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Del trabajo social en Haití a jefa de gabinete en La Moneda

Magdalena Díaz maneja la agenda del presidente Sebastián Piñera y debe lidiar a diario con 23 ministros, además de dirigentes políticos y parlamentarios.

Por: Rodolfo Carrasco | Publicado: Lunes 20 de agosto de 2018 a las 04:00 hrs.
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“Buena para el desvelo y para mandar ideas por  whatsapp  a la hora que sea”, así define un colaborar cercano a Magdalena Díaz, la jefa de gabinete del presidente, Sebastián Piñera, quien es asistente social de la Universidad del Pacífico y magíster en gobierno y sociedad de la Universidad Alberto Hurtado. Con una trayectoria que la llevó a Haití por trabajo social, desde el 11 de marzo de 2018 está a cargo de la agenda y las actividades del mandatario.

“Maida”, le dicen a la hija de uno de los mejores amigos del Presidente, Pedro Pablo Díaz y de Verónica Vergara, quien en marzo de 2015 asumió funciones en la Fundación Avanza Chile y que luego se transformó en pieza clave en la campaña presidencial al coordinar a un equipo de personalidades entre las que se contaban los ahora ministros Andrés Chadwick, Cecilia Pérez y Gonzalo Blumel, entre otros.

Antes de incursionar en la política, Díaz volcó su vocación de servicio social formando parte de lo que fue un Un Techo para Chile y posteriormente en América Solidaria, donde fue voluntaria en Haití. Es amiga del sacerdote Felipe Berríos, a quien conoce desde que era alumna del Villa María Academy y Berríos capellán de esa institución.

Ensayo general

Se comenzó a acercar a la política más activa cuando asumió en el primer gobierno de Piñera como jefa de gabinete de la primera dama, Cecilia Morel. “Ahí realizó una suerte de ensayo general para lo que sería su desempeño en Avanza Chile y en la campaña presidencial”, sostiene un diputado del oficialismo que agrega que “la experiencia le sirvió para relacionarse con los políticos y parlamentarios y saber decir que no cuando una idea no le gusta”.

Es prima del actual ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, y amiga de las hijas del mandatario. Pero sabe separar aguas y “cuando se trata de ejercer su rol lo hace a plenitud. Le dice al Presidente las cosas que otros en su entorno no se atreven”, afirma un asesor del segundo piso de la sede de gobierno.

La jefa de gabinete se define, según sus cercanos, como “independiente, sin militancia y liberal de centroderecha”. Es separada con dos hijos, Cristóbal de 7 y Santiago de 10, y se los suele ver por La Moneda, al igual que antes en la fundación y en el comando. De hecho, para el día del patrimonio recorrieron el palacio junto al Presidente y hasta tareas escolares han debido realizar en la sede de gobierno.

Sus compañeros de trabajo directo son el jefe de asesores del segundo piso, Cristián Larroulet, el jefe de prensa de La Moneda, Juan José Bruna, el director de la Secom, Jorge Selume, la secretaria del presidente, Sarita Larraguibel, y la asistente del mandatario, Carola Valdés. Estas dos últimas juegan un rol central al momento de filtrar llamados y reuniones del mandatario. Y es que con tantas solicitudes, Magdalena Díaz se ocupa de fijar en la agenda presidencial lo importante y para lo demás delega en otros asesores. Además, como forma parte del whatsapp del Presidente y sus 23 ministros ella está al tanto de todo lo que ocurre en el gabinete.

“Tiene personalidad y el cargo para pedirle cosas a los ministros en beneficio del proyecto de Chile Vamos y no tiene aspiraciones personales para el futuro en el ámbito político”, afirma un cercano que la conoce desde la época en que trabajó con la primera dama.

Reuniones 360

En la construcción de la agenda presidencial desarrolla lo que ella denomina “reuniones 360” con su equipo, es decir, todos los participantes deben opinar y dar sus puntos de vista en la elaboración de la mejor idea o propuesta. Tiene una relación “profesional, pero muy humana con las personas y las cosas las dice de frente, seas ministro, parlamentario o alcalde”, aclara un parlamentario de gobierno.

Un dirigente del oficialismo sostiene que “le agrada trabajar en equipo, sabe delegar, pero no perder el control y exige resultados; y tiene una preocupación permanente para que todo salga bien y cuidar al Presidente”.

Desde su oficina todos los días debe cruzar por el salón de audiencias para llegar al despacho presidencial llevando en sus manos documentos para el mandatario que ya han pasado diversos filtros. “Le gusta que el trabajo quede bien hecho, es para el Presidente”, dice un colaborador de ella que también afirma que existe otra premisa en su forma de trabajar “lo que pasa en el segundo piso se queda en el segundo piso”.

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El Presidente junto a su jefa de gabinete.

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