¿Trabajadores más seguros? Mejora el ánimo para lidiar con el arribo de los robots

El miedo al llamado “robocalipsis” parece ir disminuyendo entre los trabajadores. De acuerdo al último informe Workmonitor que elabora Randstad, el temor a que el empleo sea automatizado disminuyó 16 puntos en tres años.

De acuerdo a la medición correspondiente al segundo trimestre, el mayor optimismo también se reflejó en que el 89% de los consultados aseguró que se siente preparado para lidiar con la digitalización en la oficina, ocupando la tercera posición en este aspecto a nivel global y posicionándose por sobre el promedio global, que alcanza 78%.

Los países que llevan la delantera en esta materia son Brasil y China, con 94%; Turquía, India y Portugal con 90%; y luego México y Chile, con 89%.

Si bien destacó el optimismo de la fuerza laboral local, la directora de marketing y comunicaciones de Randstad, Natalia Zúñiga, recalcó que se debe considerar que los empleos del futuro no serán los mismos y requerirán de habilidades diferentes.

“Si bien la demanda de skills STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) ha tenido un incremento importante durante los últimos años, también existe evidencia de que las solicitudes de perfiles con competencias blandas ha ido en aumento, ya que son las que impiden que las personas sean reemplazadas por robots”, comentó.

Como contraparte, agregó que “ha ido creciendo la conciencia de que el análisis de datos, la toma de decisiones, la solución de problemas, el pensamiento creativo y la comunicación efectiva, deben ser cada vez más habituales en el currículum de los candidatos, disminuyendo su temor e incertidumbre”.

Los últimos resultados del Workmonitor también arrojaron que un 86% de los trabajadores consultados en el país cree que su empleador debería invertir en el desarrollo de sus habilidades digitales.

Sobre el tema, Zúñiga planteó que hoy las compañías requieren contar con gente cada vez más preparada, no solo en el departamento de tecnología, sino que también en áreas comerciales, de recursos humanos y de negocio, entre otras, debido a que el concepto clave es aprendizaje continuo. “Aquellos que se adapten, no solo sobrevivirán, sino que también tendrán oportunidades para prosperar y avanzar hacia mejores opciones”, dijo.

Respecto a los plazos en que se comenzará a ver el impacto de la automatización, el análisis de la firma mostró que un 39% de los trabajadores chilenos cree que su trabajo será automatizado de aquí a cinco y diez años, 16 puntos porcentuales menos que en 2016, cuando la cifra llegó a 55%.

A juicio de Zúñiga, esta cifra demostraría que los profesionales en Chile se sienten más seguros que hace tres años debido a que hoy existe más información y han tenido la oportunidad de formar nuevas competencias. “Están más preparados y confiados en su capacidad para cubrir las demandas que requerirán las empresas en un futuro cercano, cuyo valor añadido es el conocimiento”, afirmó.

Aparte de la actualización en materia tecnológica, la ejecutiva dice que hay consciencia de que el sello diferencial radica en la creatividad, la innovación, trabajar en red, inspirar y mover a equipos y la capacidad de resolución de conflictos. A esto se une el “estar facultados para reaccionar ante cualquier tipo de problema o imprevisto y ofrecer soluciones; habilidades que se presumen mucho más complicadas de sustituir por máquinas”, aseguró.

Para la vocera de Randstad, los datos reflejan que los trabajadores locales lograron interiorizar que para hacer frente a los cambios tecnológicos es clave “ser capaz de reinventarse y conocer el valor agregado que cada persona otorga a su trabajo, más allá de las tareas mecánicas y repetitivas que realiza en el día a día”, acotó Zúñiga.