Macro

Consumo crecerá en este gobierno al menor ritmo de las últimas cuatro administraciones

Un mercado laboral más deteriorado, alta inflación y expectativas negativas han impedido un incremento más acelerado.

Por: Denisse Vásquez H. | Publicado: Viernes 29 de julio de 2016 a las 04:00 hrs.
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El magro crecimiento que ha registrado la inversión en los últimos dos años, que podría completar un tercer ejercicio de caídas este 2016, ha sido uno de los principales factores detrás del tibio crecimiento de la actividad. Sin embargo, la inercia registrada en el consumo también ha jugado -y jugará- un papel determinante.

Y es que de cumplirse las expectativas de los analistas, que anticipan un crecimiento de 1,9% para este año y de 2,3% para 2017, según el último LatinFocus, el crecimiento del consumo promediará apenas 2,3% en el período 2014-2017, anotando el peor rendimiento en los últimos cuatro gobiernos.

Mirando hacia atrás, en el período de Ricardo Lagos (2000-2005), el consumo creció en promedio 4,9% con un peak de 8% en 2004, mientras que en el primer gobierno de Bachelet (2006-2009) la media fue de 5,1% en medio de la crisis subprime. Sin embargo, la recuperación fue rápida y alcanzó un incremento promedio de 7,1% bajo el mandato de Sebastián Piñera (2010-2013).

Si bien las cifras previas al año 1997 disponibles en el Banco Central no son comparables, tanto el gobierno de Patricio Aylwin como el de Eduardo Frei se caracterizaron por un importante dinamismo en el consumo, alcanzando incluso expansiones de dos dígitos. La excepción la marcó la crisis asiática, registrando una caída de 0,1% en 1999, pero incluso en esa ocasión la recuperación fue inmediata.

Sin repunte en el horizonte

Los economistas tienen clara la combinación que derivó en este alicaído comportamiento en el consumo, cuyas raíces responden principalmente a factores internos: un mercado laboral que se ha deteriorado, altos niveles de inflación y expectativas de los consumidores sumidas persistentemente en el pesimismo, todo esto en el marco de una economía con un bajo crecimiento.

El economista de Scotiabank, Benjamín Sierra, resalta que en las dos crisis anteriores hubo recesión a diferencia de lo que está ocurriendo actualmente. “Esto no es una recesión, por lo tanto lo que tenemos es una desaceleración del consumo que se ha prolongado más de lo que esperábamos tal como se ha prolongado el bajo crecimiento de la economía”, asegura.

La visión es compartida por el economista de Gemines, Alejandro Fernández, quien agrega que el desempeño exhibido por el consumo deja en evidencia que responde más a factores internos que externos, porque si bien la caída en el precio del cobre ha incidido, “la desilusión con el gobierno, el rechazo a las reformas y el temor a perder el trabajo pesan mucho más”.

El economista de EuroAmerica, Felipe Alarcón, señala que la inercia en el desempeño del consumo es “bastante preocupante”, ya que el consumo como porcentaje del PIB es el ítem más importante y “un consumo acotado limita bastante lo que es el crecimiento de la economía”.

Lo que también preocupa es que los analistas no vislumbran una recuperación que se pueda calificar como significativa, por lo menos durante esta década.

Y es que como plantea Fernández, en ausencia de un shock externo positivo -que no se ve en el horizonte por ahora-, lo único que aparece como un elemento de probable cambio en la dirección deseada, tanto de las expectativas como de las variables económicas, es el cambio de gobierno, que se concretará en marzo de 2018, aunque señala que el escenario para una mejora se ve complicado.

“Está todo el descrédito que tiene la clase política hoy día, lo que hace un poco incierta la situación. La gente está demasiado escéptica respecto de lo que puede ocurrir”.

 

"En 2017 no se verá un gran repunte en el sector"

 

La debilidad del consumo se ha notado con fuerza en la actividad del comercio, cuyas cifras desde el último trimestre de 2014 reflejan un crecimiento bastante débil y plano, lo que preocupa al presidente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Ricardo Mewes.


- ¿Qué tan grave es el estancamiento que se aprecia actualmente en el consumo?


- Hay que tener en cuenta primero que en la rápida recuperación del consumo el 2010, donde el sector comercio fue el motor de la economía, influyó fuertemente el proceso de reconstrucción y de reposición de bienes dañados por el terremoto. Ahora, estamos en una situación de estancamiento del consumo privado, donde el 2015 creció sólo un 1,5% y este año probablemente estemos en un rango entre el 1% y 1,5%. Es decir, nos mantenemos en este crecimiento plano del cual no logramos salir y donde para 2017, dada las proyecciones para la economía del país, no se verá tampoco un gran repunte en el sector.


- ¿Cuánto están pesando los factores internos y cuánto los externos en este plano desempeño del consumo?


- Estamos conscientes de los problemas externos que tienen consecuencias directas en nuestra economía. Sin embargo, en el tema interno, la falta de confianza está afectando en la inversión. En ese sentido, es importante aclarar que países como Perú y Bolivia enfrentan el mismo escenario externo que nosotros, pero tienen proyectado crecimientos bastante más altos, porque se han preocupado de generar los espacios para la inversión. Se trata de países con sistemas económicos que, sin transformaciones profundas, han realizado ajustes que les han permitido proyectar crecimientos por sobre el 3,5%.


- En su opinión, ¿cuándo se verá un verdadero repunte en el consumo?


- El país vive pérdida de dinamismo, con una demanda interna débil, y donde las distintas variables que impactan el consumo de los hogares no logran repuntar, manteniéndose estancado en magros crecimientos. Por otra parte, las confianzas continúan en terreno pesimista y aumenta la inestabilidad del mercado laboral, con una desaceleración de los ocupados, y aumentos del desempleo. A eso se suma una masa salarial que crece cada vez más débilmente.


Dado este escenario, no esperamos una recuperación en el corto o mediano plazo, mantenemos nuestra proyección, esperando un aumento de nuestro Índice de Ventas Minoristas en la Región Metropolitana entre 0,5% y 1,5% para este año, lo que implica un segundo semestre sin grandes cambios y con un resultado muy similar a la primera mitad del año.

 

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