Tras la decisión adoptada este miércoles por la agencia Standard & Poor’s que elevó el riesgo soberano del país en moneda extranjera desde A+ a AA-, Chile se ha instalado como el país con la mejor evaluación crediticia de América Latina y del mundo emergente y a un mismo nivel que naciones como Japón, China y la República Checa. Se trata no sólo de la mejor calificación que obtiene la economía nacional en toda su historia, sino que además de un reconocimiento que se suma a otros realizados por importantes agencias como Moodys y Fitch, que también han mejorado su evaluación del país.
A nivel de mercado, este reconocimiento ya se estaba expresando en cuestiones como la excelente tasa lograda por el país en su última emisión internacional de bonos soberanos y, por cierto, en el nivel récord que registrará este años la inversión extranjera directa en el país, la que de acuerdo con estimaciones oficiales podría totalizar unos
US$ 23.000 millones.
Evidentemente se trata de una buena noticia para el país, ya que además de ser un reconocimiento a la construcción de instituciones y políticas estables en las últimas décadas, también es fuente de beneficios. Una mejor clasificación permite a empresas y habitantes contar con cartas credenciales que facilitan el acceso a mejores condiciones de financiamiento en los mercados, lo que redunda en más inversión, empleo y bienestar.
Con todo, no debe perderse de vista que esta mejora viene acompañada de recomendaciones que permitan al país hacerse cargo de sus desafíos futuros, en donde las reformas microeconómicas y pro competitividad son clave.