Así es octubre y noviembre en Wall Street en años de elecciones
Se trata de un período de alta volatilidad, particularmente para el S&P 500.
Por: Carolina Lathrop | Publicado: Sábado 12 de octubre de 2024 a las 04:00 hrs.
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En menos de un mes, los estadounidenses votarán en una de las elecciones más importantes de la historia de Estados Unidos. ¿Cómo se mueve Wall Street el mes previo?
Existe consenso, en que históricamente los treinta días antes de las elecciones suelen ser de volatilidad, aunque de corta duración. De hecho, cuando se cuentan los votos, las acciones normalmente vuelven a su ritmo ascendente habitual.
Así lo confirma el director de Estrategia de Inversiones para América Latina de Blackrock, Axel Christensen, “durante octubre y noviembre, en un año electoral, el mercado bursátil estadounidense suele experimentar una mayor volatilidad debido a la incertidumbre.
Históricamente, los mercados tienden a tener un mejor desempeño en noviembre que en octubre, especialmente después de que se conocen los resultados de las elecciones”. Y agrega que “después de una elección presidencial en Estados Unidos, el mercado accionario suele atravesar un período de ajuste, ya que los inversionistas reaccionan a las políticas de la nueva administración y a los posibles cambios en la dirección económica. De todas maneras, con los días, el mercado tiende a estabilizarse y, a menudo tiene un buen desempeño en los meses posteriores a las elecciones, a medida que disminuye la incertidumbre que se genera durante el proceso electoral respecto al resultado”.
De hecho, el S&P 500 cae entre 0,5% a 1% en los 30 días previos a las elecciones presidenciales y sube un 1,5% en el noviembre posterior a la votación.
Según un análisis de Bloomberg, el S&P 500 salió airoso en 6 de los 11 octubre previos a las elecciones, aunque el saldo medio sea negativo (ver infografía). En el noviembre posterior con un candidato electo, el balance es el mismo (6 de 11) desde las primeras elecciones de Ronald Reagan (republicano) aunque la media en este caso implica un avance de Wall Street del 1,5%. El mejor octubre para Wall Street fue el año de la victoria de Biden (2020) mientras que el peor fue en las elecciones de Obama de 2008, año de la crisis financiera, cuando el S&P 500 se desplomó un 16,9%.
Asimismo, en el 82% de los casos desde 1980 los seis meses previos a la elección al presidente de Estados Unidos, Wall Street anotó un periodo alcista. A falta del mes de octubre, en los últimos cinco meses el S&P 500 avanza un 11% por lo que la estadística tendería a volver a cumplirse si no se produce un desplome en los próximos 30 días, algo que solo ha pasado un octubre en año electoral desde 1980.
El gerente de economía y estrategia de Bice Inversiones, Sebastián Senzacqua señala que una vez que pasen estos temas la situación tiende a revertirse, y que más allá de la elección puntual, es necesario tener en cuenta qué pasará con el Parlamento, porque puede determinar la profundidad de las políticas que quiera impulsar el presidente electo. “Si el Congreso queda dividido y el presidente queda como pato cojo, no logrando encaminar bien todas sus propuestas, puede haber un contrapeso que evite que lleguemos a escenarios extremos. Porque en esta elección los candidatos están con propuestas bien opuestas, sobre todo en el tema tributario. Nosotros creemos que este será un factor relevante a mirar”.
Respecto a las industrias afectadas Axel Christensen explica que “en general, si bien las consecuencias inmediatas de una elección pueden ser impredecibles, es más probable que ciertos sectores experimenten movimientos más significativos en función de las políticas de la nueva administración, destacando salud, debido a posibles cambios en las políticas y regulaciones; energía, explicado por posibles modificaciones en políticas sobre producción de energía y regulaciones medioambientales; servicios financieros, por los posibles cambios regulatorios como por el efecto que la política fiscal del nuevo Gobierno pueda afectar a las condiciones crediticias y de liquidez en los bancos y las instituciones financieras; y tecnología, porque se ha visto expuesto a cambios en las políticas de competencia y regulaciones comerciales”.
Frente al escenario abierto, y de una elección que según las encuestas no tiene un claro ganador, Sebastián Senzacqua insiste en que más allá de la volatilidad de este periodo corto, la recomendación “es mantener una diversificación de portafolios, no tener concentración de inversiones en un sector particular, sino algo más balanceado, con una combinación de otro tipo de inversiones, ya sea en renta fija o inversiones en activos alternativos, porque eso permite mitigar este episodio de volatilidad de corto plazo que eventualmente se va a resolver”.
De hecho, asegura que posiblemente el escenario no sea tan malo para el mercado accionario y tengamos nuevamente un periodo de buenos retornos, con un horizonte de mediano a largo plazo, con una mirada hacia adelante en el contexto macro y de política monetaria.
Phil Mackintosh, economista jefe de Nasdaq analizó y publicó recientemente en el sitio web Nasdaq.com, el impacto de las elecciones en el mercado de valores, y concluyó que lo que a los inversionistas realmente les importa es la economía.
En la misma línea, los estrategas de inversión del U.S. Bank, -que estudiaron datos de mercado de los últimos 75 años, e identificaron patrones que se repetían durante los ciclos electorales-, apuntaron en su estudio publicado en septiembre a un impacto mínimo en el desempeño del mercado financiero a mediano y largo plazo según los posibles resultados electorales, asegurando que los datos muestran que los rendimientos del mercado suelen depender más de las tendencias económicas y de inflación que de los resultados electorales.