Tres reconocidos abogados brasileños, incluyendo uno de los fundadores del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), han presentado esta semana una solicitud para abrir un procedimiento de destitución en contra de la presidenta Dilma Rousseff, en momentos en que meses de incertidumbre política han paralizado al Congreso, sacudido a los mercados financieros y profundizado la crisis económica.
El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, un férreo enemigo del gobierno, recibió la solicitud y ahora debe decidir si acepta la petición que alega irregularidades del Ejecutivo en el manejo de las cuentas públicas. De aceptarla, se pondrá en marcha un prolongado proceso legal que podría resultar en el retiro del mandato a la presidenta. Cunha, que enfrenta acusaciones de corrupción por el escándalo de Petrobras, se comprometió a estudiar la petición con total neutralidad.
Se trata de la segunda vez en los 30 años de democracia de Brasil que el país está envuelto en un protocolo de impeachment presidencial. La última solicitud pondrá a prueba la determinación de Cunha y la oposición en tratar de derrocar a la presidenta menos popular de la historia moderna de Brasil.