Editorial

Libre comercio: respaldar las señales con hechos

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La participación del Presidente en el Foro de Cooperación Económica del Asia Pacífico (APEC) celebrado en Tailandia la semana entregó algunas señales positivas en materia de integración comercial, lo que a su vez fue recibido por actores políticos y económicos nacionales como un bienvenido impulso a la necesaria reactivación de la economía chilena en 2023.

Así, el Presidente manifestó su voluntad de “profundizar nuestra integración comercial” con las 21 economías que integran APEC, como también de dar pasos para atraer inversión extranjera al país, la cual se ha visto desincentivada por factores como la propuesta de royalty minero, algunos cambios incluidos en la reforma tributaria y, hasta hace poco, el proyecto de Constitución redactado por la Convención Constitucional, en última instancia rechazado en el plebiscito del 4 de septiembre pasado.

Este tipo de señales se han vuelto necesarias no sólo debido al discurso poco favorable -incluso escéptico- del Mandatario hacia el libre comercio durante su campaña presidencial del año pasado, sino por decisiones como la de esperar la firma de las llamadas “side letters” antes de ratificar el tratado TPP11, recientemente aprobado por el Congreso luego de cuatro años de estar detenido en el Senado. Y aunque el Presidente ahora sostiene que aspira que el pacto sea depositado antes de fin de año, desde su propio Gobierno algunas voces plantean que las ganancias que trae el acuerdo “son marginales” -como dijo el responsable de la Subrei a DF Mas en Bangkok-, lo que difícilmente puede entenderse como un respaldo convencido.

Es fundamental que el Gobierno tome medidas concretas para dar certezas de que las afirmaciones del Presidente Boric reflejan una decisión política respecto del libre comercio y sus beneficios, y no solamente un esfuerzo comunicacional por desactivar temporalmente las críticas en esa materia. La integración internacional ha sido un pilar del desarrollo de Chile en las últimas décadas; y si bien toda estrategia económica es perfectible -en este ámbito como en cualquier otro-, es clave demostrar con hechos que no hay dudas respecto de su valor. Ratificar el TPP11 este año sería una muestra de ello.

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