Se suele decir que las frías cifras económicas tienen poco que ver con el bienestar de la gente. Sin embargo, respecto de los números laborales eso no puede ser así. El trabajo es un aspecto central en la vida de los individuos y, en esta materia, se ha producido una mejoría indudable en los últimos tres años. No sólo se han creado durante este gobierno 827 mil nuevos empleos, sino que los indicadores de calidad de empleo muestran una clara mejoría, a lo que se suma un alza significativa de remuneraciones.
Un 57% de los nuevos empleos corresponde a trabajo femenino, cuya tasa de participación ha aumentado en más de tres puntos en el período, junto con mejores salarios. El índice real de remuneraciones acumula un alza de 11% desde principios de 2010, equivalente para hombres y mujeres. Por otra parte, el aumento de empleo se explica principalmente por la categoría de asalariado, aunque también hay un aumento importante de trabajo por cuenta propia femenino. Se observa en esto una mejor compatibilización de trabajo y familia, considerando que el trabajo femenino a tiempo parcial voluntario aumenta un 55%. También aumenta el empleo masculino a tiempo parcial voluntario, un 45%, lo que definitivamente tiene que ver con la búsqueda de calidad de vida.
Por último, se suma a lo anterior un alza en el porcentaje de trabajadores con contrato, en el de trabajos con contrato indefinido y la duración promedio de éstos últimos. Además, se ven incrementos significativos en el otorgamiento de las diversas prestaciones sociales.
Sin duda, entonces, no es sólo aumento de cantidad, sino también de calidad.