Riesgos para Chile
Cada año el Foro Económico Mundial (WEF) publica el Mapa Global de Riesgos con los peligros con mayor probabilidad de generar amenazas al planeta y los países. El informe del WEF señala que, en el corto plazo, los mayores riesgos globales son el avance de la desinformación que se propaga por redes sociales y medios de comunicación, los fenómenos meteorológicos extremos y los conflictos armados, mientras que en el mediano plazo son los fenómenos meteorológicos extremos, la pérdida de biodiversidad y ecosistemas, el cambio crítico de los sistemas terrestres y la escasez de recursos naturales.
Para Chile, las actividades económicas ilícitas y la polarización social serán las principales amenazas en los próximos dos años. Más atrás está la migración involuntaria, la desaceleración económica y los conflictos geopolíticos. Esto contrasta con la medición de 2024, que había mostrado que la caída de la economía era el riesgo inmediato más preocupante para el país.
Esta vez, la principal amenaza es “la proliferación de la delincuencia organizada o de las actividades ilícitas de empresas y particulares que socavan el avance y el crecimiento económicos, facilitada tanto sobre una base sin fronteras como digital”. En efecto, este fenómeno es hoy el principal motivo de preocupación de la ciudadanía y del mundo empresarial. Como sabemos, el crimen organizado y la violencia de las bandas criminales son una fuente de incertidumbre y afectan de manera directa a las inversiones y la vida diaria de las personas.
El WEF dice que los países deben enfrentar estas amenazas implementando políticas públicas capaces de abordar, reducir y mitigar la incidencia de estos riesgos, ayudados por la acción de los bloques económicos y la comunidad internacional. Así se ha hecho en materia de cambio climático o crimen organizado. Sin embargo, esto debe tener un correlato en las propuestas legislativas de cada país de modo de mostrar interés y liderazgo en la solución de problemas concretos.
El crimen organizado, la delincuencia y las actividades ilícitas son grandes problemas del país. ¿Hay una agenda administrativa y legislativa que se haga cargo de estas amenazas? Hasta ahora, la actual administración está intentando instalar un relato de su legado sobre la base de la reforma previsional o la jornada laboral de 40 horas. Pareciera que el Gobierno quiere culminar su paso por La Moneda con iniciativas como la eutanasia o una reforma tributaria que no tiene acuerdo político en el Congreso.
Detener el avance de la delincuencia requiere de esfuerzos más nítidos y señales más contundentes en lo normativo y legislativo. Se trata de poner los recursos y las obligaciones del Estado allí donde se pone el discurso, pues ya pasó la hora de indignarse con problemáticas complejas como la criminalidad. Es hora de resolver.