Sierra es “bastante evidente” que el actual ritmo de gasto no es sostenible, a lo que suma un “sinceramiento” de las expectativas de crecimiento -que ya se ubican en torno a 2,6%- ad portas de que en julio Valdés asista a la comisión mixta de Presupuesto a actualizar los cifras macro con las que se construyó el actual erario.

“El ministro Valdés venía insinuando esto. El crecimiento del gasto no puede continuar a este ritmo, sino se puede generar un problema complicado: se pueden generar presiones artificiales sobre la inflación, por una parte, y se arriesga poner en peligro levemente la reputación de disciplina fiscal del país, por otra”, asegura el ejecutivo.