Yolanda Pizarro: "La mejor manera de contribuir a que el estallido social no afecte a las empresas es incorporando a las mujeres"
Con más de 15 años de trayectoria en asesorías con perspectivas de género, la experta aborda la importancia de incorporar a mujeres en los altos cargos de las firmas.
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De profesión educadora de párvulos y mediadora familiar, Yolanda Pizarro forjó su carrera en el asesoramiento de temas de género, inclusión y diversidad a empresas tanto públicas como privadas.
Su interés nació de adolescente, cuando notaba cómo tan pocas mujeres ingresaban en los cargos de alta dirección en las instituciones. Decidió estudiar una carrera relacionada con la educación, pero no porque le interesaba particularmente el cuidado de los niños, sino porque le importaba cómo una política pública podría contribuir a que esos niños se formarán en igualdad de condiciones.
También buscaba ayudar a que las mujeres llegaran a altos puestos en las empresas. Así, en 2006, comenzó a asesorar al Estado. Primero, trabajó para el Ministerio de Educación donde inició su carrera en la elaboración de políticas públicas como coordinara en la Junta Nacional de Jardines Infantiles. Después, estuvo a cargo de la mesa "Mujer y Minería" en el Ministerio de Minería, donde se encargó de "mover la aguja del 7% de mujeres en minería a un 9%". Allí, trabajó mano a mano con empresas como Codelco, Antofagasta Minerals y Barrick.
En 2015, y a solicitud de la ministra de la época del Ministerio de Mujer y la Equidad de Género, Claudia Pascual, fue jefa de Gabinete para ayudarle a instalar el nuevo ministerio. Desde ahí, la llamaron del Ministerio de Economía donde formó parte del consejo asesor de la Subsecretaría y, partir de ese trabajo, comienza a vincularse con el mundo privado. Ha sido representante de Chile como conferencista en perspectiva de género en las políticas públicas y empresariales en diferentes organizaciones como la Comunidad Europea, APEC y ONU Mujeres. Es directora de la consultora de perspectiva de género Lares Hub y actualmente asesora a empresas eléctricas y es parte del comité editorial de #SomosFinancieras de DF.
- ¿Qué la impulsó a trabajar en temas de paridad de género y asesoría?
- Uno, tengo inculcado que la sociedad no puede funcionar sin el 51,1% que somos las mujeres. Dos, nosotras hemos hecho a lo largo del siglo XX y el siglo XXI un esfuerzo enorme por estudiar en la universidad, por perfeccionarnos, por hacer posgrados y no puede ser que estas habilidades y esas competencias no se consideren. Eso para mí es muy importante y tiene que ver con mi formación como feminista, pero también con lo que he logrado a lo largo del tiempo de ir conociendo que las mujeres se esfuerzan tanto. Un grupo importante dejan de estar con los hijos y las hijas en las tardes noches para poder estudiar y poder perfeccionarse. Sin embargo, eso no se ve en los resultados de un cargo posterior.
- Desde su trabajo en empresas privadas asesorándolas en perspectivas de género ¿Qué cree que deberían hacer éstas en el nuevo contexto social para incorporar a las mujeres?
- La empresa inteligente es la que hoy día se hace cargo de incorporar a las mujeres, porque ellas son una fuerza de trabajo importante. Pero eso tiene que ir acompañado de entender claramente por qué eso va a ser una contribución. Dentro del marco del estallido social, hoy día la empresa que no escuche lo que está pasando en la calle, se va a quedar estancada. Creo que la manera más importante hoy día de contribuir a que este estallido social no afecte en lo económico a las empresas, es incorporando a las mujeres, no dejándolas fuera. Eso es lo más inteligente. Porque hay diversidad de miradas, de opiniones. Nosotras además de tener los conocimientos, las habilidades y las competencias, tenemos una forma de resolver los problemas de forma distinta, escuchamos de manera distinta. Es pura ganancia que el empresariado entienda hoy día que tiene que tener equipos diversos. Si las empresas incorporan tanto mujeres como a hombres, generarán equipos diversos y van a contribuir a mejorar la productividad del país, que es algo que hoy día está bastante de capa caída.
- ¿Por qué entonces, si los resultados son buenos, hay tan poca presencia femenina en los altos cargos?
- Es que para las mujeres asumir cargos de alta dirección no resulta fácil, y no hablo solamente del mundo privado, sino también del mundo público, porque no tenemos resuelto el cuidado de terceros, el monitoreo de la casa, el cuidado de los papás enfermos. Culturalmente se nos ha asignado ese rol, independiente del nivel socioeconómico. Y por otro lado, está este tema que no es menor y que hay que resolver, que es este "club de Toby" cuando se toman las decisiones.
- Esto es parte de un cambio cultural. ¿Cree que se ha avanzado en los últimos años?
- No lo suficiente, porque los hombres siguen sin vernos. Cuando toman las decisiones van a elegir por el compañero de colegio, por el de universidad o por con el que juega golf. No hemos avanzado lo suficiente y falta resolver el cuidado de terceros y que hombres y mujeres asumen ambos la corresponsabilidad.
Pero mira, yo creo que al final todo esto que yo hago en lo público, es mostrar que es posible, con preparación, con conocimientos y con algunas habilidades comunicacionales, para poder estar instalada en espacios públicos. Eso a mí es lo que me mueve, porque además estoy convencida de que las mujeres somos un valor y que si los hombres no lo ven y no lo aprovechan, este país no va avanzar, no va a mejorar la productividad, no va a mejorar el desarrollo. Tenemos que avanzar un paso más para acortar las brechas, pero también por la necesidad de que el cambio cultural sea un poco más rápido, porque sigue estando muy lento. Y estos cambios tienen que ser con las mujeres.