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Alto contrasteUn zar para la reconstrucción
Para nadie es un misterio que el gobierno de Sebastián Piñera tendría que lidiar durante toda su administración con las consecuencias del terremoto de 2010...
Para nadie es un misterio que el gobierno de Sebastián Piñera tendría que lidiar durante toda su administración con las consecuencias del terremoto de 2010. El propio presidente advirtió que la tarea de reconstrucción tomaría todo su período. Pero, como en otras ocasiones, los plazos auto impuestos y las altas expectativas generadas han jugado en contra. Antes del invierno de 2012 “todas las familias que viven en aldeas habrán recibido sus viviendas definitivas o estarán con notable avance”, comprometió en su discurso del pasado 21 de mayo.
Llevar adelante un proceso eficiente y ágil de reconstrucción supone un desafío muy complejo para la capacidad institucional del Estado, en particular cuando la toma de decisiones es excesivamente centralista. Por eso que, desde el comienzo, diversos sectores recomendaron la designación de un delegado presidencial para la reconstrucción. La fórmula fue aplicada por el presidente Alan García para la reconstrucción tras el terremoto de Ica y por su par colombiano Juan Manuel Santos ante la crisis de invierno a comienzos de su mandato.
El gobierno chileno prefirió implementar un departamento de reconstrucción y un comité interministerial. Pero ante la negativa percepción ciudadana, la alternativa de nombrar un zar para los campamentos vuelve a surgir. El asunto es que si ahora el Ejecutivo la considera una opción viable, significa que lo debió ser desde un comienzo o que alguno de los organismos responsables no ha respondido debidamente.
No se trata de actuar con rediseños comunicacionales. Si el zar es necesario, entonces deberá contar con atribuciones y eso supone un desafío para la institucionalidad local.
