Beijing acelera apertura de su mercado bursátil a extranjeros
Sólo los inversionistas calificados pueden convertir divisas extranjeras en acciones clase A denominadas en yuanes.
Por: | Publicado: Miércoles 15 de febrero de 2012 a las 05:00 hrs.
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Por Daniel Ren en Shangai
Beijing puso en vía rápida la tramitación de inversiones de instituciones extranjeras en el restringido mercado chino para las acciones tipo A (títulos denominados en la moneda china que son transados en las bolsas de Shangai y Shenzhen) en un aparente esfuerzo por elevar la confianza del inversionista.
La Comisión Regulatoria de Valores de China (CSRC, su sigla en inglés) extendió licencias a siete entidades internacionales para que se conviertan en inversionistas institucionales extranjeros calificados (QFII, su sigla en inglés), tras una masiva expansión del programa en diciembre del año pasado.
Las nuevas licencias QFII son vistas como un intento del regulador por apoyar un débil mercado, que estuvo entre los de peor desempeño del mundo en 2010 y 2011.
Los inversionistas extranjeros tienen prohibido comprar acciones tipo A denominadas en yuanes. Sólo los QFII pueden traspasar cierta cantidad de divisas extranjeras a acciones listadas en China.
Las siete licencias se suman a otras catorce emitidas en diciembre, a medida que Beijing acelera el procedimiento de aprobación para inyectar más capital extranjero a las acciones listadas en China. Entre enero y noviembre del año pasado, el regulador aprobó 15 licencias de QFII.
“El ritmo más rápido de las licencias QFII refleja los esfuerzos del regulador por darle impulso a la confianza del inversionista”, dijo el jefe de investigación de la consultora de fondos Z-Ben Advisors, Howhow Zhang. “Se espera que la tendencia de rápidas aprobaciones de QFII continúe”, dijo.
Al regulador de valores chino se le ha encomendado desde hace tiempo la tarea de asegurar la estabilidad de los mercados mientras millones de inversionistas individuales apuestan a las acciones con sus ahorros de toda una vida.
Después de que el ex presidente del China Construction Bank, Guo Shuqing, se hizo cargo del CSRC, en octubre del año pasado, los inversionistas esperan que el banquero con mentalidad reformista tenga éxito en animar al alicaído mercado bursátil.
El índice Shangai Composite perdió 21,7% el año pasado, después de una caída de 14,3% en 2010.
Beijing lanzó el esquema QFII en 2003, con la esperanza de que las instituciones financieras de occidente aportarían una dosis de mayor profesionalismo al mercado, donde los inversionistas han transado desde hace tiempo acciones basándose en rumores más que en valoraciones.
A la fecha, se les ha permitido a 142 QFII comprar acciones tipo A, con una cuota de inversión combinada de US$ 22.000 millones.
Bancos y fondos de inversión global de renombre como UBS y Goldman Sachs están entre los QFII que actualmente operan en el mercado chino. Las instituciones recientemente aprobadas incluyen al Hospital Authority Provident Fund Scheme de Hong Kong, el Servicio Nacional de Pensiones de Corea del Sur y BNP Paribas Asset Management.
Según Lipper, los QFII perdieron 26% en inversiones de acciones A el año pasado.
Beijing puso en vía rápida la tramitación de inversiones de instituciones extranjeras en el restringido mercado chino para las acciones tipo A (títulos denominados en la moneda china que son transados en las bolsas de Shangai y Shenzhen) en un aparente esfuerzo por elevar la confianza del inversionista.
La Comisión Regulatoria de Valores de China (CSRC, su sigla en inglés) extendió licencias a siete entidades internacionales para que se conviertan en inversionistas institucionales extranjeros calificados (QFII, su sigla en inglés), tras una masiva expansión del programa en diciembre del año pasado.
Las nuevas licencias QFII son vistas como un intento del regulador por apoyar un débil mercado, que estuvo entre los de peor desempeño del mundo en 2010 y 2011.
Los inversionistas extranjeros tienen prohibido comprar acciones tipo A denominadas en yuanes. Sólo los QFII pueden traspasar cierta cantidad de divisas extranjeras a acciones listadas en China.
Las siete licencias se suman a otras catorce emitidas en diciembre, a medida que Beijing acelera el procedimiento de aprobación para inyectar más capital extranjero a las acciones listadas en China. Entre enero y noviembre del año pasado, el regulador aprobó 15 licencias de QFII.
“El ritmo más rápido de las licencias QFII refleja los esfuerzos del regulador por darle impulso a la confianza del inversionista”, dijo el jefe de investigación de la consultora de fondos Z-Ben Advisors, Howhow Zhang. “Se espera que la tendencia de rápidas aprobaciones de QFII continúe”, dijo.
Al regulador de valores chino se le ha encomendado desde hace tiempo la tarea de asegurar la estabilidad de los mercados mientras millones de inversionistas individuales apuestan a las acciones con sus ahorros de toda una vida.
Después de que el ex presidente del China Construction Bank, Guo Shuqing, se hizo cargo del CSRC, en octubre del año pasado, los inversionistas esperan que el banquero con mentalidad reformista tenga éxito en animar al alicaído mercado bursátil.
El índice Shangai Composite perdió 21,7% el año pasado, después de una caída de 14,3% en 2010.
Beijing lanzó el esquema QFII en 2003, con la esperanza de que las instituciones financieras de occidente aportarían una dosis de mayor profesionalismo al mercado, donde los inversionistas han transado desde hace tiempo acciones basándose en rumores más que en valoraciones.
A la fecha, se les ha permitido a 142 QFII comprar acciones tipo A, con una cuota de inversión combinada de US$ 22.000 millones.
Bancos y fondos de inversión global de renombre como UBS y Goldman Sachs están entre los QFII que actualmente operan en el mercado chino. Las instituciones recientemente aprobadas incluyen al Hospital Authority Provident Fund Scheme de Hong Kong, el Servicio Nacional de Pensiones de Corea del Sur y BNP Paribas Asset Management.
Según Lipper, los QFII perdieron 26% en inversiones de acciones A el año pasado.